Un ¡®caballo¡¯ desbocado de las letras catalanas
Males Herbes rescata ¡®?pera ?cid¡¯, novela de 1989 sobre el mundo de la hero¨ªna, cuyo autor, Miquel Creus, ¡®desapareci¨®¡¯ tras escribirla
¡°En Dom prepara una altra xeringa: escalfa la pols en una cullera amb aigua: la filtra amb un cot¨®: s¡¯assegura que el l¨ªquid ompli b¨¦ la xeringa: sense aire: sense res, res que no sigui all¨°. Aleshores li posa b¨¦ al bra? a la Naida, i la torna a punxar¡±. No es, ni de lejos, el momento m¨¢s crudo o angustiante de ?pera ?cid, de Miquel Creus, novela inusual en el panorama literario en catal¨¢n: por abordar el s¨®rdido mundo de la hero¨ªna, del caballo, en Catalu?a y en primer persona, y por la desaparici¨®n de su autor, que no escribi¨® nunca nada m¨¢s desde aquel 1989 y al que incluso algunos dieron por fallecido en el extranjero. A los 30 a?os de su publicaci¨®n en Edicions 62, la obra reaparece ahora recuperada por el sello Males Herbes, lo que ha permitido averiguar tambi¨¦n que el autor vive, recluido y silente lejos de todo, en Berl¨ªn.
¡°Iba completamente de negro, como una sombra¡±, evoca el editor Ramon Mas la figura de Creus (Vic, 1955), al que hab¨ªa le¨ªdo de universitario y al que cre¨ªa muerto pero con el que, tras m¨²ltiples pesquisas que relata en el pr¨®logo del libro, contact¨® al final para que le autorizara a repescar una novela que resume como ¡°la historia de un tipo que va por las calles de Vic buscando caballo para chut¨¢rselo a una ni?a que tiene el mono¡±. Con una fraseolog¨ªa corta, cortante, contestataria en forma y fondo ye un contexto embrutecido y agobiante, Creus narra, usando la primera persona, el tortuoso periplo interior y exterior de Dom, drogadicto en decadente ca¨ªda libre, a la b¨²squeda por las m¨¢s duras calles (presumiblemente, de Vic) de una dosis de hero¨ªna para Naida, la hija adicta de una amiga fallecida que la ha dejado de alguna manera a su cargo.
¡°El libro apunta a inicio de algo m¨¢s que a final, a un duro mundo que deber¨ªa venir despu¨¦s¡±, intuye Mas a partir de los jirones autobiogr¨¢ficos que se atisban en la obra y del encuentro de hace un a?o en un bar del barrio de Gracia de Barcelona en un viaje rel¨¢mpago del autor, donde un ¡°bastante demacrado¡± Creus, parco en palabras y expresiones y sin querer rememorar nada de su vida pasada, le inform¨® de que viv¨ªa en Berl¨ªn y de que ¡°no quiere cobrar nada de derechos de la reedici¨®n¡±. Mas digitaliz¨® un ejemplar de la novela de Edicions 62 y se la pas¨® a Creus, que se la devolvi¨® con ¡°apenas una treintena de peque?os retoques estil¨ªsticos¡±.
El editor de Males Herbes sostiene que la obra, de 132 p¨¢ginas, ¡°tiene un valor hist¨®rico y socioliterario; es una demostraci¨®n de que se puede hacer todo tipo de literatura en catal¨¢n, tambi¨¦n la de una subcultura alternativa; Creus es ese perfil de escritor que pr¨¢cticamente no tenemos, o no hemos sabido encontrar en catal¨¢n, una literatura maldita tipo William S. Burroughs o Arthur Rimbaud¡¡±.
¡°Miquel Creus es ese perfil de escritor que pr¨¢cticamente no tenemos, o no hemos sabido encontrar en catal¨¢n, una literatura maldita tipo? Burroughs o? Rimbaud¡±, dice el editor Ramon Mas
Un argumento similar para justificar la apuesta que hizo en 1989 por Creus es la que expone ?lex Broch, a la saz¨®n director literario adjunto de Edicions 62 desde enero del a?o anterior. ¡°Entr¨¦ para modernizar y rejuvenecer el cat¨¢logo de autores de la editorial, entonces presionada por las iniciativas de nuevas voces y ¨¢mbitos que abr¨ªan Jaume Vallcorba desde Quaderns Crema, o Miquel Alzueta desde Columna¡±, rememora el veterano editor. En ese contexto, con t¨ªtulos ese mismo a?o como La magnitud de la trag¨¨dia, de Quim Monz¨®, o El jard¨ª dels set crepuscles, de Miquel de Palol, ¡°Creus era algo in¨¦dito, un testimonio de un mundo diferente, explicado con un lenguaje crudo y a veces no f¨¢cil, pero que deb¨ªa existir¡±, resume.
