Dos l¨ªderes de circunstancias

En la sesi¨®n de control al president de la Generalitat de este mi¨¦rcoles, Quim Torra le recordaba a la l¨ªder de Ciudadanos, Lorena Rold¨¢n, que su moci¨®n de censura de hace unas semanas fue un fracaso sin paliativos. Y ten¨ªa raz¨®n. Solo la apoy¨® su propio grupo y el PP, que tiene cuatro parlamentarios. Fracaso. Y los que afirman que Quim Torra est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s solo, que ERC ya no oculta sus desavenencias y que ni dentro de Junts per Catalunya ni en el propio Govern tiene apoyos, tambi¨¦n tienen raz¨®n. El president aguanta en el cargo por la hostilidad exterior mucho m¨¢s que por la confianza interna. Tal vez por eso realiza maniobras desesperadas como improvisar un anuncio de nuevo refer¨¦ndum o protagonizar un remedo de sketch de The Office o de Pol¨°nia en un reportaje de TV3 (con unas r¨¦plicas de gui¨®n francamente pobres, por cierto).

Estas dos personas, Quim Torra y Lorena Rold¨¢n, con estas circunstancias que acabamos de describir, son las cabezas visibles del gobierno y la oposici¨®n, los dos l¨ªderes del Parlament de Catalunya, la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica catalana. Si hoy se planteara un cara a cara en una televisi¨®n, lo protagonizar¨ªan ellos dos. Rold¨¢n y Torra.

Lo siento, pero no puedo olvidar que ni uno ni la otra se presentaron para la responsabilidad que ostentan, sus partidos no pensaron en ellos para ocupar los cargos que ocupan, son dos relevos circunstanciales. Y se les nota la falta de entreno, la biso?ez. Es una realidad que, si nos encontr¨¢ramos en un momento de calma y estabilidad, ya ser¨ªa discutible, pero en un volc¨¢n en erupci¨®n como es la pol¨ªtica catalana actual, roza la insensatez y la temeridad. Gobierno y oposici¨®n son como dos equipos de futbol que han tenido que prescindir de sus jugadores estrella y han resuelto la papeleta con lo que ten¨ªan a mano. A saco, sin entreno. Y jugando una semifinal de Champions en un estadio atestado de hooligans lanzando alaridos.

Sus antecesores inmediatos tambi¨¦n llegaron como sustitutos, de otro titular anterior, pero al menos In¨¦s Arrimadas se present¨® a las elecciones ya como n¨²mero uno, y a Carles Puigdemont las circunstancias lo han convertido en l¨ªder infalible y omnisciente aunque -ya casi no nos acordamos- en su momento tambi¨¦n fue un recambio improvisado.

As¨ª est¨¢ Catalunya, dirigida a un lado y a otro por pol¨ªticos repentinos, advenedizos o provisionales. En el caso de Torra, la condici¨®n de vicario es expl¨ªcita y asumida por ¨¦l mismo. Tal vez por eso su ejecutoria se intuye tan err¨¢tica. Otra cosa es que eso no disculpa de ning¨²n modo las cobras telef¨®nicas y pre-electorales de Pedro S¨¢nchez, por m¨¢s que Miquel Iceta haya maniobrado en el hemiciclo para justificar al presidente del Gobierno. Exigir al president m¨¢s condenas a la violencia es como pedirle a un director de cine franc¨¦s que haga m¨¢s escenas de gente hablando.

En esta ¨²ltima sesi¨®n tambi¨¦n hemos visto entren¨¢ndose al inminente nuevo n¨²mero uno de ERC. Ser¨¢ casualidad o no, pero en la sesi¨®n de control al Govern, el vicepresidente Pere Aragon¨¦s ha tenido que responder a tres preguntas, lo que le permite irse fogueando, despu¨¦s de la cooptaci¨®n impl¨ªcita de Oriol Junqueras en su primera entrevista tras la sentencia. Desde el esca?o de presidente del Parlament, Roger Torrent contemplaba el ascenso de su correligionario Aragon¨¦s con resignaci¨®n.