El patio oscuro de las ¡°casas bonitas¡± en el Madrid de los Austrias
Por fuera son pisos codiciados en una de las zonas m¨¢s caras de la capital; por dentro esconden un problem¨¢tico solar. Iba a ser hotel pero acab¨® como vertedero clandestino y almac¨¦n de obra sin que cinco alcaldes lo hayan impedido en 28 a?os de conflicto


Los pisos de balcones andaluces y vegetaci¨®n frondosa en el n¨²mero 4 y 6 de la callejuela de Se?ores de Luz¨®n son "las casas bonitas", la envidia de muchos vecinos en el Madrid de los Austrias. En este c¨¦ntrico barrio de palacetes y casas se?oriales de piedra no pasan desapercibidas la hiedra y los laureles a la entrada de estos edificios amarillos. Eso es lo que turistas y paseantes ven por fuera en esta encantadora callecita de adoquines que conecta la Plaza de la Villa y la calle Mayor con la placita de Santiago.
Pero en su interior estas viviendas de la posguerra albergan un ¡°patio de los horrores¡±, como llaman algunos vecinos a una corrala donde la vista tarda un rato en asimilar qu¨¦ tiene delante. Desde las ventanas se ve un amasijo de andamios y escombros cubiertos por grandes telas desvencijadas, como si fuera un poblado chabolista deshabitado. Es la cara fea que esconden estos edificios, la escena de un largo conflicto vecinal que se prolonga desde hace casi tres d¨¦cadas en una de las zonas m¨¢s caras de la capital.

Este espacio de 469 metros cuadrados pertenece a un solar con entrada por la calle opuesta, el n¨²mero 5 de la calle Santiago, que hasta 1991 era ocupado por una popular panader¨ªa con horno de le?a.
Los nuevos due?os, los hermanos L¨®pez Dom¨ªnguez, proyectaron durante los a?os de la burbuja del ladrillo un hotel, en 2001, y luego, en 2005, un edificio de siete plantas de apartamentos y tres de p¨¢rking subterr¨¢neo cuya obra iba a tener un coste de casi un mill¨®n de euros.

