La m¨²sica del Mercat de Vic se impone a lluvia y truenos

La actuaci¨®n de Ferr¨¢n Palau, uno de los artistas catalanes m¨¢s sugestivos del momento, protagoniz¨® uno de los conciertos m¨¢s brillantes de la segunda jornada del Mercat de M¨²sica de Vic, que ayer se abri¨® mediante un imponente concierto de percusi¨®n a cargo de los truenos de una tormenta que por decreto trajo el oto?o a la Plana de Vic. Contrariamente a la naturaleza, Ferr¨¢n fundament¨® su actuaci¨®n en los silencios y en la levedad de una voz que no quiere cantar en sentido estricto, adorn¨¢ndose e impost¨¢ndose, sino que opta por decir quedamente, como un susurro que lleva sus palabras a¨²n m¨¢s adentro en quien las escucha. Junto con Lorena ?lvarez, el cancionero andalus¨ª de Javier Ruibal y la improvisaci¨®n pian¨ªstica de Marco Mezquida, marc¨® la pauta de una jornada salvada por la ubicaci¨®n de la mayor parte de las actuaciones en recintos cubiertos.

Lo de Ferr¨¢n Palau se explica f¨¢cil: lo que puedas decir con dos palabras; dilo con una, lo que pueda sonar con una nota, t¨®calo con media. El resultado es una m¨²sica suspendida, como ingr¨¢vida, que avanza perezosa como la marea y empapa con la imperceptible terquedad del sirimiri. Ataviado de manera que recordaba a Bazooka Joe, el personaje de aquellos chicles de los setenta, Ferr¨¢n present¨® en sucinto cuarteto las canciones de su inminente nuevo disco, de t¨ªtulo tan juguet¨®n como Kevin, y simplemente detuvo el tiempo.

Antes fue el momento de las canciones sencillas, como dice el t¨ªtulo del ¨²ltimo trabajo de Lorena ?lvarez, una de las artistas que tambi¨¦n destac¨® en la tarde noche de ayer en Vic. Armada con eso que podr¨ªamos denominar m¨²sica popular, la artista asturiana cautiv¨® con su naturalidad, franqueza y desparpajo en una de las carpas del festival, donde mostr¨® un cancionero nada sofisticado, muy de calle, pre?ado de sabidur¨ªa popular y con una orientaci¨®n marcadamente feminista, que ella muestra sin fruncir el ce?o (opci¨®n por otra parte muy respetable), sino provocando la sonrisa con su iron¨ªa. Fue el caso, por ejemplo, de Si t¨² eres mi hombre, un tema que en el fondo versa sobre la violencia masculina hacia la mujer que ella, con sonoridad de canci¨®n de plaza de pueblo, traduce en un humor que aleja el dramatismo, aunque dejando poso.

Fue una de las piezas que interpret¨® en su concierto, que tambi¨¦n se acerc¨® a la cumbia o a una suerte de reguet¨®n dir¨ªamos baturro, con temas como Manolo, sin duda un brillante t¨ªtulo de canci¨®n en estos tiempos de aparente sofisticaci¨®n. Tampoco olvid¨® las penurias que el calendario impone especialmente a las mujeres, utilizando en su favor frases tan insoportables como ¡°que no se te pase el arroz¡±. Ella, que se autodefini¨® como mujer de cierta edad, cant¨® en Debajo de este olivo a la dictadura de los a?os, ejercida sobre las mujeres tanto biol¨®gica como est¨¦ticamente. Y es que los hombres maduran, las mujeres envejecen. En este sentido, su concierto, de formas precarias, sin pretensiones y fr¨¢gil ofreci¨® canciones sencillas que en realidad no lo son en absoluto.