A juicio por denegar a una ni?a la educaci¨®n inclusiva

Mi¨¦rcoles por la tarde en Colmenarejo. Athenea recibe en su casa a Ingartze Astuy, su profesora de piano. Lo que empez¨® como una forma de activar sensorialmente su cerebro se ha convertido en parte esencial de la vida de la ni?a, que naci¨® con un tumor cerebral del que fue operada a los 23 d¨ªas de vida y por el que, tras ser intervenida, sufri¨® una infecci¨®n hospitalaria que la dej¨® con secuelas severas. ¡°No va a ver, ni o¨ªr, ni andar¡±, dijeron los m¨¦dicos a los padres ¡°A los seis meses me fui a casa con un beb¨¦ que era un vegetal. Aunque yo la miraba y ve¨ªa un sujeto¡±, recuerda Carmen. Los inicios fueron duros pero, ahora, en plena adolescencia, Athenea, cuyo hermano es el espa?ol que dise?¨® el mayor hito de la computaci¨®n cu¨¢ntica, ve con gafas, oye perfectamente y anda moderadamente bien con la ayuda de un cors¨¦. Adem¨¢s de esos logros, la ni?a destaca por tener ¡°un o¨ªdo musical absoluto¡±, en palabras de su primera profesora de piano, Diana Real, y los informes de su neur¨®logo. ¡°Claramente mi hija no va a entender nunca el teorema de Pit¨¢goras, pero tiene derecho a formar parte de la sociedad y la cultura a la que pertenece. No quiero que se le aparte y se le ponga el cartel de discapacitada para que forme parte de un gueto¡±, se queja la madre.

Pero para conseguir eso, los padres tienen que luchar contra el sistema educativo. En concreto, contra la Comunidad de Madrid. Dos padres formados (ella, licenciada en filosof¨ªa, m¨¢ster en psicoan¨¢lisis y perito judicial; ¨¦l, ingeniero inform¨¢tico y perito judicial tambi¨¦n) y asesorados por el CERMI (Comit¨¦ Espa?ol de Representantes con Personas con Discapacidad) y por Juan Rodr¨ªguez Zapatero, su abogado, est¨¢n dispuestos a acudir a donde haga falta: los tribunales espa?oles, europeos o de derechos humanos. ¡°Mi hija no puede estar en una clase poniendo pinchitos en un agujero, que es lo que se hace en educaci¨®n especial. A los ni?os hay que estimularlos, ver en qu¨¦ destacan y potenciar eso como un tesoro. Con ella puede ser la m¨²sica, pero a otro ni?o se le puede dar bien el dibujo o ser un genio de las matem¨¢ticas. No podemos segregarlos y tratarlos a todos por igual¡±.

Carmen se?ala el momento en que cambi¨® la suerte de Athenea, en lo referente a su educaci¨®n. Fue en 2017, cuando decidi¨® denunciar unos supuestos malos tratos que sufr¨ªa en uno de los cinco colegios por los que ha pasado. ¡°Ven¨ªa con golpes y me trataban de loca. Hasta que me dijeron que me ten¨ªa que aguantar porque era la madre de una discapacitada¡±. Tras su queja, un comit¨¦ de evaluaci¨®n de la Comunidad de Madrid valor¨® a la ni?a. ¡°Te enga?an. Te preguntan por ella y te hacen creer que van a valorar tambi¨¦n sus aptitudes para decidir qu¨¦ es lo mejor. Sin embargo, cuando te dan el informe solo se centran en sus discapacidades. Y, a partir de ah¨ª, est¨¢s perdido. La Comunidad te dice que si no lo firmas, se queda sin escolarizar¡±. Desde entonces, Athenea est¨¢ matriculada en educaci¨®n especial. Y sin opci¨®n a r¨¦plica.

La jefa de ¨¢rea de Educaci¨®n del centro de Madrid, Coral B¨¢ez, deneg¨® de nuevo a finales de julio la petici¨®n de Carmen y Jos¨¦ Ignacio de elegir la educaci¨®n de Athenea, bas¨¢ndose en aquella evaluaci¨®n que le hicieron a la ni?a en 2017. Era el quinto ¡®no¡¯ que recib¨ªan en dos a?os. As¨ª que pusieron una denuncia en el juzgado de Collado Villalba, y despu¨¦s comunicaron su caso al fiscal general de Madrid, Javier Caballero Klink, que ¡°dada la gravedad del caso¡±, en palabras suyas remitidas por carta a los padres de Athenea, lo puso en manos de la fiscal¨ªa provincial de la regi¨®n.

