Torra y la soledad de la mujer del meg¨¢fono

N¨²ria tiene vocaci¨®n de l¨ªder de masas o, como m¨ªnimo, de speaker. Pero su vocaci¨®n supera a su ¨¦xito. ¡°Ya ves que no me hacen mucho caso...¡±, lamenta la mujer, vecina del barrio de Sant Andreu de Barcelona, que acude a la concentraci¨®n en protesta por el juicio contra Quim Torra con un meg¨¢fono en la mano que no deja de utilizar. ¡°?Forn y S¨¤nchez, libertad!¡±, ¡°Josep¡­ Rull¡±..., dice, y espera de nuevo el grito de ¡°libertad¡±, que llega tenue y lejano. Pero N¨²ria no ceja en su empe?o. ¡°J¨®venes de Alsasu¡±, ¡°j¨®venes de Sabadell¡±, "CDR¡±, ¡°presos pol¨ªticos¡±, ¡°presas pol¨ªticas¡±, ¡°political prisoners¡± (este ¨²ltimo genera alguna carcajada).

¡°No soporto a esta mujer. Como tenga que estar toda la ma?ana aqu¨ª con el altavoz...¡±, protesta, a pocos metros, un hombre que decide alejarse con su grupo a otro lado del paseo de Llu¨ªs Companys. N¨²ria permanece sentada bajo las majestuosas farolas del paseo, esperando la llegada de Torra. ¡°Es una injusticia. Les han puesto una condena m¨¢s larga que si hubieran violado a una mujer¡±, dice sobre la sentencia a los l¨ªderes independentistas del proc¨¦s pese a que la pregunta era sobre el juicio por desobediencia. Pero antes de seguir hablando, pregunta:

- ?De d¨®nde eres?

- De Barcelona.

- No, me refiero a de qu¨¦ medio.

- De EL PA?S.

- Ah. Ups. Bueno¡­

"Este juicio es rid¨ªculo¡±, accede a seguir hablando N¨²ria. ¡°Le juzgan por haber puesto un lazo. La sentencia est¨¢ escrita. A cualquiera que est¨¦ en la presidencia de la Generalitat le van a perseguir. Y encima les cambian el nombre¡±, dice en alusi¨®n a ciertos medios de comunicaci¨®n que a?aden un acento al apellido del president (Torr¨¢) o que llevan a la primera s¨ªlaba el acento de Artur Mas, como si fuera anglosaj¨®n.

Montserrat Pag¨¨s tambi¨¦n opina que el juicio es ¡°una burla¡± a los catalanes. Y, aunque rechaza las pol¨ªticas de gobierno de Torra (sean cuales sean), dice que es el ¡°president de todos¡± y que todos deben apoyarle. ¡°Cuando lo era Montilla a m¨ª no me representaba y era mi presidente igual. Parece que nadie apoye a Torra¡±, dice Pag¨¨s, algo quejosa por el escaso poder de convocatoria que el juicio al president ha generado. Ciertamente no es el proc¨¦s, ni afronta penas de prisi¨®n. Pero el proceso podr¨ªa conducir a su inhabilitaci¨®n.

Pag¨¨s deja la conversaci¨®n cuando el abogado de Torra, Gonzalo Boye, irrumpe entre v¨ªtores por el pasillo habilitado para acceder al Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC). De pie, frente a la puerta de entrada, Boye graba a los concentrados cantando Els Segadors. Poco despu¨¦s Torra cruza el Arc de Triomf, pero no hay suficiente gente (apenas 500 en toda la concentraci¨®n) para cubrir todo el trayecto hasta la puerta del TSJC, de modo que los ciudadanos se van desplazando al comp¨¢s del president, que llega flanqueado por su mujer y por todo el Govern. Nada que ver con la protesta masiva que gener¨®, por ejemplo, el juicio contra Mas, tambi¨¦n por desobediencia, por organizar la consulta del 9 de noviembre de 2014.

N¨²ria sigue a lo suyo, pero le aparece competencia. Hay quien arranca de forma espont¨¢nea a cantar (¡°fora, fora, fora la just¨ªcia espanyola¡±, todo un cl¨¢sico) y quien lo hace de forma organizada, como un peque?o coro que acompa?a el paseo cantando por la libertad de los pol¨ªticos y por el fin del ¡°exilio¡±. Tambi¨¦n hay quien, a voz en grito, arrastra a m¨¢s personas al griter¨ªo que N¨²ria. Pero la mujer no se rinde. Prueba con algo m¨¢s original (¡°el Llarena / a la trena¡± y lo mismo con Marchena) y busca que, detr¨¢s de cada c¨¢ntico suyo, resuene con fuerza la palabra ¡°libertad¡±. A veces se le va un poco de las manos. ¡°Pueblo del Kurdist¨¢n¡­¡± Y un silencio espeso se eleva sobre el paseo.