Artur Mas se abre a volver a ser candidato a la presidencia de la Generalitat

La lucha interna por el control del PDeCAT entre los m¨¢s cercanos al expresidente Carles Puigdemont y los defensores de las siglas ¡ªque apuestan por una v¨ªa m¨¢s posibilista para obtener la independencia de Catalu?a¡ª, tiene un nuevo elemento. Artur Mas, inhabilitado para ejercer cualquier cargo p¨²blico hasta febrero del pr¨®ximo a?o, ha reaparecido de detr¨¢s de las bambalinas y ha tomado las riendas de la negociaci¨®n para reorganizar el futuro del espacio neoconvergente. Incluso no descarta, de nuevo, ser candidato a la presidencia de la Generalitat. "No me he cerrado nunca con un no rotundo, pero en condiciones m¨ªnimamente normales mi rol no es volverme a presentar a unas elecciones al Parlament. La balanza est¨¢ m¨¢s inclinada por el no que por el s¨ª", ha dicho este viernes en una entrevista en Catalunya R¨¤dio.?

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En el pasado ciclo electoral, Mas aument¨® su presencia en los m¨ªtines de Junts per Catalunya, que obtuvo unos resultados desiguales en cada cita. Los asistentes pudieron comprobar que el expresident, a sus 63 a?os, sigue en plena forma. Sus capacidades mitineras est¨¢n intactas y a¨²n vibra desde la tarima y gusta a quienes le escuchan en sus filas. Tanto el partido que dej¨® de liderar en enero de 2018 como sus contendientes pol¨ªticos miran intrigados el calendario. Mas fue condenado a una inhabilitaci¨®n de 18 meses, por el Tribunal Supremo por un delito de desobediencia a ra¨ªz de la organizaci¨®n de la consulta del 9 de noviembre de 2014. La condena vence en enero del pr¨®ximo a?o.

"En unos meses podr¨¦ [volver a aspirar a cargos p¨²blicos]. Se trata de saber si querr¨¦. Y si quiero, se trata de saber si es posible. Si la respuesta es ahora, es no", ha defendido quien fuera el delf¨ªn de Jordi Pujol y presidente de la Generalitat entre 2010 y 2016. Pero Mas no es simplemente un posible candidato de un espacio pol¨ªtico que no ha podido reconfigurarse desde que Converg¨¨ncia se disolviera en 2016, atacada por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y la confesi¨®n de evasi¨®n fiscal de la familia Pujol. El pasado mi¨¦rcoles, Mas fue a Waterloo (B¨¦lgica), donde Puigdemont est¨¢ huido de la justicia espa?ola, para pactar con ¨¦l la paz dentro del partido.

Dentro del espacio neoconvergente conviven, no sin roces casi diarios, tres almas. El PDeCAT, el partido que el propio Mas fund¨® tras la ca¨ªda de Converg¨¨ncia; La Crida, la formaci¨®n promovida por Puigdemont y el diputado Jordi S¨¤nchez ¡ªa la espera de la sentencia del juicio al proc¨¦s y en prisi¨®n preventiva¡ª y Junts per Catalunya, la marca electoral creada por Puigdemont pero que es propiedad del PDeCAT y bajo la que concurrieron en las ¨²ltimas elecciones. Los dos expresidentes han decidido dar estructura de partido a Junts per Catalunya y dotarlo de una estructura ¡°eficaz y operativa¡±.

La vida del PDeCAT ha sido corta pero convulsa. Desde el principio hab¨ªa un sector cr¨ªtico muy fuerte que no ve¨ªa con buenos ojos que Mas optara por Marta Pascal para coordinar la formaci¨®n. La relaci¨®n de Pascal con Puigdemont no era buena y el pulso entre ambos lo acab¨® ganando el de Waterloo. Hace un a?o, en una asamblea que termin¨® convertida en congreso, los cercanos a Puigdemont defenestraron a Pascal, pero no lograron hacerse con el control del partido. El intento de abarcar el espacio neoconvergente mediante la fundaci¨®n de La Crida tampoco funcion¨®. Junts per Catalunya ha tenido cierta eficacia electoral, tiene m¨¢s de 6.000 cargos electos pero carece de estructura territorial. De ah¨ª la decisi¨®n de ambos expresidentes.

Dentro de una parte del PDeCAT reconocen el valor pol¨ªtico y moral de Puigdemont pero consideran que el partido no se puede centrar en ¨¦l y que el proyecto ideol¨®gico que tradicionalmente hab¨ªa representado Converg¨¨ncia se ha diluido completamente. Solo Artur Mas tiene el ascendiente para debatir con Puigdemont de tu a tu la necesidad de poner orden en el que fuera el partido hegem¨®nico en Catalu?a. Adem¨¢s de la organizaci¨®n, desde las filas neoconvergentes ven como Esquerra ya prepara las elecciones catalanas mientras que ellos carecen de un liderazgo que les permita enfrentarse al duelo final por las riendas del independentismo. Mas, de momento, no descarta agarrarlas el mismo, si el calendario se lo permite.