Descarmenizar

Descarmenizar¡­ Menudo palabro. Como tiene fecha de caducidad, no entrar¨¢ en el Diccionario de la RAE. Ni en la Historia de los hitos madrile?os. Y Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, su autor, a este paso, con tanto traspi¨¦s judicial para quien presume de abogado del Estado, tampoco. Sin embargo, en ese concepto se basa su programa de Gobierno para el Ayuntamiento de Madrid. Triste. Pero, m¨¢s a¨²n, sospechoso¡­ Hasta ahora se lo hemos o¨ªdo conjugar y pronunciar a las derechas como verbo y sustantivo. Entra dentro de esa concepci¨®n pol¨ªtica basada en destruir el camino andado hasta borrar la memoria del enemigo. Nada constructivo ni por tanto, noble. Lleva un tufo inquisitorial, un eco de exterminio. Con resonancia de plaga. Como si fuera necesario desinfectar, desratizar, despiojar: ese tipo de cacofon¨ªas siniestras que reducen al adversario pol¨ªtico a algo contagioso. Frente a la estrategia de la destrucci¨®n, ?qu¨¦ construcci¨®n propone el tr¨ªo Almeida-Villac¨ªs-Ortega Smith? ?Veh¨ªculos pesados frente a Madrid Central? ?Nueva reventa de viviendas sociales a los fondos buitre para eternizar el problema inmobiliario? ?Uniformidad castiza contra el mestizaje cultural? ?Ordeno, mando y cors¨¦ como barrera a las pol¨ªticas participativas?La descarmenizaci¨®n queda planteada como un problema sanitario. En vez de desviarlo por lo privado, imagino que esto bien pueden tratarlo por lo p¨²blico. Los a?os de Esperanza Aguirre ya se notan en ese campo. Entras hoy a un hospital y te cobran hasta por respirar. Al parecer, los madrile?os afrontamos una epidemia grav¨ªsima. Imag¨ªnese que acude usted al m¨¦dico con extra?os s¨ªntomas: ¡ªDoctor, resulta que no me ha parecido tan traum¨¢tico Madrid Central. Disfruto adem¨¢s de mis paseos por Malasa?a, el barrio de las Letras o Lavapi¨¦s. Acud¨ª incluso a la cabalgata del Orgullo y me tir¨¦ el d¨ªa con mi familia en Chueca vacilando con las drag queens. Sent¨ª adem¨¢s cierta paz interior en su d¨ªa cuando vi colgado del balc¨®n del Ayuntamiento ese cartel que dec¨ªa: Welcome refugees.Seg¨²n los nuevos c¨®digos de cordones sanitarios, el m¨¦dico r¨¢pidamente le diagnosticar¨ªa algo as¨ª:

¡ªEst¨¢ usted seriamente carmenizado.

¡ªVaya por Dios. ?Tiene cura?

¡ªLe receto que se compre un coche di¨¦sel, si tiene dinero invierta en un piso por el centro para meterlo en alquiler tur¨ªstico y avise sin dudarlo a la polic¨ªa cuando vea diez subsaharianos camino de la Gran V¨ªa con sacos. ?Ha padecido usted m¨¢s episodios de ese tipo?

¡ªMe hace gracia el chaval¨ªn ese delgaducho y pelopincho que se ha peleado con Pablo Iglesias.

¡ªEso es todav¨ªa m¨¢s serio. Tiene aparentes s¨ªntomas de errejonizaci¨®n. ?Le ha dado ¨²ltimamente por leer filosof¨ªa?

¡ªPues ahora que lo dice, s¨ª: Nietzsche, Plat¨®n y hasta Mar¨ªa Zambrano.

¡ª?Madre m¨ªa! Corre serio peligro.

¡ª?De qu¨¦?

¡ªDe Gabilondolizarse. Eso ya escapa nuestro campo. De seguir as¨ª, necesitar¨ªa trasladarle inmediatamente a la unidad psiqui¨¢trica.

¡ª?Y contra eso? ?Qu¨¦?

¡ªMisa diaria. Encomi¨¦ndese a Mar¨ªa Sant¨ªsima y que Dios nos coja confesados. Am¨¦n.