Act¨²a un virtuoso y el tribunal se descompone

Hac¨ªa 30 a?os que no se celebraban las oposiciones a catedr¨¢tico de Instrumentista de Cuerda en el Real Conservatorio de M¨²sica de Madrid. De pronto, se convocan en abril para finales de junio, con solo dos meses de antelaci¨®n: cinco plazas, una para viola, una para violonchelo, dos para viol¨ªn y una para contrabajo. Se presentan 14 aspirantes venidos de toda Espa?a.

El tribunal est¨¢ nombrado: cinco miembros, aunque uno de ellos queda fuera porque es recusado. Quedan cuatro. La primera fase consta de un examen te¨®rico de dos horas, seguido de un exigente examen pr¨¢ctico que es un concierto de dos horas, con la interpretaci¨®n de seis obras. Los candidatos muestran su competencia con el instrumento.

Hay dos que destacan sobre los dem¨¢s. Uno, especialmente brillante. Virtuoso.

Y, entonces, el tribunal entra en crisis. Dos de sus miembros dimiten insospechadamente. Es s¨¢bado 13 de julio. El lunes 15, la direcci¨®n de recursos humanos de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid decide dejar en suspenso la oposici¨®n. No hay m¨¢s explicaciones. La versi¨®n oficial es que ¡°los cuatro miembros que quedaban no se pon¨ªan de acuerdo, por lo que dos de ellos presentaron su renuncia¡±. La consejer¨ªa acept¨® la decisi¨®n ¡°porque con dos miembros de cinco no se puede seguir adelante¡±, y suspendi¨® temporalmente las pruebas hasta nombrar otro tribunal. ?Cu¨¢l es la verdadera causa de la dimisi¨®n de dos miembros del tribunal? ?Provocar que la oposici¨®n vuelva a repetirse?

La sospecha de que algunas plazas estaban adjudicadas es ya inevitable.

Nadie esperaba dos candidatos tan brillantes.

Los 13 aspirantes a catedr¨¢tico en el conservatorio superior de m¨²sica ansiaban el t¨ªtulo m¨¢ximo de sabidur¨ªa. Ser catedr¨¢tico es eso. Y algo m¨¢s. Estar en el primer escalaf¨®n y no poder subir m¨¢s. Ganar entre 2.800 y 3.000 euros brutos al mes. Decidir el programa que se debe impartir de su instrumento. Y prestigio. Mucho prestigio.

¡°Esto es una verg¨¹enza. Gastamos tiempo, energ¨ªa y dinero, para que luego est¨¦ todo ama?ado. Me refiero a jornadas enteras, d¨ªas completos, prepar¨¢ndote para esto¡±, se queja Juanjo, nombre ficticio. No quiere dar su nombre real: ¡°Por todo lo que me juego¡±, afirma. ¡°Es indignante. Una chapuza. Es el nivel m¨¢s alto al que podemos aspirar y el proceso est¨¢ lleno de irregularidades¡±. Su postura es bastante com¨²n. No es el ¨²nico que quiere hablar, pero bajo el anonimato. Una vida en juego.

El tiempo en esta historia adquiere una relevancia especial. Despu¨¦s del examen te¨®rico y el pr¨¢ctico, se definir¨ªan los finalistas, que deber¨ªan exponer la lectura de un programa que ten¨ªan que elaborar y presentar, de 15 minutos. Es la prueba que no se lleg¨® a realizar.

El tribunal, compuesto por un presidente, Jos¨¦ Antonio Campos, una secretaria, Celia M. Campa, y tres vocales, Alano Melchor Kovacs, Joaqu¨ªn Torre y Jorge A. Mu?oz Mart¨ªn, ya comenz¨® con pol¨¦mica. Uno de los opositores, cuyo nombre no ha trascendido, present¨® una recusaci¨®n porque un miembro no cumpl¨ªa los requisitos. La Comunidad de Madrid estudi¨® el caso y comprob¨® que Mu?oz era un catedr¨¢tico en pr¨¢cticas, es decir, ¡°ten¨ªa plaza pero no hab¨ªa sido nombrado oficialmente por el Ministerio de Educaci¨®n¡±. Y lo retir¨® el 8 de julio, con la primera parte de las oposiciones ya realizada. La ley permite continuar con un tribunal de cuatro miembros. Y sigui¨® adelante. ¡°Es importante el n¨²mero impar para que luego se pueda desempatar. Pero lo cierto es que la normativa lo permite¡±, explica Juan Antonio Pag¨¢n, responsable de Ense?anzas Art¨ªsticas de Comisiones Obreras.

El proceso continu¨®. Y con la parte pr¨¢ctica llegaron las sorpresas: virtuosos desconocidos que sorprendieron con conciertos cuasi perfectos y una diferencia de criterios a la hora de evaluar, a pesar de que hay unos 15 par¨¢metros t¨¦cnicos y musicales que seguir a rajatabla ¡ªcomo la afinaci¨®n o que no se pueden hacer pausas¡ª. ¡°Es normal que dentro de un tribunal haya divergencias. No lo es que dos decidan el s¨¢bado pasado que dimiten y que Zurita ¡ªdirector general de recursos humanos de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n¡ª lo acepte el lunes sin preguntar al resto del tribunal qu¨¦ ha pasado. Nos conduce a pensar que hay otros motivos de fondo¡±, a?ade Isabel Galv¨ªn, secretaria general de la Federaci¨®n de Ense?anza del sindicato.

La preocupaci¨®n entre los candidatos es evidente: algunos son profesores en el conservatorio desde hace muchos a?os; todos llevan d¨¦cadas de preparaci¨®n. No saben si sus calificaciones valen, si habr¨¢n de repetirse las pruebas o si... se formar¨¢ un tribunal completamente nuevo. A ellos nadie les ha dicho nada oficialmente.?