¡°Madrid es la relaci¨®n m¨¢s larga que he tenido¡±
Karina Sainz Borgo, autora del fen¨®meno editorial 'La hija de la espa?ola', publica una colecci¨®n de cr¨®nicas sobre su llegada a Madrid

Karina Sainz Borgo (Caracas, 37 a?os) se acaba de mudar a Ventas para escribir. Ahora tiene la plaza y los bares taurinos m¨¢s cerca que nunca, dos de sus mayores placeres desde que lleg¨® a Madrid hace 13 a?os. Viv¨ªa en el barrio de Las Letras hasta que los Airbnbs la echaron de all¨ª. Todav¨ªa no sabe c¨®mo escribi¨® su exitosa novela, La hija de la espa?ola, vendida en 22 pa¨ªses, con el jaleo de la gentrificaci¨®n a las puertas de su casa y su trabajo como periodista cultural.
Ahora va a lanzar sus Cr¨®nicas barbit¨²ricas, que comenz¨® a escribir nada m¨¢s bajar del avi¨®n en Barajas y ahora recopila.
Efectivamente. Es un libro de alguien que llega a un sitio y va pasando por todas las fases: del asombro, del encantamiento, del no entender... Tambi¨¦n repasa los cambios de Espa?a: Mariano Rajoy instalad¨ªsimo en 2012, la crisis, el 15-M, la discusi¨®n de la Guerra Civil que estaba tan inflamada como ahora. Escrib¨ª ese libro para no enloquecer.
?Prob¨® otras ciudades?
Madrid es la relaci¨®n m¨¢s larga que he tenido, lo digo en serio. Nos hemos querido y pegado la una a la otra. Nadie ha sido tan generosa ni tan dura conmigo. Es una ciudad donde todo el mundo hace grupo en lugares p¨²blicos. Madrid recibe gente, parece un puerto. A m¨ª me encanta. He ido conociendo Madrid por partes.
Dentro de la capital, se ha mudado muchas veces.
Cuando llegu¨¦ viv¨ª en Arg¨¹elles. No entend¨ªa un carajo, todo me parec¨ªa peque?ito. Luego me mud¨¦ a Goya y sal¨ª corriendo tambi¨¦n. Hasta que no descubr¨ª el centro, Ant¨®n Mart¨ªn, barrio de las Letras, calle del Olivar... no encontr¨¦ mi sitio.?
Esos lugares han cambiado much¨ªsimo en estos ¨²ltimos a?os.
Cuando yo me mud¨¦ no exist¨ªa Airbnb. He visto c¨®mo cambiaban los comercios. Aparec¨ªan tres locales de paella donde antes hab¨ªa una librer¨ªa. No se puede vivir en un sitio donde la gente est¨¢ de fiesta permanentemente, porque es irreal. Que se vengan desde Italia a beber litronas y a escuchar reguet¨®n... ?No tiene sentido! Pero me gustaba mucho.
Cuando lleg¨® ten¨ªa 23 a?os.
Me acuerdo que mi primer cumplea?os, los 24, los celebr¨¦ en el Costello. Como la frase del bolso de Tipos Infames que dice "Malgastamos nuestra juventud en Malasa?a", as¨ª fue para m¨ª. En aquella ¨¦poca (ya estoy como las viejas) Malasa?a ten¨ªa un punto canalla; ahora casi que para comprar el pan vas con un bulldog franc¨¦s como complemento.?
?Ya no se mueve tanto por ah¨ª?
Ya no me muevo tanto en general. Estoy bastante viejuna y lo que hago es sentarme a escribir.
?Cu¨¢les siguen siendo sus lugares sagrados?
El Teatro Real, el Palacio de Oriente, me fascina la ¨®pera. Muchas veces me voy a dar una vuelta por all¨ª, solo para despejarme.?
?Y los toros?
Y los bares taurinos. Tengo una relaci¨®n con la muerte muy enraizada, para m¨ª la violencia es un elemento muy natural y la muerte no es tan lesiva. Aqu¨ª la muerte tiene una puesta en escena, una plasticidad y un dramatismo tremendo. Me parece un acto muy punky ir a los toros. El edificio es precioso y en la biblioteca de Las Ventas hay joyas.
En Cr¨®nicas barbit¨²ricas hay referencias muy castizas.
Si, como los viejos de los churros en El Comercial. Recuerdo desayunar all¨ª con un viejo al lado fumando Ducados. Eso ya es impensable.
?C¨®mo fue reencontrarse con textos que escribi¨® hace a?os, cargados de tanto desasosiego?
Yo siempre tengo desasosiego. Por eso me gusta tanto Madame Bovary; como ella, siempre necesito buscar algo m¨¢s. Cuando me sentaba a escribir era porque lo necesitaba. Mi editora dec¨ªa que hab¨ªa ira en el libro. Escribir para matarse, escribir para no matarse, por eso utilizo lo de los barbit¨²ricos como una figura literaria?tr¨¢gica, impostada, melanc¨®lica.?
?Es esta una ciudad literaria?
Madrid podr¨ªa tener mucha m¨¢s proyecci¨®n. Cervantes, Lope, Valle Incl¨¢n, Gald¨®s... Por donde te muevas ha pasado un escritor o hay alguna alusi¨®n.
?Qu¨¦ es lo que ha aprendido en todo este tiempo?
He aprendido a vivir y a independizarme. Y me han pasado cosas gracios¨ªsimas. Una noche ven¨ªa del Junco a las seis de la ma?ana. Cuando me baj¨¦ del metro vi un mont¨®n de chavales haciendo botell¨®n, ellos andaban en mi direcci¨®n y yo iba sola. Me pudo la paranoia caraque?a, me di la vuelta y comenc¨¦ a correr en direcci¨®n contraria. Me cost¨® much¨ªsimo sobreponerme a la sensaci¨®n de calle, todav¨ªa hoy me pasa.
Cr¨®nicas barbit¨²ricas
Su nuevo libro, Cr¨®nicas barbit¨²ricas (C¨ªrculo de Tiza), que publica a final de mes, recoge relatos que comenz¨® a escribir al llegar a Madrid en 2008. Una "carta de amor a Madrid", dice, y a sus bares de referencia ¡ª"cuanto m¨¢s cutres, mejor"¡ª, a su "espa?olidad adquirida por el roce", a los olores de Madrid, a la noche, a su invierno y a sus calles.
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