Apocalipsis del bar de copas
Ahora quien abre un negocio abre un gastrobar o una vinoteca
?Qu¨¦ est¨¢ pasado con los bares de copas? Bares de esos con poca infraestructura, unos posters de conciertos, nada de comer, mucho de beber y la m¨²sica alta, rock, punk, northern soul, David Bisbal, lo que fuere. Los garitos, esos sitios donde hay que comunicarse con el amigo a voces en la oreja, y escupirle, y al final sale uno ronco de hablar y sordo de escuchar, y vuelto del rev¨¦s. Ah¨ª hicimos nuestra educaci¨®n sentimental, y emocional, y et¨ªlica, y pusimos a prueba nuestros l¨ªmites biol¨®gicos.
Me acord¨¦ el otro d¨ªa de esto porque fuimos a comer con Jos¨¦ ?ngel Ma?as, que escribi¨® Historias del Kronen hace 25 a?os y ahora saca la segunda parte, La ¨²ltima juerga (Algaida, premio Ateneo de Sevilla). La cosa lleva unos meses de revival (podr¨ªamos decir que lo del Kronen se est¨¢ kronificando) e incluso han hecho una ruta Kronen por Malasa?a. Fue hasta Andrea Levy, la concejala de Cultura, seg¨²n nota de prensa. Cuando una actividad se ¡°musealiza¡±, tanto la noche asalvajada como la mina asturiana, es que ya no va a dar mucho de s¨ª¡ Pero es que en Malasa?a ya casi no quedan bares, porque en Madrid, ciudad de las desapariciones, est¨¢ desapareciendo casi todo, como constatamos aqu¨ª puntualmente. Tiene miedo uno de irse de fin de semana largo y al regreso no saber d¨®nde est¨¢: me voy a atar a la pata de la cama.
A ver, bares haberlos haylos, los que resisten, La V¨ªa L¨¢ctea y tal, pero parece que no abren nuevos, porque ahora el que quiere abrir algo abre una vinoteca, o un gastrobar, o una pizzer¨ªa cool con ingredientes de pitimin¨ª (como si la pizza no fuera ya en s¨ª misma suficientemente cool). ¡°Ese tipo de bareto ha desaparecido casi por completo y ha sido remplazado o bien por tiendas (Malasa?a se ha Fuencarralizado) o por locales gastron¨®micos¡±, opina Ma?as, ¡°la comida debe de ser la nueva pasi¨®n nacional, porque est¨¢ por todas partes. A m¨ª me encanta comer, pero a veces echo en falta la mugre acogedora de aquellos antros y tugurios de anta?o¡±. Es que lo que dan los bares de copas, digo yo, es alimento, pero para el esp¨ªritu.
La gente que sal¨ªa de noche se ha hecho mayor y son pap¨¢s y mam¨¢s y ahora prefieren un ocio m¨¢s diurno; la m¨²sica se escucha en casa, con el Spotify, y no en compa?¨ªa. En muchas ciudades se ha institucionalizado eso que llaman el ¡°tardeo¡±, el salir por la tarde. Y la gente joven es menos numerosa y tampoco parece que tenga mucha cultura de bar, igual por aquello de la precariedad, y prefiere reunirse en sus casas o estar en la plaza escuchando trap. Aunque la juventud no se sabe muy bien d¨®nde est¨¢, ni la de uno, ni la de los dem¨¢s. O sea, han pasado 25 a?os desde aquello del Kronen.
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