De 30 a 300 familias en una d¨¦cada

No para de entrar y salir gente con carritos de la compra del peque?o local de la parroquia Mare de D¨¦u de la Llum, en L'Hospitalet de Llobregat, un mi¨¦rcoles. En estos bajos peque?os y viejos, quince voluntarios de C¨¢ritas reparten comida a las personas que han llegado derivadas de servicios sociales. Casi todos tienen m¨¢s de 70 a?os y cada vez se ven m¨¢s sobrepasados por la situaci¨®n de pobreza en el barrio. "En el 2000 d¨¢bamos alimentos b¨¢sicos a 30 familias; ahora son ya 300", dice ?ngel Fidalgo, coordinador de los voluntarios. En total, cerca de mil personas pasan por esta parroquia dos veces al mes. Esta tendencia, sin embargo, no es exclusiva de L'Hospitalet. Seg¨²n confirman los datos del Banc dels Aliments, una fundaci¨®n contra la pobreza que facilita alimentos a entidades sociales, este a?o el n¨²mero de personas en riesgo de exclusi¨®n social ha aumentado un 3% en Barcelona.

Las cifras son altas y el presidente de la fundaci¨®n, Llu¨ªs Fatj¨®-Vilas, asegura que la situaci¨®n no es esperanzadora. "En 2014, el punto m¨¢s ¨¢lgido de la crisis, llegamos a 150.000 personas derivadas por los servicios sociales", apunta. Desde entonces, se hab¨ªa ido produciendo una disminuci¨®n del n¨²mero de personas atendidas, pero este a?o la tendencia ha cambiado y por primera vez en tiempo las cifras han vuelto a subir. Ahora, el Banc dels Aliments abastece a m¨¢s de 300 entidades en Barcelona, que a su vez atienden a un total de 113.000 personas derivadas de servicios sociales.

Los productos del Banc dels Aliments, juntamente con los que facilitan la Uni¨®n Europea y otros organismos, llegan a los locales de estas asociaciones en grandes camiones. Estos ¨²ltimos d¨ªas, quince toneladas de alimentos se han descargado en el local Gra de Blat, una ONG que intenta cubrir las necesidades b¨¢sicas de personas con riesgo de exclusi¨®n social en el distrito barcelon¨¦s de Sants-Montju?c. "Esto nos va a durar solo tres meses", dice Sarepta Novio, secretaria ejecutiva y coordinadora de proyectos en esta organizaci¨®n. Ahora atienden a 550 personas, de las cuales 41 son beb¨¦s menores de dos a?os. "En los ¨²ltimos a?os, ha crecido mucho el n¨²mero porque han llegado muchos refugiados de pa¨ªses de Suram¨¦rica y Centroam¨¦rica", explica Janet, encargada del almac¨¦n. Dentro del local, se mueve como si estuviera en su casa, organizando los alimentos y cargando cajas de aqu¨ª para all¨¢. "Siendo voluntaria conoces a las personas y sabes toda la carga que llevan detr¨¢s. Hay historias muy duras y tristes de enfermedades, violencia¡­", dice con un suspiro.

Concienciar a la poblaci¨®n de estas realidades tambi¨¦n es una parte importante del trabajo que realiza el Banc dels Aliments. Uno de los momentos clave para la sensibilizaci¨®n es el Gran Recapte, un evento anual donde gente que no es voluntaria habitualmente puede participar en puntos de recogida de alimentos delante de supermercados, grandes superficies y otras tiendas de alimentaci¨®n de toda Catalunya. Este a?o, la cita ser¨¢ el 22 y 23 de noviembre y esperan contar con alrededor de 28.000 voluntarios. "Cada a?o recogemos una media de tres millones de quilos de comida solo en Barcelona", dice el director de la fundaci¨®n, que asegura que repetir estas cifras ya ser¨ªa un ¨¦xito.

Todos los alimentos que se recojan en el Gran Recapte llegar¨¢n a entidades sociales como Gra de Blat o la parroquia Mare de D¨¦u de la Llum y, en un c¨ªrculo sin fin, sus voluntarios los ir¨¢n repartiendo hasta que se acaben y vuelvan a recibir m¨¢s. "Ser voluntario aqu¨ª es un trabajo duro, pero m¨¢s duro es tener que venir por necesidad", reflexiona ?ngel Fidalgo en el local de la parroquia de Hospitalet. Rodeado de personas con carro y voluntarios atareados, Fidalgo se pregunta si no deber¨ªa cambiar el sistema para que la situaci¨®n de la gente mejorara de verdad. "El n¨²mero de personas no puede seguir creciendo, ya no damos para m¨¢s", dice el voluntario.