El independentismo inicia una campa?a de ¡°autoinculpaciones¡± por el 1-O sin recorrido legal

El entusiasmo de Neus apabulla. Se ha levantado muy temprano en su piso de Matar¨®, ha llegado a las 8.15 a la Ciudad de la Justicia de Barcelona y ha esperado con alegr¨ªa, "hablando con unos y otros", cuatro horas de cola para inculparse. "Lo har¨ªa otra vez ma?ana y pasado y al otro... ?Todo por Catalu?a y por el futuro de mis hijos!", explica. Neus ha presentado una denuncia en el juzgado contra s¨ª misma en la que pide que se le abra una investigaci¨®n penal por haber participado en las concentraciones del 20-S de 2017 y tambi¨¦n en el refer¨¦ndum del 1 de octubre.

Esa es la consecuencia, al menos sobre el papel, que puede tener la campa?a de autoinculpaciones promovida por ?mnium Cultural en los juzgados catalanes este lunes. Cientos de personas se han sumado a la llamada, que es una nueva forma de mostrar el rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo contra los l¨ªderes pol¨ªticos del proc¨¦s. Si ellos han sido condenados, los ciudadanos que les empujaron en el fallido camino hacia la independencia tambi¨¦n deben serlo. En la pr¨¢ctica, esas inculpaciones por el 1-O tienen un recorrido jur¨ªdico muy escaso, admiten todas las fuentes consultadas.

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"Si ellos est¨¢n en la c¨¢rcel por haber puesto las urnas, yo estoy dispuesto a ir a la c¨¢rcel con ellos", explica Joan, de Barcelona. Ya le quedan pocos metros para llegar a la cabecera despu¨¦s de soportar tambi¨¦n, estoicamente, cuatro horas de pie. Afirma que es "consciente" de las consecuencias que puede tener su acci¨®n e insiste en que no tiene miedo. Pero admite que lo m¨¢s probable es que no ocurra nada. "Nos han dicho que lo normal es que, una vez presentada la denuncia, se archive. Si es as¨ª, habr¨¢ quedado como una protesta m¨¢s contra una sentencia injusta".

?mnium explica que cada persona asume la iniciativa bajo su propia responsabilidad. Pero reconoce que, consultados los servicios jur¨ªdicos, lo m¨¢s probable es que las investigaciones se archiven de entrada. Todos los autoinculpados est¨¢n presentado un mismo modelo de denuncia: un formulario confeccionado por la entidad que preside Jordi Cuixart. All¨ª, los denunciantes dicen haber participado activamente en las concentraciones del 20 de septiembre de 2017 y en la defensa de los colegios electorales el 1-O.

Hay diversas razones que refuerzan la idea de que la campa?a es m¨¢s simb¨®lica que otra cosa. La primera, que las denuncias no van acompa?adas de ning¨²n tipo de documentaci¨®n, por lo que no se pueden individualizar las conductas que, en su caso, supondr¨ªan la comisi¨®n de alg¨²n delito. En su web, ?mnium explica a sus socios que no presentar pruebas "dificulta enormemente la apertura de actuaciones judiciales". La segunda, que en julio de 2019 la Audiencia de Barcelona ya dej¨® claro que no investigar¨ªa con car¨¢cter general a los votantes del 1-O. Y la tercera, que hay precedentes: en 2015 se presentaron cerca de 6.000 autoinculpaciones por votar en la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) concluy¨® entonces que la "simple participaci¨®n" en la consulta "no constituye infracci¨®n penal de ninguna clase".

"Ya veremos. Tal como est¨¢n las cosas...", dice, entre divertido y malicioso, Antoni Soler, presidente de FundiPau. "Cuando haces algo as¨ª, por lo menos est¨¢s dispuesto a asumir las consecuencias". Soler acaba de presentar la denuncia y sale a la calle acompa?ado por una de las personas que hacen trabajos sociales en la Ciudad de la Justicia. Llevan chaleco amarillo y este lunes son los encargados de conducir, uno a uno, a los autoinculpados. "Esto de que entremos uno a uno... No s¨¦ si lo han hecho adrede", a?ade Soler, de nuevo suspicaz.

Despu¨¦s de cuatro horas de cola, el tr¨¢mite es sorprendentemente corto: el denunciante recorre el breve trayecto desde las vallas de protecci¨®n hasta la entrada a la Ciudad de la Justicia, pasa el arco de seguridad y se planta ante un funcionario habilitado para ese fin que, detr¨¢s de un atril, estampa dos sellos, uno en la denuncia original y otro en la copia. Ni jueces, ni declaraciones: tan solo la sobria burocracia del funcionario y la alegre conversaci¨®n de una de las chicas de peto fluorescente que, toda tatuada, se pasa la ma?ana caminando.

Neus, gafas de sol y una cinta en la cabeza, sigue saludando a todos -"a este no le conozco"- con el mismo entusiasmo. Socia de ?mnium, dice que es f¨¢cil reconocerla en las manifestaciones independentistas porque siempre lleva "un cartel en alem¨¢n" dirigido a Merkel por no atender las reivindicaciones de Catalu?a. Se va con la misma alegr¨ªa con la que lleg¨®, sin rastro de cansancio. "Los pol¨ªticos han hecho lo que el pueblo les ha mandado. No me siento culpable por que est¨¦n en la c¨¢rcel, pero esto es lo m¨ªnimo que podemos hacer".