Combate desigual ante el 10-N
Lo que parece disputarse es el terreno amplio que ocup¨® en su momento el PSC y que se han repartido C¡¯s y ERC

En Rocky 2¡ªperd¨®n por la referencia poco selecta¡ª, el boxeador amateur e inexperto logra derrotar al veterano gracias a la voluntad, al entrenamiento y a que al cine le gustan las historias de superaci¨®n personal. Pero lo cierto es que, en la realidad, los combates desiguales los suelen ganar los previsibles. David casi siempre pierde contra Goliat, y Ob¨¦lix vapulea a los romanos por m¨¢s que se esfuercen.
Lorena Rold¨¢n afront¨® la moci¨®n de censura con esfuerzo y aplicaci¨®n, no dudo que se entren¨® a fondo. No era un reto f¨¢cil, a los pocos meses de ascender a l¨ªder de Ciudadanos en Catalu?a, conducir una iniciativa de tanto peso y en un momento tan trascendente, a las puertas de unas elecciones (bueno, esa iniciativa, la moci¨®n, s¨®lo exist¨ªa porque estamos en ese momento trascendente). Por bueno que sea Ansu Fati, no le resultar¨ªa sencillo dirigir al Bar?a en un Cl¨¢sico o siquiera contra el Legan¨¦s. No s¨¦ si Rold¨¢n es como Ansu Fati, o viceversa. Lo cierto es que en su intervenci¨®n trat¨® con tanta intensidad presionar al PSC para que la votara, que hizo saltar a Miquel Iceta, un veterano que se sent¨® en un esca?o por primera vez en 1996 (despu¨¦s de haber ejercido otros cargos, incluso como fontanero de Moncloa). Era un combate desigual. A Rold¨¢n, disciplinada seguidora del estilo de Ciudadanos, se le ocurri¨® unir en una misma frase a los CDR y a los ¡°equidistantes¡±, refiri¨¦ndose a los socialistas. C¨®mo le sentar¨ªa a Iceta la comparaci¨®n, que en su respuesta se le not¨® la voz algo m¨¢s elevada. Calific¨® la moci¨®n de ¡°piromusical¡±, le record¨® a Rold¨¢n ¡ªcon condescendencia¡ª la aritm¨¦tica que no da una victoria posible, la compar¨® ¡ªcon crueldad¡ª con In¨¦s Arrimadas, le puso delante ¡ªcon vanidad¡ª la estrategia de Manuel Valls en el Ayuntamiento de Barcelona, y la llam¨® ¡ªcon suficiencia¡ª fracasada, a?adiendo ¡ªcon iron¨ªa¡ª que ¡°s¨®lo¡± lo dec¨ªa por el fracaso de la moci¨®n. Rold¨¢n aparent¨® no arrugarse, pero los aplausos de su grupo, siempre dispuesto a alzarse un¨¢nime y jovial, fueron tibios y desganados, como obligados.
Fue seguramente por la casualidad del orden de intervenci¨®n, pero lo cierto es que tras este careo el protagonismo del debate bascul¨® un poco de Lorena Rold¨¢n al dirigente del PSC. De tal manera que Sergi Sabri¨¤, portavoz de ERC, recit¨® con desgana y por compromiso las cr¨ªticas habituales a Ciudadanos para centrarse m¨¢s decididamente a continuaci¨®n en atacar a Miquel Iceta.
Es decir, si esta moci¨®n es un pretexto para dar uno o varios m¨ªtines electorales ¡ªy lo es¡ª, lo que parece disputarse es el terreno amplio que ocup¨® en su momento el Partit dels Socialistes, y que en los ¨²ltimos tiempos, y al calor del Proc¨¦s, se han repartido en buena parte Ciudadanos y ERC, partidos ambos que han acogido en su seno a ex socialistas en funci¨®n del ¡°eje nacional¡±: m¨¢s catalanistas hacia ERC, m¨¢s espa?olistas hacia C¡¯s. A esa pugna respondieron las intervenciones de los tres grupos.
Por lo dem¨¢s, y sin intriga alguna por el resultado final de la moci¨®n, el debate sirvi¨® al menos para constatar, con moderada alegr¨ªa, la diversificaci¨®n creciente de las citas de autoridad. Descontados los inevitables Josep Pla, Prat de la Riba, Valent¨ª Almirall, Gaziel o los Marx ¡ªKarl y Groucho¡ª hay que saludar el ascenso al rango de referencia parlamentaria del poeta antifranquista Gabriel Celaya, de la zarzuela Do?a Francisquita (¡°Por el humo se sabe donde est¨¢ el fueeegoooo¡¡±) y de Coco. S¨ª, el de Barrio S¨¦samo.
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