¡®Beautiful day¡¯
Es curioso c¨®mo las circunstancias pueden transformar totalmente un lugar
Hab¨ªa pasado mucho tiempo sin hacerlo. Por eso lo disfrut¨¦ tanto. Desde entonces se lo cuento a todo el mundo, pero se r¨ªen, no me creen. Para no dejar de cre¨¦rmelo yo, he decidido escribirlo. Las cosas serias (nacer, hipotecarse, divorciarse, morirse) se hacen siempre por escrito.
Empezar, naturalmente, por los preliminares. Acercarse sabiendo lo que va a pasar. Abrir una botella de vino. Sentir l¨¢stima de los dem¨¢s, es decir, de los que van a malgastar las siguientes dos horas de su vida en un atasco, escribiendo un e-mail educado, viendo un programa malo en la televisi¨®n. Que ese sentimiento dure solo un minuto. Luego, querer parar a todo el mundo por la calle y llamar a toda la gente que conoces para darles envidia.
Entrar. Saber que no hay vuelta atr¨¢s, que ya perteneces a ese momento y a ese lugar. Aislarte de todo lo dem¨¢s. Olvidarte de qu¨¦ llevabas puesto y de qu¨¦ tienes que hacer ma?ana. Moverte por instinto, sin darte cuenta. Concentrarte en lo ¨²nico que importa: lo que tienes delante. Entregarte. Escuchar.
Reconocerte en esos himnos, la banda sonora de una pel¨ªcula que empez¨® hace a?os, cuando ten¨ªas todos los complejos que existen y llorabas y re¨ªas con mucha m¨¢s facilidad. Es un placer privado, pero tambi¨¦n compartido: 15.000 almas hacen lo mismo a la misma hora.
Salir. Querer repetir al d¨ªa siguiente, y al siguiente y al siguiente.
Estaba todo muy oscuro, pero ¨¦l se fue acercando, caminando por una pasarela. Nadie me cree, pero Bono cant¨® para m¨ª. Me dijo (en ingl¨¦s): ¡°Es un d¨ªa muy bonito¡±.
Y lo fue.
Madrid, a veces, te hace esos regalos. Viene U2 y alguien decide llevarte a ti. Volv¨ª al mismo sitio casi un a?o despu¨¦s y no lo reconoc¨ª. Era el cierre de campa?a del PP y el Wizink center estaba lleno de banderolas con gaviotas. Es curioso c¨®mo las circunstancias pueden transformar totalmente un lugar. De peque?a ten¨ªa p¨¢nico a las peluquer¨ªas porque era la gorda de la clase y mis padres me obligaban a cortarme el pelo a lo champi?¨®n. Ahora, como mando yo, ya casi no me dan miedo los peluqueros.
En cambio, me encantaba ver a mi familia desplegarse en la playa como un ej¨¦rcito feliz, plantando la sombrilla como una bandera, y ahora lo paso mal porque es el momento en que me doy cuenta de que todas las chicas me llevan once meses de ventaja en el gimnasio.
En el Wizink center, un a?o despu¨¦s de Bono, empezaron los m¨ªtines. Como eran los ¨²ltimos de la campa?a, tambi¨¦n me sab¨ªa todas las letras. Las promesas electorales son estribillos, baladas al indeciso que se repiten en cada puerto. Ahora se especula con la posibilidad de una nueva gira, pero con el mismo disco de hace unos meses. Uf.
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