Mahler con l¨¢grimas de emoci¨®n

Siete minutos de aplausos, con la aclamaci¨®n del p¨²blico y los m¨²sicos de la Orquesta Filarm¨®nica de Israel conteniendo las l¨¢grimas. As¨ª fue la rotunda manifestaci¨®n de admiraci¨®n y cari?o que recibi¨® Zubin Mehta el mi¨¦rcoles en el Auditori de Barcelona tras dirigir por ¨²ltima vez la Tercera sinfon¨ªa de Gustav Mahler al frente de la formaci¨®n israel¨ª. Por su delicada salud, dirigi¨® sentado, pero antes del cl¨ªmax final, tras pilotar un largo viaje (una hora y cuarenta minutos) mahleriano hacia la plenitud de la naturaleza y el amor que alcanza su cenit en el sublime Adagio, Mehta se levant¨® para dirigir, de pie y con el coraz¨®n en un pu?o, el poderoso final.

La Tercera de Mahler tiene una profunda carga emocional para Mehta y los m¨²sicos de la Filarm¨®nica de Israel, que llevan 50 a?os de relaci¨®n art¨ªstica. El octogenario director indio asegura que el lento y profundo movimiento final es "una de las m¨²sicas m¨¢s hermosas que he dirigido, me toca el coraz¨®n y me emociona cada vez que la dirijo". De hecho, el famoso director vaci¨® su coraz¨®n en una apasionada interpretaci¨®n del Adagio que, tal y como le recordaba siempre Leonard Bernstein, nunca debe durar menos de 25 minutos: sigui¨® su consejo a rajatabla, porque eso es lo que dur¨® su conmovedora versi¨®n en el Auditori.

Probablemente, el espectacular movimiento que abre la Tercera, es el que encierra m¨¢s dificultades t¨¦cnicas para un director, pues desata con apabullante ciencia un volc¨¢n de vivencias, paisajes y sentimientos: a pesar de la qu¨ªmica entre orquesta y director, ligeros desajustes en las secciones y algunas pifias en los metales evidenciaron el trasiego por los distintos repertorios -Verdi, Berlioz, Haydn- que ofrecen en su ¨²ltima gira, que han cerrado con dos conciertos en Barcelona (BCN Cl¨¤ssics) y Madrid (Iberm¨²sica). Poco importa, porque la fuerza, la belleza sonora, el lirismo desbordante y los poderosos contrastes animaron una lectura inolvidable.

En el cuarto movimiento, la c¨¢lida voz de la mezzosoprano Gerhild Romberger llen¨® de expresividad el anhelo de eternidad que late en las palabras de Nietzche (texto de As¨ª habl¨® Zaratustra), mientras que en el quinto, la angelical intervenci¨®n coral sobre un poema de Des Knaben Wunderhorn (El cuerno m¨¢gico de la juventud) tuvo su m¨¢gico efecto en las voces del coro infantil y el coro de chicas del Orfe¨® Catal¨¤. Despu¨¦s, la serena lectura del inmenso Adagio conmocion¨® el Auditori.

Inolvidable concierto, sin duda, aunque el resultado econ¨®mico para sus promotores -BCN Cl¨¤ssics asum¨ªa el 70% del presupuesto y el Auditori corr¨ªa con el 30% restante)- no fue bueno. Traer orquestas de primera es muy costoso y Mehta es uno de los directores m¨¢s caros del planeta, as¨ª que, para cubrir gastos, depend¨ªan del ¨¦xito en taquilla, pero ni con rebajas de ¨²ltima hora en los precios (con las localidades m¨¢s caras a 165 euros) lograron agotar el papel. Mehta tiene previsto volver a Barcelona el 25 de abril de 2020, con la Filarm¨®nica de Viena, y las entradas m¨¢s caras en el Palau est¨¢n a 230 euros. Veremos que pasa.