La desertizaci¨®n comercial deja al 10% de los municipios sin tiendas
El 50% de la oferta comercial de Catalu?a se encuentra en solo 15 municipios
El comercio se repliega para concentrarse cada vez m¨¢s en grandes ciudades y, fuera de estas, en las calles principales. Pero hay otra realidad, la de la irrefrenable desertizaci¨®n comercial en los pueblos m¨¢s peque?os, de menos de medio millar de habitantes en los que no hay donde comprar un paquete de macarrones en caso de urgencia. En 2018 hab¨ªa 96 municipios en esa situaci¨®n, algo m¨¢s del 10% del total de los existentes en Catalu?a. La cifra se mantiene estable en los ¨²ltimos a?os. Mientras que la Generalitat busca una soluci¨®n, los 16.224 residentes afectados por esa situaci¨®n lo viven ya con normalidad.
Querol es un disperso municipio de 525 habitantes. En la carretera que lleva a este pueblo hay un restaurante, pero es imposible encontrar ni una sola tienda en sus calles. Es el mayor municipio catal¨¢n que no tiene ni una. ¡°Hace 15 o 20 a?os en esa calle hab¨ªa una tienda de alimentaci¨®n, pero ya nada. Yo los lunes voy a comprar a Santa Coloma de Queralt, a Valls o a Pont d'Armentera¡±, explica Pau Guinart, un hombre de 95 a?os que combina sus semanas entre Barcelona y este municipio del Alt Camp. No se lamenta, lo tiene asumido, pese a tener que conducir cada vez m¨¢s de 15 kil¨®metros de carretera, unos 25 minutos de tiempo.
Y en Vespella de Gai¨¤, con unos pocos habitantes menos repartidos en cuatro n¨²cleos urbanos sucede algo parecido. ¡°Como no tenemos nada siempre nos movemos con el coche, aprovechamos las extraescolares de los ni?os ¡ªque evidentemente hacen fuera del pueblo¡ª para comprar lo del d¨ªa y cuando tenemos que hacer grandes compras vamos a Altafulla o Comarruga¡±, explica Laia Santo, que solo ve como soluci¨®n el coche (dos por familia), crear una red de colaboraci¨®n con el resto de vecinos y algo de comercio electr¨®nico. ¡°Pero el comercio electr¨®nico tambi¨¦n es un problema, porque ellos tienen unas horas de reparto y nosotros estamos trabajando¡±, dice esta trabajadora municipal que se instal¨® en Vespella hace solo dos a?os.
En este pueblo antes, ¡°si necesitabas unas cerillas [por decir algo] ibas a la Tecla, que era la mujer del antiguo alcalde y se lo comprabas. Ten¨ªa una tienda en un edificio donde tambi¨¦n estaba el ayuntamiento y el tel¨¦fono p¨²blico, pero estoy hablando de los a?os noventa¡±, explica desde el asiento de su tractor Jordi Bargall¨®, primo ¡ªr¨ªe¡ª del consejero de Educaci¨®n. Ahora, ese papel que cubri¨® la Tecla lo juega el ¡°restaurante bar granja¡± Sant Miquel. A un lado la barra de bar, al otro un peque?o rinc¨®n donde hay unas barras de pan y productos alimentarios b¨¢sicos. ¡°Tenemos algo, pero poco. La gente ya est¨¢ acostumbrada¡±, dice su propietaria, Ana Mar¨ªa Molina.
Un 50% de la oferta, en 15 municipios
El 50% de la oferta comercial de Catalu?a se encuentra en solo 15 municipios, entre los que se encuentra a la cabeza Barcelona (la ¨²nica ciudad con m¨¢s de 3.000 tiendas), seguida de L'Hospitalet de Llobregat, Terrassa, Sabadell, Badalona, Lleida, Tarragona, Matar¨®, Girona, Reus, Santa Coloma de Gramenet, Manresa, Cornell¨¤ y Granollers. Seg¨²n los datos de la Generalitat, en Catalu?a hay un promedio de 1,3 tiendas ¡ªexcluidos los de restauraci¨®n¡ª por cada cien habitantes, pero el problema se ceba en los 96 municipios que no ten¨ªan registrado ning¨²n establecimiento comercial en 2018 y los 281 que ten¨ªan entre uno y cinco, lo que cuestiona su variedad comercial.
