El ¡®proc¨¦s¡¯ en casa de la ¡®mossa¡¯ Forester
La escritora Teresa Solana ambienta ¡®Octubre¡¯, la tercera entrega de su inspectora, en los tensos d¨ªas alrededor del refer¨¦ndum del 1-O
El grado de disensi¨®n que ha provocado el proc¨¦s soberanista en los hogares catalanes quiz¨¢ sea susceptible de discusi¨®n, pero no su presencia al modo de Espada de Damocles, de la que no se ha librado ni la particular familia de la inspectora de los Mossos d¡¯Esquadra Norma Forester. Su creadora, Teresa Solana, la enfrenta en su tercera aventura, Octubre (Alrev¨¨s, colecci¨®n Crims.cat), al debate entre sus convicciones pol¨ªticas y su profesi¨®n, tambi¨¦n con las radicales y opuestas posturas de los miembros de su clan y hasta con las de su propio equipo de investigaci¨®n y del cuerpo policial auton¨®mico, en el marco de los 11 d¨ªas previos al refer¨¦ndum del 1 de octubre de 2017. En medio, un crimen con una v¨ªctima sin identidad, quiz¨¢ met¨¢fora de la situaci¨®n sociopol¨ªtica de hoy.
¡°Norma se ha vuelto independentista de los de nueva hornada, de los que no lo ¨¦ramos y nos hemos convertido no tanto por un tema identitario como por trazar un camino para alcanzar una sociedad m¨¢s justa, republicana y feminista¡±, explica Solana (Barcelona, 1962) sobre ella y sobre su personaje, nacido hace nueve a?os en Negres tempestes (premio Crims de Tinta) y que retom¨® en La casa de les papallones (2014). Pero no es una novela sobre el 1-O porque cree que a¨²n es ¡°imposible¡± hacer ficci¨®n sobre ello. ¡°Nos faltan elementos para saber qu¨¦ pas¨® antes y, sobre todo, que pas¨® despu¨¦s; s¨®lo he pretendido captar, congelar, el ambiente de un momento¡±.
Asegura que buscaba tambi¨¦n ¡°desdramatizar esa sensaci¨®n que se dio de rupturas familiares que generaba el proc¨¦s; s¨ª, yo me discut¨ª con algunos, pero fue muy minoritario¡±, sostiene. Quiz¨¢ por todo ello, las referencias en la novela a la incertidumbre de esos d¨ªas son tenues, apenas un visillo en la trastienda, sin jugar ni elucubrar narrativamente con ello. As¨ª, se entrev¨¦ que en los Mossoshay tensi¨®n por si mantenerse al lado de la Generalitat o cumplir con las ¨®rdenes judiciales para evitar el refer¨¦ndum; en alg¨²n momento, se intuye que algunos polic¨ªas no se hablan entre ellos por sus posturas pol¨ªticas, reforzadas porque mandos y n¨²meros tienen a familiares o amigos en la concentraci¨®n ante la consejer¨ªa de Econom¨ªa en Rambla de Catalunya o en los tenderetes organizativos de la ANC o en la sede de la CUP para impedir la entrada de la Polic¨ªa Nacional. ¡°He imaginado completamente las visiones contrapuestas, esta vez no he hecho entrevistas con ning¨²n mosso ni he investigado al respecto¡±, se apresura a aclarar Solana.
En el ¨¢mbito de la extra?a santa compa?a que conforma el c¨ªrculo ¨ªntimo de la mossa Forester, la idiosincrasia de cada personaje deja entrever de manera previsible al lector d¨®nde se los encontrar¨¢ y c¨®mo acabar¨¢n. As¨ª, Mim¨ª, la ex hippie madre (soltera) de Norma, para poco por casa porque est¨¢ con sus, esos d¨ªas, hiperactivas amigas septuagenarias de la ANC; su hija Violeta, okupa hasta la novela anterior, prosigue en la ¨®rbita de la CUP; la tieta Margarita, monja clarisa del monasterio de Pedralbes, asoma m¨¢s misteriosa que nunca en su doble vida de hacker. Hasta las viajeras y clandestinas urnas tendr¨¢n una tragic¨®mica aparici¨®n. Por todo ello, Norma (a la que le gustar¨ªa votar) le recuerda a su hija que en una inminente comida familiar de domingo ¡°no se podr¨¢ hablar de pol¨ªtica¡±, para evitar el enfrentamiento entre su marido Octavi (un forense esc¨¦ptico y no independentista) y su cu?ado (en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas, como manda el t¨®pico).
Octubre, como planteamiento negrocriminal, sigue el estilo desarrollado por Solana en sus ocho obras anteriores, una trayectoria que arranc¨® en Un crim imperfecte (2006, premio Brigada 21), marcadas todas ¡°m¨¢s por el procedimiento que por otros enfoques¡±, aqu¨ª al servicio de un supuesto crimen fruto de un robo, pero del que se desconoce todo del muerto, que viv¨ªa bajo una falsa identidad. ¡°Me gustaba la idea de alguien del que no logra averiguarse qui¨¦n es en estos tiempos de ciencia forense tan avanzada; es una met¨¢fora de la desconfianza en la v¨ªctima, muy de la sociedad actual¡±, dice Solana, que sigue ambientando sus obras en la Barcelona del Eixample y de Gr¨¤cia, donde vivi¨®: ¡°La ciudad m¨¢s negra del centro, de drogas e inmigraci¨®n, la conozco menos, quiz¨¢ pueda aportar m¨¢s con una mirada del crimen desde barrios m¨¢s burgueses¡±.
Crece en esta entrega el feminismo (¡°Norma siempre ha sido feminista y voy normalizando comportamientos, como la propia sociedad¡±) y tambi¨¦n la figura del subinspector Carrasco, ex Polic¨ªa Nacional de la vieja escuela franquista, muy pol¨ªticamente incorrecto a las puertas de su jubilaci¨®n, mientras aflora un nuevo sargento, Alberich (exprofesor de lat¨ªn, gui?o quiz¨¢ a que su creadora es licenciada en Filosof¨ªa y en Filolog¨ªa cl¨¢sica), m¨¢s nacionalista que su colega lesbiana Am¨¨lia. En cualquier caso, el t¨ªpico humor solanesco apenas aflora. ¡°Empec¨¦ esta novela muy enfada por los presos y exiliados; al principio ten¨ªa un tono m¨¢s serio que luego rebaj¨¦ y recuper¨¦ m¨¢s mi mirada; para eso la saga Norma era ideal: si la hubiera enfocado con los hermanos hubiera tomado un cariz m¨¢s pol¨ªtico¡±, afirma refiri¨¦ndose a su serie sobre los investigadores gemelos Eduard i Borja Masd¨¦u, con los que inici¨® su carrera literaria.
Solana, primera escritora catalana nominada a los premios Edgar Allan Poe (2013) y que desde 2014 vive en Oxford (¡°ah¨ª no se habla m¨¢s que del Brexit y el cambio clim¨¢tico; Catalu?a ha desaparecido de la agenda¡±), no descarta abordar el proc¨¦s ¡°incluso fuera del ¨¢mbito de la novela negra¡±; pero eso no ser¨ªa hasta que halle un hueco en su apretujada agenda, marcada por una novela aparcada para hacer Octubre y la promoci¨®n internacional de la traducci¨®n al ingl¨¦s de los relatos de Mat¨¨ria grisa, con los que gan¨® el 19? premio Roc Boronat. Y tambi¨¦n cuando el propio proc¨¦s acabe.
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