Comida y precios solo aptos para turistas

La pelea por el turista se advierte apenas se pone un pie en la Plaza Mayor de Madrid. Literalmente. El aroma que desprenden los establecimientos se entremezcla con los 17 camareros de las 17 terrazas que se enfrentan por los posibles clientes que van a visitar la emblem¨¢tica plaza. Atacan sin ninguna timidez a los extranjeros, men¨² en mano, para conseguir la pr¨®xima venta. Un camarero le grita a otro desde su terraza:

¡ª ?Esos gringos son m¨ªos!¡ª dice, haci¨¦ndoles se?as a los turistas para que se sienten.

¡ª All¨ª la comida que venden es congelada¡ª, advierte el camarero del local de al lado.

Pero ya es tarde.

La tensi¨®n se puede sentir. La escena se repite una y otra vez. M¨¢s de ocho millones de personas pasan cada a?o por uno de los lugares m¨¢s representativos de Madrid, seg¨²n un estudio del gremio de hosteleros de la Plaza Mayor. La mayor¨ªa de los clientes son turistas que deciden sentarse a tomar algo en alguna de las 17 terrazas de la plaza para disfrutar de las vistas. El problema empieza cuando los precios de la factura no coinciden con los del men¨², la comida es de muy mala calidad o les enga?an con raciones rid¨ªculas a precios desorbitados.

El pasado mes de mayo la Plaza Mayor estren¨® nuevo mobiliario: mesas, sillas, atriles de precio y muebles de apoyo. Todos con r¨®tulos homog¨¦neos, vegetaci¨®n y elementos de protecci¨®n ac¨²stica. Cada terraza est¨¢ delimitada por un m¨®dulo de acero inoxidable que est¨¢ anclado al pavimento: una peque?a separaci¨®n que a veces puede hacer que suba de precio un caf¨¦ de 1,50 a 2,80 euros, lo que va de una terraza a otra.

EL PA?S ha querido hacer una comparaci¨®n de algunos productos b¨¢sicos (ca?a de cerveza, pincho de tortilla, raci¨®n de croquetas, zumo de naranja y caf¨¦) entre varios locales elegidos de forma aleatoria, incluyendo eso s¨ª, el m¨¢s barato y el m¨¢s caro en su lista de precios. Se han comparado dos lugares tur¨ªsticos, la Plaza Mayor de Madrid y la calle Mayor de Alcal¨¢ de Henares (17 terrazas contra 15). Para ello, se han empleado una b¨¢scula para la comida y un vaso medidor de 250 mililitros.

La traves¨ªa empieza en una terraza de la Plaza Mayor a media ma?ana. Solo tres mesas est¨¢n ocupadas por turistas. A un lado se escucha a una pareja hablar en ingl¨¦s, mientras que toman caf¨¦, y al otro lado un grupo de mujeres discuten en franc¨¦s sobre qu¨¦ visitar durante su estancia en Madrid.

En el centro de la plaza se ven cinco grupos, de unas quince personas cada uno con auriculares, que siguen a un gu¨ªa que tiene una sombrilla roja levantada. Son los free tours que tienen como punto de encuentro la Plaza Mayor para empezar su recorrido por el Madrid de los Austrias.

Los gu¨ªas de los recorridos empiezan su explicaci¨®n sobre la Plaza Mayor: ¡°Los inicios de la plaza se remontan al siglo XVI, cuando en la confluencia de los caminos de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como plaza del Arrabal, el mercado principal de la villa, construy¨¦ndose en esta ¨¦poca una primera casa porticada, lonja, para regular el comercio en la plaza...¡±.

Un panorama muy similar se puede ver en la calle Mayor de Alcal¨¢ de Henares. 15 terrazas desplegadas sobre toda la calle, llenas de turistas que han viajado al noreste de Madrid para ver de cerca en lugar donde vivi¨® Cervantes. El autor del Quijote vive en cada una de las calles del casco hist¨®rico.

El pincho de tortilla

Huevo, patatas, aceite, sal y cebolla (o no) son los ¨²nicos ingredientes que se necesitan para hacer una tortilla de patatas. Sin embargo, en este peque?o experimento estas adoptaron todo tipo de sabores, formas y precios. La peor experiencia estuvo en la hist¨®rica plaza madrile?a, donde por un pincho de tortilla de 81 gramos la cuenta ascendi¨® a cuatro euros: a cambio, la tortilla estaba ¨¢cida.

Las rese?as que tiene este local en Google atestiguan que no fue cosa de un mal d¨ªa de la cocina: ¡°Un aut¨¦ntico desastre que se ve venir de lejos. Un sitio hecho para turistas que nada tiene que ver con lo aut¨¦ntico de otros locales de alrededor. Servicio lento y descuidado¡±, escribi¨® hace un mes un cliente.

Por esos mismos cuatro euros, en el extremo opuesto de la Plaza Mayor, se puede adquirir un pincho de 210 gramos de calidad aceptable. Aunque en la calle Mayor de Alcal¨¢, por ejemplo, los pinchos fueron m¨¢s baratos: su precio estaba entre los dos y tres euros. La tortilla no mejor¨®, eso s¨ª. En un local de la misma calle, una tortilla congelada e imposible de comer de 263 gramos cost¨® tres euros.

Y para acompa?ar el huevo y las patatas, croquetas de jam¨®n. Las m¨¢s caras costaron 12 euros y pesaron 250 gramos gracias a un rebozado gordo y salado. Fue en la Plaza Mayor. Las mejores, en Alcal¨¢, pesaron 474 gramos y costaron apenas 9,90 euros en una peque?a terraza.

En cuanto a las bebidas, nada mejor que una ca?a, un zumo de naranja y un caf¨¦ en las terrazas. Una de las conclusiones m¨¢s destacadas es que, en efecto, como muchos sospechan, los restaurantes tienden a jugar con los tama?os de los vasos para ofrecer menos producto. En la mayor¨ªa de los men¨²s los precios no eran claros en cuanto a las bebidas que vend¨ªan.

El caf¨¦ con leche m¨¢s caro fue, de nuevo, en la Plaza Mayor: cuatro euros por 150 mililitros de caf¨¦. En el resto de locales el precio y la cantidad eran casi iguales: 2,80 euros por 150 mililitros. El m¨¢s barato, en Alcal¨¢: 1,50 euros por 70 mililitros. Siempre servido en taza y no en vaso.

Los zumos de naranja son todo un mundo aparte, un misterio sin resolver, un desaf¨ªo a los sentidos. Hay quienes, honestos, los sirven artificiales y lo advierten; pero no faltan quienes buscan hacerlos pasar por naturales. En pocos establecimientos sirvieron zumos de naranja natural. Adem¨¢s, vienen en todas las presentaciones imaginables: vasos de tubo, copas de bal¨®n con hielo, vasos de ca?as... El que se llev¨® el premio al m¨¢s costoso fueron los cinco euros por 260?mililitros de zumo de naranja natural. No obstante, el mayor enga?o se dio en otro lugar de la Plaza Mayor: cuatro euros por un zumo de bote que trataron de vender como reci¨¦n exprimido.

De las cinco terrazas examinadas en Alcal¨¢, solo una ofrec¨ªa zumo de naranja natural. Tres euros por 230 mililitros. El resto de los zumos eran de bote y costaban entre dos y tres euros. M¨¢s razonable.