Volar un dron resulta (casi) imposible en la Comunidad de Madrid

Jos¨¦ Mar¨ªa acudi¨® con su hijo de 12 a?os a una tienda especializada. Sab¨ªa que quer¨ªa un dron ligero, con varias bater¨ªas para poder volar durante m¨¢s tiempo y gastarse entre 700 y 800 euros. Nada m¨¢s ver la aeronave de color rojo, la compr¨® y se la llev¨® a casa. Se empap¨® las caracter¨ªsticas y c¨®mo volarlo. El resto, supuestamente, era sencillo. Bastaba bajar al parque y lanzarlo al aire. Nada m¨¢s lejos de la realidad. En la Comunidad de Madrid resulta muy dif¨ªcil poder utilizar estas aeronaves, dado el alto n¨²mero de espacios restringidos o prohibidos que siembran la regi¨®n.

Lo que ignoraba Jos¨¦ Mar¨ªa es que en la capital est¨¢ prohibido levantar el dron. Pero igual ocurre en la periferia y muchas zonas cercanas. Basta echar un vistazo al mapa de Enaire para comprobar que, si alguien quiere grabar desde el aire el Palacio Real o la plaza de toros de Colmenar Viejo, lo va a tener muy complicado. Por no decir imposible. El presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Drones y Afines (Aedr¨®n, con 500 afiliados) lo resume gr¨¢ficamente: ¡°No se puede volar. Solo se puede hacer dentro de un recinto con cuatro paredes y un techo. Da lo mismo que sea un dron de 15 euros o uno de un coste much¨ªsimo m¨¢s alto¡±. ¡°El problema es que se han convertido en un elemento muy popular y la gente no sabe las altas multas que pueden recibir si lo hacen en lugares prohibidos¡±, afirma Bellver.

Fuentes de la Agencia Estatal de Seguridad A¨¦rea (AESA), el organismo que vigila todas las aeronaves de Espa?a, recuerda que la Comunidad de Madrid alberga numerosas instalaciones. Entre ellas destacan el aeropuerto Adolfo Su¨¢rez Madrid-Barajas, el de Cuatro Vientos y tres bases a¨¦reas (Torrej¨®n de Ardoz, Getafe y Colmenar Viejo). Solo con estas infraestructuras, ser¨ªa suficiente. Cada una de ellas tiene un espacio a¨¦reo controlado que protege los vuelos de entrada y salida, seg¨²n los responsables de AESA. Como m¨ªnimo, supone una superficie de ocho kil¨®metros desde las pistas y la zona de aproximaci¨®n. En caso de grandes aeropuertos como Barajas, esta reserva aumenta considerablemente.

Pero a ello se une adem¨¢s que hay 17 helipuertos ¡ªmuchos de ellos en hospitales¡ª. El Gobierno regional, de hecho, los construy¨® en la ¨¦poca en que Francisco Granados era consejero de Presidencia para agilizar el transporte sanitario urgente en zonas alejadas de la capital y de los hospitales de referencia. Tambi¨¦n cabe a?adir una decena de aer¨®dromos de uso restringido y zonas prohibidas o restringidas, entre otros motivos por ser el lugar donde viven aves protegidas. ¡°Estas limitaciones y restricciones al uso de los drones, tanto recreativos como profesionales, buscan garantizar la seguridad del resto de aeronaves y de las personas y bienes en tierra¡±, mantienen desde AESA. El protagonista de esta historia lo tiene entonces dif¨ªcil.

La duda se traslada entonces al presidente de Aedr¨®n:

- ?Qu¨¦ puede hacer Jos¨¦ Mar¨ªa con su nuevo dron, en el que se ha gastado 700 euros?

- Una recomendaci¨®n es que lo utilice como pisapapeles en su despacho. Eso, o que se arriesgue a una multa de unos 2.000 o 3.000 euros en caso de que lo vuele en una zona prohibida.

Salvador Bellver cree que la legislaci¨®n actual es ¡°excesivamente restringida¡± y en determinados aspectos no est¨¢ muy motivada. Un dron tiene limitada su altura m¨¢xima de vuelo a los 120 metros. El resto de aeronaves (helic¨®pteros o avionetas) no pueden bajar de los 300. Existe por tanto, en su opini¨®n, una franja de seguridad muy amplia.

Las sanciones a los pilotos profesionales ¡ªaquellos que han aprobado el curso, han pasado el reconocimiento m¨¦dico y se han dado de alta como operador en AESA, entre otros requisitos¡ª puede llegar a los 90.000 euros. ¡°El problema es que ha copiado la normativa y las sanciones del resto de la aerona¨²tica, cuando no tiene nada que ver una avioneta con un dron¡±, recuerda Bellver.