Pero desde que la panader¨ªa fue demolida, el solar de tierra ha sido usado en distintos momentos como vertedero clandestino, aparcamiento privado o almac¨¦n de obra, provocando la desesperaci¨®n de los vecinos por los ruidos e insalubridad y el temor a da?os en sus edificaciones. Hoy el terreno vale oro ya que el precio de la vivienda en el barrio de Palacio roza los 5.000 euros por metro cuadrado, pero la obra est¨¢ parada desde hace a?os. Seg¨²n la empresa y los hermanos, la peque?a constructora con la licencia de obra, Rafale Gesti¨®n e Instalaciones S.L., est¨¢ arruinada.
La empresa ha sido multada por sus actividades sin permiso y por irregularidades en la obra, con sanciones de hasta 601.000 euros. Adem¨¢s se ha topado con vasijas y otros restos arqueol¨®gicos de los siglos IX?al XIII, algo esperable en esta zona que se erige sobre la originaria ciudad isl¨¢mica de Mayrit. ¡°No se ha parado la obra por capricho¡±, dice el abogado de Rafale, Jos¨¦ Ram¨®n Quevedo. ¡°Cada movimiento que hemos querido hacer ha encontrado una traba¡±.
El solar de la panader¨ªa que hab¨ªan adquirido los nuevos propietarios ten¨ªa otro gran inconveniente. La espaciosa finca solo contaba con dos metros y medio de fachada en la calle Santiago, como si fuera el mapa de un enorme pa¨ªs con una diminuta salida al mar. Esto no pas¨® desapercibido para los peri¨®dicos, que en 2001 dieron la noticia de que en el centro de Madrid iba a ser construido un hotel con una fachada m¨ªnima.
Mientras la obra ha estado paralizada, los hermanos han adquirido propiedades en el n¨²mero 7 de la calle Santiago, un edificio de ocho viviendas y cuatro locales comerciales. El n¨²mero 7 es una parcela alargada que tiene lo que le falta al n¨²mero 5, 30 metros de fachada. Seg¨²n David L¨®pez Dom¨ªnguez, el hermano de 56 a?os que lleva la voz cantante, lo ideal ser¨ªa unirlos. ¡°Es muy complicado hacer algo en el 5 sin el 7¡±, explica. Asegura que ya han contactado con grupos de inversores extranjeros para vender sus propiedades por las que piden "entre 12 y 15 millones de euros". Pero el acuerdo est¨¢ vi¨¦ndose dificultado por peleas entre hermanos, que tienen origen en la detenci¨®n en 2010 por tr¨¢fico de coca¨ªna de dos de ellos y de la madre, que entonces ten¨ªa 74 a?os.
Maximino Hern¨¢ndez, propietario de un local en el 7, dice que hace a?os David L¨®pez Dom¨ªnguez empez¨® a emplear t¨¢cticas intimidatorias para ir forzando a los propietarios a venderle. Hace 14 a?os al volver de unas vacaciones se encontr¨® con desperfectos en su negocio. Cerr¨® el bar y entr¨® en una pelea judicial que acab¨® perdiendo, seg¨²n ¨¦l, por culpa de sus abogados. ¡°A m¨ª me han jodido la vida¡±, se lamenta Hern¨¢ndez, que se ha resistido a vender a los hermanos y por eso es visto "como un Ast¨¦rix" por los vecinos afectados. Hern¨¢ndez, jubilado de 71 a?os, sigue aferr¨¢ndose a su local semiderruido.?
Un reportaje de Telemadrid de 2017 mostraba a vecinos acusando a los hermanos de ser una "mafia" que tiene atemorizado al barrio. Aseguraban que apartamentos del n¨²mero 7 eran usados como prost¨ªbulo y se mostraban im¨¢genes de supuestos clientes entrando y saliendo del portal.?David L¨®pez Dom¨ªnguez niega que sus apartamentos sean usados como burdel. Dice que s¨ª se alquilan por horas y tambi¨¦n a turistas en el lucrativo negocio de la web Airbnb. Sobre las supuestas extorsiones para comprar en el 7, afirma que esas adquisiciones se han hecho "con la presi¨®n de los billetes".
Mientras tanto, en la finca de la antigua panader¨ªa no ha cesado la actividad a pesar de la paralizaci¨®n de la obra. Un peque?o grupo de obreros aparece por el solar en ocasiones, unas veces cortando o soldando vigas; otras transportando material de obra. A menudo hacen trabajos a horas intempestivas, seg¨²n los vecinos que tienen evidencias en fotos y v¨ªdeos.
Al frente de estas actividades ha estado el hermano David, que tiene en Madrid un negocio de andamiajes. Este alega que su derecho a la propiedad le ampara: "?Qu¨¦ pasa?, ?que no puedo tener mis cosas aqu¨ª?", se indigna ¨¦l, que con su camisa de cuadros por fuera del pantal¨®n parece un obrero m¨¢s.
A su pelea con los vecinos ha contribuido el enorme agujero de 12 metros de profundidad en medio del solar, donde iba a ir el p¨¢rking. Rafale lo tap¨® con chapas met¨¢licas, alimentando el misterio sobre las actividades en el terreno. Los vecinos alertan de que el hoyo recoge el agua sin canalizaci¨®n al exterior, lo que puede da?ar los cimientos de sus edificios.
¡°Es una guarida de ratas, cucarachas y bichos¡±, dice Jes¨²s Grandal, de 31 a?os, due?o de un par de propiedades en el edificio del n¨²mero 3 de Santiago, cuyos pisos interiores dan tambi¨¦n al solar abandonado.
A 50 metros del Ayuntamiento
Para los vecinos esta larga batalla ha tenido otro frente en las dependencias municipales. Ya han pasado 28 a?os y cinco alcaldes desde la primera queja, escrita por Anastasio Vadillo al entonces Ayuntamiento de Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (PP). A Vadillo le alarmaba que la panader¨ªa hab¨ªa quedado abandonada durante meses sin que se hubieran tomado medidas de seguridad.
¡°Dios quiera no tengamos que lamentar desgracias de quemas o ruinas, pues como bien sabemos, cada d¨ªa en la prensa local y de provincias, leemos calamidades que somos v¨ªctimas la sociedad por abandonos de algunas personas desaprensivas a cumplir las Leyes y Bandos de Buen gobierno¡±, escribi¨® a m¨¢quina Vadillo, un anciano de 71 a?os que resid¨ªa en el n¨²mero 4 de Se?ores de Luz¨®n.

