El intento de asesinato en un negocio de turismo rural de Muros se salda con tres a?os de prisi¨®n
La Audiencia considera probado que el vecino quiso "atentar contra la vida" de la due?a de la casa con una barra de hierro. Tambi¨¦n atac¨® a su marido con una hoz
Marcelino, vecino de Muros, cont¨® en el juicio que hab¨ªa vendido a Carmen y Jes¨²s una vivienda y que ellos abrieron una casa de turismo rural. Seg¨²n el hombre, el matrimonio ten¨ªa la intenci¨®n de reunir cinco casas para montar toda una aldea de alojamientos tur¨ªsticos. El 11 de marzo de 2007, se present¨® en la propiedad de sus vecinos y hubo un enfrentamiento. Marcelino, al que un abogado de oficio le hab¨ªa recomendado declarar que no recordaba nada, decidi¨® hablar en el juicio y relat¨® que aquel d¨ªa ven¨ªa "de tomar los vinos", pero no muy "cargado". Dijo que el matrimonio le tom¨® el pelo y Jes¨²s lo llam¨® "borracho", y que entonces ¨¦l salt¨®: "?Si callaras la boca, ladr¨®n de mierda!". El hombre asegura que ¨¦l no agredi¨® a nadie y que el atacado, por varias personas que se hallaban en la casa de turismo rural, fue ¨¦l. Sin embargo, la Audiencia Provincial de A Coru?a considera probado que Marcelino irrumpi¨® en la propiedad de sus vecinos con una barra de hierro de casi un metro de largo y fue directo a golpear en la cabeza, por la espalda, a Mar¨ªa del Carmen, que estaba de sobremesa con sus hijos y una amiga de los chicos. El hombre, que pas¨® en prisi¨®n provisional de marzo de 2007 a febrero de 2008, acaba de ser condenado a tres a?os de c¨¢rcel por un asesinato en grado de tentativa y un delito consumado de lesiones.
El matrimonio vecino, que tambi¨¦n estaba acusado, ha quedado absuelto por usar la fuerza en leg¨ªtima defensa tras el ataque de Marcelino. Los magistrados concluyen que? la agresi¨®n "inopinada del hombre sobre Mar¨ªa del Carmen cre¨® ciertamente un riesgo inminente para la vida de esta. Y esa acci¨®n era real y actual cuando" se present¨® Jes¨²s "tratando de reprimir el ataque". Luego, Marcelino regres¨® a la casa blandiendo una hoz, y al final el esposo de la agredida logr¨® inmovilizarlo. En el fallo, que a¨²n puede recurrirse en casaci¨®n en el Supremo, la secci¨®n segunda de la Audiencia tiene en cuenta las atenuantes de dilaciones indebidas y de alteraci¨®n ps¨ªquica, a pesar de que alg¨²n perito neg¨® esto ¨²ltimo. Para el tribunal, las "capacidades intelectivo-volitivas" del imputado estaban ¡°comprometidas moderadamente debido al consumo de alcohol combinado con sus ideas deliroides de perjuicio¡±. En adelante, Marcelino tampoco podr¨¢ volver a residir en la aldea ni acercarse a menos de 200 metros de la v¨ªctima, su marido y sus hijos durante ocho a?os.
La sentencia recoge como hechos probados que Marcelino, nacido en 1944, golpe¨® con la barra de hierro de 90 cent¨ªmetros a Carmen (nacida en 1975), en la parte de atr¨¢s de la cabeza, mientras ella se hallaba sentada a la mesa en el exterior de la casa. Debido a la violencia del impacto que la mujer no vio venir, se cay¨® al suelo, y Marcelino la sigui¨® golpeando. "Alertado por un angustioso grito de Mar¨ªa del Carmen, apareci¨® su marido", que "se hallaba en el interior de la casa preparando el caf¨¦". Jes¨²s (nacido en 1956) "forceje¨® con Marcelino, lo tir¨® al suelo y se ech¨® encima de ¨¦l para tratar de evitar un nuevo ataque a su esposa". Le arrebat¨® la barra de hierro y "lo sujet¨® para evitar que se levantase, pero al o¨ªr a su mujer gritar que lo hab¨ªa matado, lo solt¨®".
"Presa de los nervios, Mar¨ªa del Carmen logr¨® marcar algunos n¨²meros desde su m¨®vil para alertar a las fuerzas de seguridad y a la madre de la ni?a invitada", y como le sangraba la cabeza, empez¨® a prepararse para que Jes¨²s la condujera hasta el hospital. Pero antes de que pudieran irse Marcelino, que se hab¨ªa ido a su casa, "volvi¨® de nuevo portando una hoz con mango de madera largo)", abri¨® la cancilla y trat¨® de golpear y cortar a Jes¨²s. "?ste trat¨® de defenderse con la barra de hierro que antes le hab¨ªa quitado a Marcelino y, en un despiste de ¨¦ste, le dio el primer golpe en la hoz", relata el tribunal: "Entonces Marcelino perdi¨® el equilibrio, se cay¨® y Jes¨²s volvi¨® a ponerse sobre ¨¦l para que no se moviera". Minutos despu¨¦s lleg¨® la Polic¨ªa Local y se llev¨® esposado al vecino que hab¨ªa empezado la reyerta.
El matrimonio atacado asegur¨® en el juicio que no se le hab¨ªa pasado por la cabeza comprarle m¨¢s propiedades al agresor para montar una aldea de turismo rural. Tambi¨¦n asegur¨® que hasta ese momento se llevaban "muy bien" y que el hombre parec¨ªa estar "muy contento" de que la pareja hubiese "dado valor a la propiedad" que les hab¨ªa vendido.
Como consecuencia de los golpes en la cabeza y el cuerpo, la mujer sufri¨® lesiones en la zona occipital, en la mano derecha con la que trat¨® de protegerse cuando cay¨® al suelo, y en el pecho. Tard¨® en recuperarse 452 d¨ªas, de los que 11 estuvo hospitalizada y 75, impedida, y arrastra secuelas de dolor, artrosis, limitaci¨®n de la movilidad en la mano y cicatrices en la mano y la cabeza. Por los golpes que llev¨® en el forcejeo con Jes¨²s Manuel, Marcelino tambi¨¦n result¨® lesionado, pero solo estuvo dos d¨ªas "impedido para sus ocupaciones habituales". El esposo de Mar¨ªa del Carmen solo padeci¨® un cuadro de ansiedad que no necesit¨® tratamiento. Los jueces consideran acreditado que el condenado actu¨® ¡°con ¨¢nimo de atentar contra la vida¡± de la vecina, a la que deber¨¢ indemnizar con 50.000 euros, adem¨¢s de pagar otros 1.450 al marido y saldar cuentas con el Sergas por el gasto que generaron los tratamientos de las lesiones.
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