Esos profesionales requieren una autorizaci¨®n previa de AESA, que se encargar¨¢ de verificar el cumplimiento de ciertos requisitos para poder realizar determinadas operaciones, como sobrevolar lugares habitados o reuniones de personas al aire libre, en zonas de influencia de aeropuertos, vuelos nocturnos o con drones con una masa superior a los 25 kilos. ¡°Es decir, se pueden realizar operaciones a¨¦reas especializadas con drones en la Comunidad de Madrid, contando, cuando se requiera, con la autorizaci¨®n de AESA y coordinando los vuelos¡±, a?aden fuentes del organismo.

Denegaciones por sistema

La realidad es bien distinta. Fuentes profesionales del sector afirman que la agencia estatal no contesta las peticiones ¡°por sistema¡±. Este silencio resulta por tanto negativo, por lo que el operador no puede hacer su trabajo o volar el dron en una determinada. Con estos antecedentes, m¨¢s de una escuela de pilotos ha decidido comprar o alquilar una peque?a finca en medio de pueblos muy alejados de la capital para hacer las pr¨¢cticas obligatorias. En alg¨²n caso, se desplazan hasta Villaconejos, situado a 53 kil¨®metros de la capital. ¡°El sector vivi¨® un boom, pero, vistas todas las dificultades y trabas que tiene, mucha gente se est¨¢ desencantando¡±, concluye el presidente de Aedron.

Si Jos¨¦ Mar¨ªa decide saltarse las prohibiciones y levanta el dron, puede que nadie se d¨¦ cuenta de ello y pueda disfrutar de su nuevo juguete. Eso, si se lo permite la propia aplicaci¨®n del aparato, que a veces lo impide. Sin embargo, si al final lo consigue y lo lanza al aire, el resultado puede ser poco recomendable. La Guardia Civil cuenta con un equipo especializado, llamado Pegaso, que se cre¨® hace un a?o para controlar, entre otros, a los cuatric¨®pteros. En ese tiempo, ha realizado medio millar de actuaciones. Las principales infracciones que han detectado los agentes, que est¨¢n ubicados en el aeropuerto de Barajas, son la falta de la placa identificativa que deben llevar tanto el dron como la emisora desde la que se controla, as¨ª como el volarlos sin acuerdos de coordinaci¨®n en zonas pr¨®ximas a los aeropuertos. ¡°Hasta ahora, no hemos detectado una zona de la regi¨®n en la que se d¨¦ una mayor incidencia de infracciones¡±, reconoce un mando de la Guardia Civil.

Los agentes del Equipo Pegaso detectaron en julio a un vecino de Paracuellos que estaba volando su aeronave en las proximidades del aeropuerto de Barajas, con los riesgos que ello implica. Fue propuesto para sanci¨®n.

Vigilancia en la capital

La pregunta que se hace Jos¨¦ Mar¨ªa es que, si la Guardia Civil no vigila en la capital, quiz¨¢s pueda volarlo aqu¨ª ante la ausencia de agentes. Se equivoca. La Polic¨ªa Nacional hab¨ªa detectado entre abril y junio de este a?o 545 vuelos de 195 veh¨ªculos a¨¦reos no tripulados (drones) en la ciudad. Gracias a un sistema en pruebas de inteligencia artificial, se detecta el punto exacto en el que se encuentra el piloto. A veces, a m¨¢s de un kil¨®metro de distancia.

La tecnolog¨ªa ha permitido a los agentes ubicarlos en lugares poco accesibles como la terraza de un hotel, el interior de un establecimiento o el balc¨®n de su domicilio. La altura tambi¨¦n ha superado los 120 metros de l¨ªmite y se han detectado 30 aeronaves a m¨¢s de 200. En un caso, lleg¨® a los 450 metros, seg¨²n la Polic¨ªa Nacional. Todos los infractores fueron propuestos para la correspondiente sanci¨®n. ¡°Todo esto supone un aut¨¦ntico riesgo para los servicios a¨¦reos¡±, reconocen fuentes de la Polic¨ªa Nacional.

La ¨²nica opci¨®n que le queda a Jos¨¦ Mar¨ªa y a su hijo es subirse al coche, hacerse decenas de kil¨®metros y meterse en medio del campo. ¡°A los que nos gusta esto tenemos m¨¢s que grabados y fotografiados los ¨¢rboles y el paisaje m¨¢s cercano a nuestras casas. En todas las ¨¦pocas, horas y posiciones¡±, ironiza Bellver.