¡°Para cantar g¨®spel necesitas coraz¨®n¡±
Nancy Roncesvalles es la directora del Coro de G¨®spel de Madrid desde su fundaci¨®n en 1997
Lo de Nancy Roncesvalles (Wisconsin, 66 a?os) suena tan ¨¦pico y euf¨®nico que parece nombre art¨ªstico, pero lo es solo a medias. En realidad, la directora del Coro de G¨®spel de Madrid desde su fundaci¨®n (1997) se apellida Roncesvelle, pero opt¨® por traducir el apellido despu¨¦s de constatar que casi nadie por estos lares era capaz de escrib¨ªrselo o pronunciarlo bien. Hija de un diplom¨¢tico de hondas convicciones dem¨®cratas, Nancy desembarc¨® por primera vez en tierras gaditanas all¨¢ por 1959, con apenas siete a?os, despu¨¦s de una agotadora traves¨ªa en barco. Pero la experiencia fue tan intensa que la marc¨® para siempre. ¡°Era a¨²n la Espa?a de Bienvenido, Mr. Marshall. ?bamos surcando pueblitos polvorientos a borde del Chevrolet negro de mi padre y los vecinos sal¨ªan a la calle a recibirnos. Los ni?os incluso se acercaban a escudri?ar a trav¨¦s de las ventanillas. Yo me quedaba agazapada en los asientos traseros, muerta de la verg¨¹enza¡¡±.
?Cruzar el charco de ni?a en un trasatl¨¢ntico. Eso s¨ª que debi¨® de ser una aventura¡
No se lo imagina. ?bamos en el mismo barco que Charlton Heston, que viajaba a Espa?a para grabar El Cid. Mi madre, que hoy tiene 94 a?os y vive en Washington, coincidi¨® con ¨¦l en el ascensor y casi se desmaya... Jug¨¢bamos en la bolera del barco y nad¨¢bamos en la piscina. Mi infancia fue un regalo.
?C¨®mo recuerda aquel Madrid de finales de los cincuenta?
Era la capital de un pa¨ªs muy pobre, de motos con sidecar y Dos Caballos surcando las calles. Viv¨ªamos frente a Castellana 200, donde se concentraban los servicios para los americanos de la base, y la ciudad acababa justo a continuaci¨®n, en Plaza de Castilla. Luego ven¨ªa la Ventilla, donde los ni?os andaban descalzos por las calles de arena, y la carretera de doble sentido hacia Fuencarral. En las primeras temporadas de Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨® consiguieron ambientarlo con gran fidelidad.
No le resultar¨ªa hacer amigos, en esa tesitura.
Iba por las tardes a un colegio en El Viso, pero yo no hablaba una palabra de espa?ol y los ni?os se re¨ªan de mi ingl¨¦s porque no ten¨ªa acento brit¨¢nico. Salir con mis padres a pedir huevos fritos y patatas fritas por se?as era una aventura cotidiana. Pero me fui integrando, claro. Una profesora particular de bailes regionales me ense?¨® a bailar malague?as, goyescas, jotas y sevillanas, y a¨²n hoy no se me da mal. Y tambi¨¦n conservo la guitarra Ram¨ªrez que me regal¨® mi padre por entonces.
??Y la fe? ?De d¨®nde le viene?
Tuve un encuentro personal con Dios durante la carrera, mientras estudiaba M¨²sica y Medios de Comunicaci¨®n en Nueva York. Con 18 a?os, te marchas de casa a estudiar y las preguntas se te agolpan en la cabeza. Leer la Biblia, conocer la vida de Jes¨²s y comprender qui¨¦nes somos cambi¨® el rumbo de mi vida.
?Nunca ha sentido como si Dios nos tuviera un poco abandonados?
Cualquier ser inteligente se hace ese tipo de preguntas, pero en esos momentos regreso a los salmos y todo vuelve a encajar. Culpamos a Dios de muchas cosas, pero la culpa la tiene el ser humano. Y ?l sabe de nuestras dudas, cuenta con ellas.
?Se puede cantar g¨®spel desde el agnosticismo?
Lo veo dif¨ªcil. He conocido a algunos buenos cantantes de esos, pero hay algo que les falta, que no son capaces de transmitir. Para el g¨®spel necesitas estar conectado tambi¨¦n a trav¨¦s del coraz¨®n.
?Son muy creyentes, entonces, en su Coro G¨®spel de Madrid?
Son unas 30 mujeres y 15 hombres y hay de todo, y de todas las creencias, pero yo explico los or¨ªgenes porque no concibo el g¨®spel fuera del contexto de la iglesia evang¨¦lica. Puedes hacerlo en un plan m¨¢s lolailo, pero los afroamericanos se ofender¨ªan o reir¨ªan. La historia de los derechos civiles se sustenta en mucha lucha y sufrimiento, as¨ª que me propongo conectar con las ra¨ªces de esta m¨²sica.
?Y qu¨¦ tal son sus alumnos, ahora que no nos oyen?
?Cada vez mejores! Los primeros a?os a veces entraban ganas de taparse los o¨ªdos, pero hemos recibido la visita de cerca de 100 m¨²sicos afroamericanos que nos ense?an m¨²sica, valores y compa?erismo. Y gracias a los cuales sigo detr¨¢s del Santo Grial de su t¨¦cnica vocal. A algunos les he pedido que abran mucho la boca y me dejen grabarles con el tel¨¦fono los movimientos de la laringe.
?Por cierto, ?cu¨¢l es su segundo g¨¦nero musical favorito?
?Muchos! Me encantan los musicales, el jazz, los cantautores¡ Me cas¨¦ en 1974 en Nueva York con un himno protestante precioso, Great is thy faithfulness, pero tambi¨¦n que les ped¨ª que me pusieran a Peter, Paul & Mary y otros ¨¦xitos de la ¨¦poca¡
Un pie en cada cultura
Nancy fij¨® su residencia definitiva en Espa?a en 1981 y tener el coraz¨®n dividido entre dos pa¨ªses le ha permitido "ser cada vez m¨¢s camale¨®nica y menos patri¨®tica". Habla con cari?o de Estados Unidos, "pese a que con Trump nos hemos buscado un embajador horrible", y lamenta que "un sistema electoral perverso" frustrara la victoria de Hillary Clinton en 2016. Pero nada le gusta tanto como veranear en su finca alicantina frente al pe?¨®n de Ifach. "La compr¨® mi padre en los sesenta, cuando aquello era un desierto. Para calcular hasta d¨®nde llegaba la propiedad, el vendedor lanz¨® una piedra y exclam¨®: '?Hasta ah¨ª!' Y sellaron la compraventa en una hoja de papel elefante, del que se usaba para envolver el pescado¡".
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