El profesor de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma, Gerardo Echeita, defiende que padres como los de Athenea ¡°no se sientan solos¡± en una lucha tit¨¢nica contra el sistema. ¡°Lo que piden es un derecho fundamental. Y los derechos no son optativos. Lo dice nuestra Constituci¨®n y la Convenci¨®n de la ONU. Pedir una educaci¨®n inclusiva no es un capricho de unos padres, ni los ni?os est¨¢n ah¨ª para fastidiar a los dem¨¢s¡±, analiza. La administraci¨®n regional, sin embargo, no lo tiene tan claro.

Los datos

"Nosotros lo que decimos es que educaci¨®n ordinaria con apoyos s¨ª, pero educaci¨®n especial, tambi¨¦n", explica Enrique Ossorio, consejero de Educaci¨®n. "Yo fui el otro d¨ªa al colegio La Quinta, de El Pardo, y es que es absolutamente imposible, eso no ser¨ªa educaci¨®n inclusiva, porque si a esos chicos los llevas a un colegio ordinario lo que vas a conseguir es que no se integren, en un colegio ordinario estar¨ªan completamente rechazados".

Seg¨²n datos aportados por la administraci¨®n, la regi¨®n madrile?a cuenta en la actualidad con 25 centros p¨²blicos de Educaci¨®n Especial y 41 concertados. Del total de alumnos con necesidades especiales, cerca de 33.000 (el 83%) est¨¢n escolarizados en centros ordinarios con apoyos o en centros de escolarizaci¨®n preferente. El restante asiste a centros de Educaci¨®n Especial. Lo que no cuentan esas cifras, insiste Carmen, es que esos ni?os en centros ordinarios estudian en aulas segregadas.

"Esa es la t¨ªpica respuesta de las administraciones que van al n¨²mero pero no a la calidad de la respuesta a la que tienen derecho. Como este es un asunto de m¨¢s calado, en seguida tratan de abrumar con cifras olvidando lo sustantivo del asunto y es que es un derecho refrendado al m¨¢s alto nivel que obliga a los Estados partes a no conformarse con tener m¨¢s o menos alumnos en centros ordinarios o especiales, sino a comprometerse con que, en un tiempo razonable, todos tengan una educaci¨®n inclusiva de calidad", contin¨²a Echeita. Por ahora, analiza, esta educaci¨®n es irreal si no existen pol¨ªticas con un enfoque sist¨¦mico orientadas a crear las condiciones para que sea real. "Porque es posible. Est¨¢ m¨¢s que demostrado en pa¨ªses como Portugal, Italia, algunos estados de Canad¨¢... la lista es larga". Representantes de la ONU, que han visitado Espa?a en varias ocasiones, han dado un tir¨®n de orejas reiteradamente a Espa?a por incumplir la normativa internacional. Ossorio, sin embargo, lo tiene claro: "Yo invito a la ONU a que vaya al colegio La quinta, les vea y considere si pueden estar en un colegio ordinario. Yo no s¨¦ la ONU de la mano de qui¨¦n habr¨¢ venido, pero es tan evidente...".

Athenea, ajena a la lucha de sus padres, es una ni?a bromista, risue?a y le encanta regalar abrazos. Dos d¨ªas a la semana recibe las clases de piano en su casa, con Ingartze. Se sienta frente al teclado del instrumento de madera que preside el sal¨®n, se concentra y lee partituras hechas con diferentes colores. ¡°?Ves c¨®mo lo he hecho? ?Soy una campeona!¡±, celebra cada vez que termina una melod¨ªa. Hace relativamente poco consigui¨® su ¨²ltimo logro: utilizar tambi¨¦n su mano izquierda. ¡°La ten¨ªa tan r¨ªgida que no la usaba. Pero ella misma ha encontrado la soluci¨®n. En el momento en que se dio cuenta que la necesitaba para que el piano sonara bien, consigui¨® dominarla¡±, explica su profesora.

Por lo pronto, sus padres han conseguido, no sin mucha insistencia, que el colegio en el que estudia ahora, La Pur¨ªsima, acepte un piano donado por ellos mismos para que pueda tocar tambi¨¦n durante sus horas lectivas. No es una conquista menor para para ellos: ¡°Al menos han reconocido que sabe leer una partitura, antes no se lo cre¨ªan¡±.