Beatriz, el tiempo y su obra

En 1967 se present¨® en Barcelona el libro de Mario Vargas Llosa Los cachorros, editado por Lumen en su colecci¨®n Palabra e imagen. Coincidi¨® con el d¨ªa en que la polic¨ªa imped¨ªa la celebraci¨®n de un acto universitario en homenaje al venerable Jordi Rubi¨® i Balaguer, bibliotecario y fil¨®logo que acababa de cumplir 80 a?os, nieto del poeta y catedr¨¢tico de Literatura Rubi¨® i Ors, e hijo, a su vez, de Antoni Rubi¨® i Lluch, catedr¨¢tico de Historia, amigo y compa?ero de estudios de Men¨¦ndez y Pelayo. Los Rubi¨®: una reconocida saga de eruditos y acad¨¦micos.

Cosas de aquellos a?os finales del franquismo, el homenaje al doctor Rubi¨® fue considerado por el gobernador de turno un acto subversivo. En realidad lo era: cuando la cultura se expresa en libertad, dentro de un marco pol¨ªtico que no la tolera, cualquier cosa la subvierte. Pues bien, quienes intervinieron en aquel acto fueron llamados a declarar ante la polic¨ªa. Entre ellos, el editor Carlos Barral, que, adem¨¢s de ser persona de gran cultura, poeta y escritor, se convert¨ªa con solo dos copas de m¨¢s en un histri¨®n de mucho cuidado.

Aquella misma noche se hac¨ªa una informal cena de amigos para celebrar la publicaci¨®n de Los cachorros, en casa de Beatriz de Moura y ?scar Tusquets, en la avenida que entonces se llamaba del Hospital Militar, al norte de Gr¨¤cia y cerca del Carmel. Yo trabajaba en la revista Destino, me encargaron entrevistar a Vargas Llosa, llam¨¦ a Beatriz y me dijo ¡°vente a cenar a casa, all¨ª podr¨¢s charlar tranquilamente con ¨¦l¡±. Beatriz era entonces, con diferencia, la mujer m¨¢s guapa, inteligente, divertida y simp¨¢tica del mundo cultural barcelon¨¦s. Trabajaba en Lumen, dirigida por su cu?ada Esther Tusquets, escasamente dotada para la simpat¨ªa.

La cena, un bien surtido picoteo, fue memorable. A Carlos Barral, uno de los invitados, le esperaba la polic¨ªa en la porter¨ªa de su casa para detenerle y su mujer le llamaba con insistencia para que acudiera, a lo que ¨¦l se negaba mientras tragaba un whisky tras otro. Escuch¨¢bamos sus conversaciones en medio de constantes carcajadas de todos, frases cultas e ingeniosas, ¡°egos revueltos¡±, que dir¨ªa Juan Cruz, con Beatriz de encantadora anfitriona, Gabriel Ferrater en su estado et¨ªlico habitual extendiendo con soltura sus largos brazos hacia toda mujer que se pusiera a su alcance y un Vargas Llosa contento pero algo desconcertado ante el espect¨¢culo. Yo era un mero observador, un jovencito marginal al grupo, alucinado y divertido por lo que estaba contemplando y muy preocupado por mi entrevista. Al final pude hacer un breve aparte con el futuro premio Nobel, que me atendi¨® con su acostumbrada buena educaci¨®n ya casi de madrugada.

Dos a?os despu¨¦s, Beatriz y ?scar abandonaron Lumen y fundaron Tusquets Editores, de la que se han cumplido estos d¨ªas 50 a?os. All¨ª pudo desplegar Beatriz toda la energ¨ªa, vitalidad, cultura e imaginaci¨®n que llevaba dentro. Con un poco de suerte en sus inicios ¡ªla suerte es muy importante pero solo la obtiene quien la busca¡ª y la inapreciable ayuda en la faceta empresarial de Toni L¨®pez Lamadrid, su nuevo marido, Beatriz de Moura volc¨® su personalidad en la confecci¨®n de un extraordinario cat¨¢logo de cerca de 3.000 libros, con los que supo captar el aire de su tiempo y de todos los tiempos, respetar la tradici¨®n de los Rubi¨® y recoger el esp¨ªritu burl¨®n de aquella cena. Mediante unas ediciones cuidadas, de dise?o exquisito y unos fieles autores adictos a una editora tan rigurosa como simp¨¢tica y divertida, r¨¢pidamente asent¨® el prestigio de su editorial.

Debemos estar siempre muy agradecidos, infinitamente agradecidos, a los artistas y escritores, que tan buenos ratos nos han hecho pasar, tanto han contribuido a llenarnos la vida, a construir nuestra propia identidad, a impedir que nos aburri¨¦ramos. Pero este agradecimiento debe extenderse tambi¨¦n a los editores, agentes literarios, marchantes de arte, representantes musicales, comisarios de exposiciones: tambi¨¦n son creadores en la medida que sin ellos nunca nos llegar¨ªa el arte de los creadores primigenios.

Confeccionar un cat¨¢logo editorial con imaginaci¨®n y personalidad no es tarea f¨¢cil. Beatriz de Moura, aquella joven divertida, brillante, simp¨¢tica, curiosa, inteligente y guapa, nunca perdi¨® estos dones naturales, pero les a?adi¨® tes¨®n, voluntad, trabajo y, sobre todo, pasi¨®n por los libros. Tusquets Editores es su contribuci¨®n, desde una cierta Barcelona, a la cultura, que siempre es universal.