Aquella voz tampoco le era ajena del todo a Broch. En realidad, ya le hab¨ªa publicado una novela antes, Gaia¡oh! Gaia, el n¨²mero 28 de la colecci¨®n Les ales esteses de La Magrana, en 1987. ¡°Seguramente me debi¨® llegar de manera an¨®nima: en ese momento busc¨¢bamos base literaria para transformar La Magrana, que ven¨ªa de ser un sello pol¨ªtico¡±. De ah¨ª se llev¨® a Creus a Edicions 62, a pesar de que su debut, la historia de un particular tri¨¢ngulo amoroso, sin rastros del mundo de la droga, ¡°no tuvo ventas brillantes¡±.
Broch le recuerda hablando en su despacho. ¡°Era moreno, delgado, no muy alto, con el pelo bastante largo; pero no hubo sandez alguna ni desprop¨®sito¡±. Cree tener presente que el libro no alcanz¨® tampoco ventas significativas; aun as¨ª ¡°intent¨¦ buscarle para un tema de pago de derechos, pero no pudimos encontrarle ya, dej¨® de contactarnos; tampoco escribi¨® nada m¨¢s¡±.
En la caja n¨²mero 81 del fondo hist¨®rico de Edicions 62, que cataloga ahora la Biblioteca de Catalu?a, est¨¢ la carpeta de ?pera ?cid. En ella, sin embargo, s¨®lo reposa el original manuscrito del que ser¨ªa el n¨²mero 224 de la colecci¨®n El Balanc¨ª. Son 97 hojas, con correcciones en rojo, todas gramaticales, y algunas en verde, ¨¦stas abordando un poco m¨¢s el estilo. Sorprenden particularidades gramaticales como construcciones con palabras que llevan dos puntos seguidas por otras con dos puntos; o alguna anotaci¨®n que indica que se respeten exprofeso barbarismos como ¡°de repent¡±...
La explicaci¨®n gramatical est¨¢ en la primera p¨¢gina donde, en l¨¢piz, hay una anotaci¨®n: ¡°Ep!, ?Aviso importante! Es necesario respetar todas las anomal¨ªas tipogr¨¢ficas y ling¨¹¨ªsticas de este texto¡±. Y se detallan cuatro: ¡°Las min¨²sculas iniciales de los di¨¢logos; las originalidades de puntuaci¨®n; ciertos coloquialismos en redonda (trago, cigarro, etc.); t¨¦rminos de argot en cursiva (porro, etc.)¡±. Entre ese argot, el lector encontrar¨¢ la ansiada ¡°papela de jaco¡±. Esa frescura en reflejar el lenguaje del momento reforzaba el valor de una obra que, admiten los editores, ten¨ªa m¨¢s aspiraci¨®n vivencial que literaria. Am¨¦n de un tajante ¡°No cambien nada sin consultar a redacci¨®n¡± final, otra aportaci¨®n de esa primera p¨¢gina es una dedicatoria, en alem¨¢n: ¡°Anke, Silvia und Hilka: Prost!¡± (el ¡°?Salud!¡± que se lanza en un brindis) y que despareci¨® de la primera publicaci¨®n en Edicions 62 y sigue as¨ª en la de Males Herbes.
El escritor vive en Berl¨ªn, reh¨²ye el pasado y ni quiere cobrar los derechos de autor de la reedici¨®n
?pera ?cid, en 2019, tiene sentido, cree Mas. ¡°Le¨ªda con 18 a?os te pega un porrazo, remueve cosas: flota todo el rato la idea del suicidio, es un mundo supernihilista: el protagonista no tiene motivaci¨®n para nada y se debate entre romper con la sociedad o no; en eso muchos j¨®venes de hoy pueden sentirse identificados; ocurre que en el protagonista romper le lleva a la hero¨ªna y eso puede destrozarte la vida¡±. Luego est¨¢, a?ade, la lectura sociol¨®gica: ¡°Es un reflejo en primera persona y en ese mismo momento de los hechos, a diferencia de textos a posteriori de otros, como Cavalls salvatges y Formentera Lady, de Jordi Cuss¨¤, y aborda una marginalidad que normalmente se asocia al extrarradio urbano y aqu¨ª se da en la Catalu?a profunda¡±. Un caballo desbocado.
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