Porque no era suya
La Compa?¨ªa Nacional de Danza y la Sinf¨®nica hacen una brillante versi¨®n de la Carmen de Johan Inger y Gregor Acu?a-Pohl
La Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND) ha representado en el Palacio de la ?pera de A Coru?a el ballet Carmen, con coreograf¨ªa de Johan Inger y dramaturgia de Gregor Acu?a-Pohl sobre la Suite Carmen de Rodion Schredrin, esta interpretada por la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia, y con m¨²sica electr¨®nica pregrabada de Marc ?lvarez. Las representaciones han tenido lugar el viernes 22 y s¨¢bado 23.
Ocho meses de interminables encuentros de trabajo de Inger con Acu?a-Pohl dieron como fruto esta Carmen, que fue premiada como mejor coreograf¨ªa en 2016 en los premios Benois de Danse, considerados como los ¨®scares de la danza. Fue un ¨ªmprobo trabajo de pruebas y correciones hasta dar con ese punto medio en el que tantas veces se encuentra lo ¨®ptimo.
El trabajo de Inger parte del libro original de Prosper Merim¨¦e en el que el bailar¨ªn y core¨®grafo sueco buscaba una fuente m¨¢s primigenia que el libreto de Ludovic Hal¨¦vy y Henri Meilhac para la ¨®pera de Bizet. La versi¨®n de ambos est¨¢ libre de tipismos y alejada del t¨®pico de la Carmen femme fatale. Parte as¨ª desde una idea m¨¢s actual sobre la violencia de g¨¦nero: Don Jos¨¦ acaba asesinando a Carmen porque no puede soportar la idea de que sea una mujer que decide libremente sobre su propia vida sentimental y sexual.
La obra de Inger y Acu?a-Pohl incorpora un nuevo personaje secundario a esta Carmen. Un ni?o aparece aqu¨ª y all¨¢ en los momentos m¨¢s significativos de la obra y aporta un nuevo punto de vista en principio inocente. Como una de tantas criaturas que se ven obligadas a presenciar los malos tratos y hasta el asesinato de su propia madre a manos de su pareja. El Ni?o representa tal vez el propio Don Jos¨¦ en su infancia, viviendo el estigma que marca su vida con la impronta de esa violencia c¨ªclica que solo podr¨¢ desaparecer con la igualdad en la educaci¨®n.. El gesto final del Ni?o con la mu?eca que representa a Carmen es absolutamente significativo en este aspecto.
La base de la escenograf¨ªa son nueve prismas de tres texturas, cemento, espejo y l¨¢mpara que, movidos por los bailarines, crean todos los ambientes necesarios para el drama. Unos tenues brillos verticales cerca de la l¨ªnea de candilejas refuerzan sutilmente la idea de prisi¨®n, bien sea esta la c¨¢rcel material donde se encierra a Don Jos¨¦, bien la que su mente sue?a para Carmen.
La interpretaci¨®n de la CND es soberbia en todos sus componentes, desde la Carmen de Kayoko Everhart ¨Ctan sugerentemente sensual como decididamente libre, el Don Jos¨¦ de Daan Vervoot en su descenso a los infiernos de la violencia y el exhibicionista valor del Escamillo de Isaac Montllor [rese?amos la funci¨®n del viernes 22] al ni?o de Shani Peretz. Es significativa la actuaci¨®n de esta bailarina como elemento simb¨®lico: si en teatro son tan elocuentes los silencios como el texto, la quietud de Peretz es tan expresiva como su movimiento. El cuerpo de baile tiene una actuaci¨®n sobresaliente: las cigarreras, los mozos, los perros o esas m¨¢s que inquietantes sombras son la pura encarnaci¨®n del drama transformado en movimiento.
La Sinf¨®nica de Galicia tuvo una de sus grandes tardes como orquesta de foso desde el inicio de su actuaci¨®n bajo la expresiva batuta de Manuel Coves. Las primeras notas de la obertura, con una secci¨®n de percusi¨®n en estado de gracia (esos marimba, vibr¨¢fono y lira) y unas secciones de cuerda de sonido suntuoso, imprimieron el car¨¢cter id¨®neo a la m¨²sica. No en vano el propio Schredrin opinaba que ¡°la orquesta de un ballet debe estar unos grados m¨¢s caliente que la orquesta de una ¨®pera¡±. Y es que aqu¨ª no ha de arropar sino enardecer a los int¨¦rpretes.
La m¨²sica de Marc ?lvarez subraya adecuadamente el transcurrir del pensamiento de los personajes. L¨¢stima que la amplificaci¨®n resultara excesiva en varias ocasiones, incluso para la ac¨²stica del Palacio de la ?pera. La ovaci¨®n final premi¨® justamente la calidad del trabajo realizado; no apto, eso s¨ª, para ac¨¦rrimos de las versiones ¨²nicas y esclavas de la tradici¨®n.
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