Del choque a la pol¨ªtica

La sentencia es, indiscutiblemente, un golpe muy duro. Las filtraciones de los d¨ªas pasados avisando de que se descartaba el delito de rebeli¨®n no han calmado los ¨¢nimos. Si alguien pensaba que estas confidencias apaciguar¨ªan la respuesta del independentismo, o del soberanismo en general, o que har¨ªan que la noticia hoy sonara m¨¢s leve, son una prueba clara de la existencia de dos universos paralelos sin muchos puntos de intersecci¨®n. Y este es uno de los problemas de fondo que m¨¢s dificultan la soluci¨®n del conflicto: la incomprensi¨®n de unos y otros. En consecuencia, hoy el conflicto parece m¨¢s enconado que ayer.

Como en una serie, la sentencia solo significa el final de una incertidumbre, pero no cierra la historia (a pesar de los augurios del presidente del Gobierno espa?ol en su declaraci¨®n de urgencia). Al contrario, abre m¨¢s l¨ªneas argumentales.

M¨¢s informaci¨®n

Instrucciones previas a la sentencia

De la penitencia a la autocr¨ªtica

Combate desigual ante el 10-N

Una primera, inmediata, es la reactivaci¨®n de la movilizaci¨®n popular. Las penas de 13 a?os para Oriol Junqueras y de entre 9 y 12 para los otros condenados han sorprendido a una gran parte de la sociedad catalana, m¨¢s all¨¢ de la estrictamente independentista. Incluso sectores cr¨ªticos, que consideran que el proc¨¦s ha sido una irresponsabilidad, encuentran desproporcionada la decisi¨®n del Supremo. Las reacciones en la calle ser¨¢n importantes, y durar¨¢n d¨ªas, con intensidades diferentes.

La segunda l¨ªnea argumental tiene que ver con la justificaci¨®n jur¨ªdica de las penas, el contenido espec¨ªfico de estos 493 folios. Esta sentencia es y ser¨¢ analizada con todo detalle, porque las opiniones de los jueces no afectan solo el proc¨¦s, sino que marcan algunas teor¨ªas sobre derechos pol¨ªticos ¨Ccomo por ejemplo la desobediencia civil¨C?que ya han alarmado a algunos. Tambi¨¦n es sorpresivo, en una primera lectura, esta compatibilidad entre el car¨¢cter ¡°simb¨®lico¡± de las declaraciones independentistas ¨Cseg¨²n el Tribunal¨C y la tipificaci¨®n de los hechos como sedici¨®n. Corresponde a los juristas analizarlo a fondo.

Pero lo que resulta perentorio desde hoy mismo es la obligaci¨®n de ir m¨¢s all¨¢ de la reacci¨®n a la calle o del an¨¢lisis jur¨ªdico y utilizar las herramientas pol¨ªticas para salir del callej¨®n sin salida. E ir hacia adelante exige encontrar una salida a la situaci¨®n de los presos. Es importante humanamente, pero es imprescindible pol¨ªticamente. Imagino que los recursos a tribunales superiores ya deben de estar en marcha, pero cualquier v¨ªa que acelere la salida de la prisi¨®n de los nueve contribuir¨¢ en positivo, sean beneficios penitenciarios inmediatos, indultos, amnist¨ªa, lo que sea. Y que la Justicia deje finalmente a la pol¨ªtica. Y corresponde a los pol¨ªticos demostrar si saben encontrar soluciones al conflicto.

La desgracia es que estamos en campa?a electoral.