El ¨²ltimo golpe del abogado G¨¢lvez: una herencia de 63.000 euros y el coche de su cliente

Un d¨ªa de 2012 entr¨® una fisioterapeuta a una farmacia de M¨¢laga, se puso a hablar con la dependienta ¡ªque tambi¨¦n era fisioterapeuta¡ª y acabaron siendo amigas. Otro d¨ªa de 2012, el marido de una de ellas necesitaba un abogado para resolver un asunto familiar. Casualidades de la vida: el esposo de la otra era letrado. As¨ª naci¨® la amistad de los maridos: Juan Manuel Fern¨¢ndez Reina, profesor universitario, y Luis G¨¢lvez, letrado.

Tal fue su relaci¨®n que, tras la muerte de la madre de Reina en julio de 2013, este le encomend¨® que buscara a sus tres sobrinos ¡ªcon los no hablaba desde hac¨ªa a?os¡ª y les entregara los 63.000 euros de la herencia de su abuela. Reina asegura que esta ¨²ltima gesti¨®n la hizo con prisas y con buena fe: ¡°Yo no pude hacerlo porque me tuve que marchar a trabajar a Colombia¡±. Seis a?os despu¨¦s, el dinero no ha aparecido y el abogado G¨¢lvez est¨¢ acusado de quedarse con todo. Hasta con un viejo Audi A4 de Reina.

¡ª ?Usted recibi¨® la cantidad de 63.832 euros en met¨¢lico?

¡ª S¨ª, en mi casa.

¡ª ?Busc¨® a los sobrinos?

¡ª S¨ª, pero no los localic¨¦.

G¨¢lvez dice que solo recibi¨® los nombres de pila: Juan Manuel, Jos¨¦ Mar¨ªa y Ana. ¡°As¨ª es muy dif¨ªcil encontrar a estas personas¡±. Hoy este letrado madrile?o ya est¨¢ jubilado. Se enfrenta a una pena c¨¢rcel de entre cuatro y seis a?os por apropiaci¨®n indebida. Este martes se sent¨® en el banquillo de los acusados ataviado con un traje gris de cuadros, cruz¨® las piernas y respondi¨® a casi todas las preguntas con su brazo derecho reposado en un malet¨ªn de cuero usado.

¡ª ?Le reclam¨® Juan Manuel Reina la devoluci¨®n del dinero?

¡ª No.

¡ª ?Usted sab¨ªa que estaba inhabilitado para administrar bienes?

¡ª No.

La abogada de Reina se sac¨® un as de la manga: la empresa que gestionaba G¨¢lvez hasta 2010 cay¨® en bancarrota. Fue condenado a pagar 653.000 euros y a una inhabilitaci¨®n de cinco a?os para gestionar bienes por una administraci¨®n desleal. ¡°?Jam¨¢s en la vida podr¨ªa imaginar que Reina me fuera a denunciar!¡±, cuenta.

El letrado G¨¢lvez ¡ªsibilino y con un bigote perfilado blanco¡ª dice que llam¨® a su amigo tres veces durante todos estos a?os. ¡°Creo recordar que tambi¨¦n le envi¨¦ alg¨²n que otro correo electr¨®nico a Colombia¡±. Sin embargo, en las pruebas judiciales que presenta el profesor Reina figuran unas conversaciones de WhatsApp en las que G¨¢lvez no sale muy bien parado. ¡°Los WhatsApp son vulnerables¡±, argumenta.

¡°?l me dijo que el dinero lo hab¨ªa ingresado en un juzgado, luego me dijo que solo era la mitad. Le ped¨ª el justificante de todos estos movimientos, pero me dijo que no se los hab¨ªan dado. Ah¨ª fue cuando sospech¨¦¡±, responde Reina. E interpuso la denuncia.

El actual profesor universitario de Farmacolog¨ªa en la Universidad de Colombia, de 62 a?os, dice que antes de firmar la querella le avis¨® por mensaje y que, por si acaso, tambi¨¦n envi¨® otra nota a la mujer de G¨¢lvez: ¡°Solo quer¨ªa que mediara, pero se cabre¨®¡±.

?Y d¨®nde est¨¢ el dinero? El abogado dice que guard¨® los 63.832 euros en su casa hasta 2017. ¡°Luego se lo envi¨¦ a una persona que se llama V¨ªctor Andrades para que invirtiera el dinero en un fondo de inversi¨®n petrol¨ªfero con una rentabilidad alt¨ªsima¡±.

El supuesto V¨ªctor Andrades no ha venido al juicio. Reina dijo que no hab¨ªa o¨ªdo hablar de este se?or en su vida. ¡°Yo le llamaba el amigo invisible. Me explic¨® que la oficina de este hombre estaba en R¨®terdam (Holanda) y que el dinero me lo iban a devolver con intereses¡±. Tras enterarse de este nuevo movimiento de G¨¢lvez, el profesor busc¨® el nombre de la empresa por Internet. La sociedad estaba en la lista negra del FBI de para¨ªsos fiscales fantasma: ¡°Yo no le di ning¨²n poder para que hiciera eso¡±. Tras contestar a esta pregunta, aparecieron por fin los tres sobrinos por videoconferencia desde Estepa (Sevilla):

¡ª ?Sab¨ªan que su t¨ªo medi¨® para que le entregasen el dinero de su abuela?

¡ª No. De hecho, nos enteramos de su muerte meses m¨¢s tarde.

Los sobrinos de Reina, de entre 31 y 35 a?os, tambi¨¦n han denunciado a su t¨ªo. ¡°Queremos saber qu¨¦ pas¨® de verdad con la herencia¡±. Pero eso es otra historia.