Alex Go?i, presidente de Pimec Comer?, se?ala que la desertizaci¨®n est¨¢ afectando a los municipios m¨¢s peque?os pero advierte tambi¨¦n sobre la pobreza de oferta que est¨¢n teniendo aquellas calles que no son consideradas principales en los municipios grandes y medianos de Catalu?a. ¡°Lo que sucedi¨® ya hace a?os en los ejes comerciales de Barcelona, donde las tiendas se replegaban a las calles principales, se est¨¢ repitiendo ahora en el resto de municipios¡±, avisa.
Coincide el alcalde del municipio, Daniel Cid, que, como la mayor¨ªa, trabaja fuera del municipio. No se queja, aunque reconoce que desde que es el edil ha intentado, siempre sin ¨¦xito, que alguna cadena de supermercados se instalara en el pueblo, incluso ofreciendo alg¨²n local municipal. ¡°Hemos hablado con operadores de supermercados, con entidades financieras para que instalen un cajero en el mismo ayuntamiento, y nada. Incluso intentamos que ubicaran una gasolinera en la Nou de Vespella y tampoco. Lo cierto es que no s¨¦ si habr¨ªa un volumen de negocio suficiente para que lo hiciera rentable¡±, explica, asumiendo que quien va a vivir a Vespella conoce ¡°los pros y los contras¡±. ?Sobre la gente mayor que no puede valerse por s¨ª misma? ¡°Los hijos o el resto de los vecinos les ayudamos, pero hay mucha gente que cuando se hace mayor acaba y¨¦ndose del pueblo¡±, explica Laura Santo, la trabajadora del Ayuntamiento.
En busca de soluciones
La Generalitat est¨¢ realizando un diagn¨®stico de la situaci¨®n que afecta a los municipios m¨¢s peque?os, los de menos de 500 habitantes, para intentar dar una soluci¨®n al problema. ¡°El comercio es dinamizador pero solo no puede existir. Si la poblaci¨®n o el comercio envejecen, ser¨¢ dif¨ªcil que las tiendas sobrevivan a no ser que el municipio tenga un proyecto, ya sea de turismo, de actividad deportiva o gastron¨®mica¡±, explica Muntsa Vilalta, directora general de Comercio de la Generalitat, preocupada porque un tercio de los municipios catalanes est¨¢n por debajo de ese umbral de poblaci¨®n y porque eso representa un tercio del territorio catal¨¢n.
A causa de esa desertizaci¨®n, Vilalta destaca la importancia de los mercados ambulantes, m¨¢s de 500 en toda Catalu?a, que cubren una parte de la demanda. Pero defiende la necesidad de poner en marcha otras iniciativas que cubran el vac¨ªo existente actualmente. Una v¨ªa podr¨ªa ser la puesta en marcha de proyectos mancomunados para que grupos de municipios se diferencien en alguna ¨¢rea de actividad, de forma que se pueda atraer a comercios que sirvan a visitantes pero tambi¨¦n a la propia poblaci¨®n. La otra podr¨ªa ser ¡°una tienda abierta que no abra todas las horas del d¨ªa en un municipio o aglutinar en un mismo espacio diferentes tipos de ofertas¡±, se?ala Vilalta.
Pimec Comer? est¨¢ trabajando en un estudio sobre las dificultades para los municipios, sobre todo para conocer el motivo de la desertizaci¨®n en los municipios peque?os. ¡°No sabemos si los comercios cierran porque no hay gente o si no hay gente porque no hay servicios¡±, dice Alex Go?i, su presidente, que reclama ¡°medidas directas sobre este tema y los propios comerciantes han de hacer un mea culpa¡±, exige. Go?i destaca la diferencia de proximidad entre una tienda a pie de calle y lo que pueda ofrecer una plataforma de venta electr¨®nica.?
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