Vadillo muri¨® sin ver el conflicto resuelto. Su escrito fue el primero de una larga lista que los vecinos han conservado. Dicen que de poco ha servido pedir auxilio en el Ayuntamiento, que hasta 2007 tuvo como sede el palacio de la Villa, a solo 50 metros de sus hogares. El edificio que alberga la sede de la Junta del Distrito Centro se encuentra en la calle Mayor, frente a ese palacio. Muchas veces se han encontrado con evasivas y desinter¨¦s por parte de los funcionarios y pol¨ªticos municipales a los que les han planteado su largo padecimiento, se quejan ellos. Dos departamentos del Ayuntamiento, Urbanismo y Distrito Centro, se han pasado durante a?os la pelota de la responsabilidad sobre las distintas infracciones.
¡°Cualquier persona hace algo sin licencia en su casa y le cae la mundial, pero aqu¨ª hay un caso de clara dejadez¡±, protesta Mar¨ªa Teresa Hern¨¢ndez, una vecina de 65 a?os que hace de portavoz de los residentes en el 4 de Se?ores de Luz¨®n.
Grandal se hace eco de una sospecha extendida: "Est¨¢ claro que esta situaci¨®n no se entiende sin ayuda de alguien de dentro del Ayuntamiento".
Los vecinos tienen las pruebas, centenares de fotos tomadas a lo largo de los a?os por ellos mismos desde las ventanas de sus pisos. En las de 2009 se ven monta?as de vidrio y cart¨®n. No pudieron ver nada entre 2011 y 2016 cuando Rafale bloque¨® la visi¨®n de las ventanas que dan al solar con unos andamios revestidos de placas de metal. La empresa las tuvo que retirar tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Rafale alegaba que las placas no pretend¨ªan ocultar nada a los vecinos sino protegerles del ruido y el polvo.

"Despacito y sin prisas"
Ahora los vecinos vuelven a ver la escombrera desde sus ventanas. Un d¨ªa reciente de mediados de julio se pod¨ªan distinguir entre los restos unas bombonas de gas, una ba?era y un carrito del s¨²per. Comparan el solar con el hogar de una persona con s¨ªndrome de Di¨®genes, el trastorno que lleva a acumular basura y desperdicios. El hecho es que el propio David L¨®pez Dom¨ªnguez admite en su encuentro con este peri¨®dico que tiene una ¡°enfermedad que le ha metido en problemas¡±.
Recoge cartones, vidrios y pl¨¢sticos porque es una man¨ªa que no ha podido curar, explica. A la entrevista ha llegado en moto, portando una bolsa de pl¨¢stico llena de tapitas de botellas. Dice que al d¨ªa siguiente la depositar¨¢ en un contenedor de reciclaje.
Mientras camina por la calle recoge latas de cerveza vac¨ªas. ¡°Llevo toda la vida reciclando y lo hago sin ¨¢nimo de lucro¡±, explica. ¡°Eso no da dinero, solo complicaciones¡±. Asegura que se quiere ir pronto del Madrid de los Austrias, donde tiene demasiados enemigos. Pero es posible que este conflicto de d¨¦cadas se prolongue. ?l y sus hermanos reciben las rentas por los apartamentos del n¨²mero 7 de Santiago y no vender¨¢n las dos fincas juntas a menos que llegue un comprador con los millones que satisfagan a todos en una familia ahora desavenida. "Vamos despacito y sin prisas", dice ¨¦l.
Entretanto, las fachadas de las casas de las plantas siguen despertando admiraci¨®n entre los residentes del barrio que desconocen lo que hay detr¨¢s. El conflicto ha aparecido a lo largo de los a?os en tres reportajes de Telemadrid, pero es ignorado por casi todos.
Raquel Fern¨¢ndez, de 42 a?os, expresa un sentimiento colectivo: ¡°?Las casas amarillas?¡±, responde cuando se le pregunta su opini¨®n sobre los edificios de Se?ores de Luz¨®n 4 y 6. ¡°Todo el mundo en este barrio queremos vivir en esas casas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma

M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Vecinos
- Basura
- Comunidades vecinos
- Residuos urbanos
- Distrito Centro
- Residuos
- Vivienda
- Ayuntamiento Madrid
- Distritos municipales
- Saneamiento
- Ayuntamientos
- Madrid
- Salud p¨²blica
- Comunidad de Madrid
- Gobierno municipal
- Problemas ambientales
- Pol¨ªtica sanitaria
- Espa?a
- Urbanismo
- Administraci¨®n local
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Salud
- Medio ambiente