La cuidadora que se apropi¨® de la herencia de una anciana
La empleada cont¨® con la ayuda del trabajador de un banco para saquear las cuentas de la mujer tras su muerte
La anciana muri¨® el 30 de diciembre de 2013 en una residencia de Alcal¨¢ de Henares con gimnasio, peluquer¨ªa, sala de lectura y hasta capilla, aunque sola y sin descendientes. No dej¨® testamento. Su ¨²ltima cuidadora, la que se hab¨ªa ocupado de ella durante los ¨²ltimos 12 a?os, crey¨® que la herencia deb¨ªa ser suya a cualquier precio.?
Daniela Mihaela Georghies y su marido Mircea Constantin?vaciaron las cuentas de la anciana durante los dos siguientes a?os y utilizaron a discreci¨®n una de las tarjetas de cr¨¦dito. El matrimonio cont¨® con la complicidad de un empleado del banco, ?ngel Matarranz, que cobr¨® 3.000 euros por ayudarles a perpetrar la estafa, que asciende a m¨¢s de 100.000. Los tres reconocieron los hechos este martes en la Audiencia Provincial de Madrid y aceptaron penas por debajo de dos a?os, lo que les evita entrar en la c¨¢rcel.?
La sucursal de Bankia en Alcal¨¢ fue la que avis¨® a la polic¨ªa de que algo raro ocurr¨ªa en las cuentas de la anciana, a la que cre¨ªan viva. Nadie les hab¨ªa notificado su muerte. La residencia Ballesol devolv¨ªa las transferencias que segu¨ªan envi¨¢ndoles religiosamente. El Grupo de Estafas de la polic¨ªa de Madrid se puso a investigar y dio con la casa de la anciana en el barrio del Retiro, en la calle Pez Austral, donde hab¨ªa vivido durante toda su vida hasta que eligi¨® un geri¨¢trico a las afueras. La asistenta del hogar ten¨ªa llaves del piso, en la que todav¨ªa entraba y sal¨ªa como quer¨ªa.? ?
?Al ser interrogada, la mujer le mostr¨® a la polic¨ªa un testamento escrito a mano en el que se le consideraba heredera universal. Le preguntaron por qu¨¦ no lo hab¨ªa mostrado antes y dijo que lo acababa de encontrar oculto en una caja de zapatos que no hab¨ªa abierto hasta ahora. El documento, seg¨²n comprob¨® la polic¨ªa, era falso. Tambi¨¦n lo eran los 11 cheques que hab¨ªa llevado al banco con la firma de su antigua jefa con los que hab¨ªa sacado m¨¢s de 90.000 euros de la cuenta.?
El matrimonio rumano, al descubrirse el enga?o, le regres¨® a la polic¨ªa 52.900 euros y algunos art¨ªculos que hab¨ªa comprado con la tarjeta de cr¨¦dito. El escrito de acusaci¨®n recordaba este acto como una muestra de colaboraci¨®n con la justicia que tuvo la pareja antes de que se celebrara la vista.
El juicio contra los tres acusados deb¨ªa celebrarse este martes a las 10.00, pero en el ¨²ltimo momento llegaron a un acuerdo con la fiscal¨ªa. Ya no era necesario echar la ma?ana tratando de determinar su culpabilidad, directamente la reconoc¨ªan. La cuidadora acept¨® seis meses de prisi¨®n y devolver todo el dinero estafado.? Su marido y el empleado del banco, 15 meses cada uno.
Ninguno de los tres se libr¨®?del reproche del juez presidente de la secci¨®n, Juan Jos¨¦ Ortega:
¡ªRespeto el acuerdo que ustedes han acordado con Daniela pero les hago ver que ustedes tambi¨¦n son responsables y si Daniela dejase de pagar les exigir¨ªamos a ustedes que paguen y, si no abonan, exigir¨ªamos su ingreso en prisi¨®n. Obviamente siempre podr¨¢n hacer valer este acuerdo frente a Daniela en otra jurisdicci¨®n. ?Me han entendido?
¡ªS¨ª, s¨ª -¡ª?dijeron los dos hombres, aunque no parec¨ªan muy convencidos.
¡ªUstedes son responsables los tres ¡ªinsisti¨® el juez¡ª, pero les vamos a exigir de entrada que?do?a Daniela abone la indemnizaci¨®n. ?Lo han comprendido?
¡ªS¨ª?¡ªde nuevo los dos al un¨ªsono.?
¡ªPues cuando firmen el acta, despu¨¦s de sus abogados, ya pueden irse.
Sin embargo, antes de que todo acabara, la cuidadora quiso saber c¨®mo y cu¨¢ndo deb¨ªa devolver el dinero. El juez Ortega trat¨® de explic¨¢rselo:
¡ªNo lo hemos fijado , pero deber¨ªa ser en los primeros d¨ªas del mes de octubre. ?De acuerdo? Me da igual el 1 que el 3 que el 5, mensualmente tiene usted que abonar la cantidad de 300 euros. Eso no se modificar¨¢ en el plazo de cinco a?os y durante esos cinco a?os, en el momento que usted quiera, tiene que abonar el resto. ?Lo ha comprendido??
¡ªS¨ª¡ª, respondi¨® lac¨®nica.?
Despu¨¦s la cuidadora, su marido y el empleado del banco salieron de la sala serios y cabizbajos.
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