Madrid Norte A?o Cero
El autor defiende que el proyecto puede generar un proyecto de transformaci¨®n y reciclaje urbano que ponga en valor ¨¢reas ya urbanizadas y en declive
El examen de las principales operaciones europeas de regeneraci¨®n urbana vinculadas a infraestructuras ferroviarias (en Londres, Par¨ªs, Berl¨ªn, y Frankfurt( muestra caracter¨ªsticas comunes: la reutilizaci¨®n de suelos abandonados u obsoletos, la sostenibilidad ambiental, la opci¨®n por la ciudad densa y compacta, la importancia estrat¨¦gica de la dimensi¨®n habitacional p¨²blica, la creaci¨®n de polos singulares actividad econ¨®mica y la integraci¨®n y convivencia flexible de usos urbanos muy diversos.
Hay en todo ello un elemento clave: la apuesta por estrategias de transformaci¨®n, reciclaje y rehabilitaci¨®n de la ciudad construida. La densificaci¨®n de los tejidos urbanos se presenta como ¨²nica alternativa razonable para evitar que contin¨²e una tendencia a la dispersi¨®n que hace m¨¢s dif¨ªcil la tarea de construir una ciudad que no dependa del autom¨®vil privado y cuente con unas infraestructuras b¨¢sicas y unos equipamientos sostenibles en t¨¦rminos econ¨®micos y funcionales
En mi opini¨®n estos paradigmas constituyen el punto de partida para formular una alternativa racional sobre el futuro de las infraestructuras ferroviarias de Chamart¨ªn y Fuencarral: generar un proyecto de transformaci¨®n y reciclaje urbano que ponga en valor ¨¢reas ya urbanizadas y en declive (suelos ferroviarios, dotaciones infraestructurales de gran tama?o e instalaciones industriales obsoletas) y contribuir a la vertebraci¨®n de todo el arco Norte de Madrid al posibilitar las comunicaciones transversales entre piezas urbanas que hasta ahora funcionan como enclaves aislados.
A mi juicio la polarizaci¨®n del debate en torno a la edificabilidad y a la naturaleza p¨²blica o privada de la actuaci¨®n ha limitado su alcance y eclipsado cuestiones muy relevantes para el futuro de Madrid, que, a mi juicio, debieran ahora recuperar el primer plano de nuestra atenci¨®n.
La preocupaci¨®n por el cuanto se puede construir ha hecho olvidar en gran medida el c¨®mo, se debe construir. Creo que cabe todav¨ªa reflexionar la posibilidad de un incremento de la capacidad residencial orientado a la creaci¨®n de vivienda en alquiler a precio tasado (prioritariamente para primer acceso) sobre suelos p¨²blicos en base a sistemas de concesi¨®n y partenariados p¨²blico-privados.
El proyecto nacer¨¢ en una ciudad en la que el autom¨®vil privado tal como lo conocemos habr¨¢ perdido protagonismo en favor de medios de transporte alternativos y el uso compartido de veh¨ªculos no contaminantes y/o aut¨®nomos. La ciudad peatonal, a escala humana, basada en la calidad del espacio p¨²blico y la cercan¨ªa de una amplia pluralidad de usos urbanos deber¨¢ convertirse en la gu¨ªa esencial del dise?o a escala arquitect¨®nica de la actuaci¨®n. De la misma manera un salto cualitativo en la eficiencia energ¨¦tica y la utilizaci¨®n compartida de los espacios construidos deber¨¢ constituirse en el rasgo caracter¨ªstico de la nueva arquitectura.
Finalmente, la actuaci¨®n ha perdido en el camino uno de sus rasgos singulares: la prolongaci¨®n de la Castellana. Como Ring-strasse en Viena, Kurf¨¹rstendamm en Berl¨ªn, Champs-Elys¨¦es en Par¨ªs o Market Street en San Francisco, el Paseo de la Castellana de Madrid tiene el car¨¢cter de verdadero eje estructurante de la ciudad. Es decir, constituye la espina dorsal de su esqueleto y una pieza clave del mapa mental de sus habitantes. Prolongar la Castellana no es, en consecuencia, una necesidad del tr¨¢fico ni una cuesti¨®n de monumentalidad cuanto anclar el nuevo desarrollo del Norte de Madrid al eje vertebral que organiza el coraz¨®n de la metr¨®poli.
La construcci¨®n hist¨®rica de la Castellana nos muestra que esta cualidad singular es el resultado de un proceso largo y fragmentario en el que se han ido decantando iniciativas y proyectos en torno a un argumento poderoso capaz de organizar las dimensiones planim¨¦trica, funcional y arquitect¨®nica. Ojal¨¢ seamos capaces de entender hoy en el a?o Cero, las lecciones de la historia de Madrid.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga es arquitecto y ha sido decano del Colegio de Arquitectos de Madrid.
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