Pol¨ªticos con coraje
La pol¨ªtica, seg¨²n John F. Kennedy, ¡°es el bello arte de conciliar, equilibrar e interpretar las fuerzas y facciones de la opini¨®n p¨²blica¡± para permitir que los gobiernos funcionen, lo que no es tarea f¨¢cil
?Qu¨¦ clase de pol¨ªtico quiero ser? Muchos nunca se han formulado esta pregunta. John F. Kennedy se la hizo siendo ya senador, casi una d¨¦cada despu¨¦s de iniciar su carrera pol¨ªtica. Un episodio fue determinante para ello. A finales de 1954 el Senado norteamericano conden¨® las (malas) pr¨¢cticas del republicano Joseph McCarthy. John fue el ¨²nico dem¨®crata que se abstuvo en la votaci¨®n contra el promotor de la caza de brujas anticomunista.
McCarthy era un buen amigo del patriarca de los Kennedy. Bobby, hermano de John, trabajaba con el republicano, que era, como la saga de Boston, cat¨®lico. Con lo que enfrentarse a ¨¦l pod¨ªa enojar a un n¨²mero nada desde?able de sus votantes, los cat¨®licos de Massachusetts a quienes en parte representaba. Pero a JFK cada vez le resultaba m¨¢s dif¨ªcil responder a la recurrente pregunta de la prensa y pronto entendi¨® que se hab¨ªa equivocado.
El trasfondo moral de la cuesti¨®n le llev¨® a tomar m¨¢s consciencia sobre la independencia pol¨ªtica y a lamentar su decisi¨®n. ?Hasta qu¨¦ punto y por qu¨¦ motivo un pol¨ªtico puede arriesgar su carrera? Para tratar de responder a este y otros muchos interrogantes, John aprovech¨® una larga convalecencia en 1955 para escribir un libro sobre la cuesti¨®n.
Su estrecho colaborador Ted Sorensen y el profesor Jules Davids, de la Universidad de Georgetown, prepararon el borrador de un ensayo centrado en ocho senadores que hab¨ªan resistido a todo tipo de presiones, arriesgando sus carreras y tomando medidas impopulares en las que cre¨ªan. John edit¨® el texto y le dio el toque final. Profiles in Courage se public¨® en 1956 y de inmediato se convirti¨® en un best-seller. Al a?o siguiente obtuvo el premio Pulitzer. El jugo del volumen se halla en su introducci¨®n, donde Kennedy expresaba que una naci¨®n que olvida el coraje que anta?o se ha vertido en su vida p¨²blica es improbable que lo demande a la pol¨ªtica presente.
A?ad¨ªa tambi¨¦n que era clave que los electores supiesen a qu¨¦ presiones se ve¨ªan sometidos los pol¨ªticos para as¨ª juzgarlos mejor. Describ¨ªa tres elementos que constre?¨ªan de entrada su actuaci¨®n: ser queridos y reconocidos, ser reelegidos, la presi¨®n de los grupos de inter¨¦s. John abogaba por acordar reformas por m¨ªnimas que fuesen, alej¨¢ndose de los extremismos que nunca quedan satisfechos. ¡°El acuerdo no es sin¨®nimo de cobard¨ªa¡±, sentenciaba.
Kennedy tambi¨¦n planteaba que el af¨¢n por continuar en el candelero llevaba a muchos a acomodarse y a desarrollar el h¨¢bito f¨¢cil de comulgar con la opini¨®n popular. En cambio ¨¦l cre¨ªa que los pol¨ªticos no deb¨ªan ser meros sism¨®grafos de ¨¦sta para trasladarla simplemente al parlamento, sino que lejos de sentirse atados a cada impulso del electorado deb¨ªan actuar como considerasen y ya ser¨ªan juzgados por ello en los nuevos comicios. La democracia, expresaba, ¡°no se basa simplemente en la esperanza a menudo frustrada que la opini¨®n p¨²blica se identificar¨¢ siempre y bajo cualquier circunstancia con el inter¨¦s general¡±. El pol¨ªtico deb¨ªa decidir al margen de encuestas, de editoriales, de peticiones envenenadas y de la creciente influencia de los profesionales de las relaciones p¨²blicas, sosten¨ªa.
La pol¨ªtica, seg¨²n ¨¦l, ¡°es el bello arte de conciliar, equilibrar e interpretar las fuerzas y facciones de la opini¨®n p¨²blica¡± para permitir que los gobiernos funcionen, lo que no es tarea f¨¢cil. Aunque ¨¦l mismo incumpliese lo plasmado en el papel, el suyo es un texto valioso.
En Espa?a y en Catalu?a, en este verano de marasmo y presupuestos prorrogados insostenibles, tras un ciclo pol¨ªtico agotador e inacabado, convendr¨ªa que los pol¨ªticos en activo leyeran la introducci¨®n de JFK. Sin necesidad de hacerlo con un pensamiento naif, sin esperar ellos, ni esperar los electores que los buenos prop¨®sitos se pueden cumplir en su totalidad, lo que siempre lleva a la melancol¨ªa, pero teni¨¦ndolo como meta.
No son m¨¢s de veinte p¨¢ginas que podr¨ªan incluso formar parte de los kits de bienvenida de cada nueva legislatura en nuestros parlamentos. A quienes llevan a?os en la brega les dar¨ªa qu¨¦ pensar y como a Kennedy le sucedi¨®, descontento por su actuaci¨®n con McCarthy, podr¨ªan tener su revelaci¨®n tras el hundimiento del oto?o de 2017. A los nuevos diputados les dar¨ªa un horizonte y, sin tener que esperar a fracaso o revelaci¨®n alguna, podr¨ªan preguntarse qu¨¦ clase de pol¨ªticos quieren ser. ?Quiz¨¢ uno con coraje?
Joan Esculies es escritor e historiador.
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