Montserrat Roig y la ¡®tercera dimensi¨®n¡¯
Un libro re¨²ne las mejores entrevistas de la escritora, que desarmaba a los personajes, arranc¨¢ndoles aspectos in¨¦ditos
¡°?Ah, no, con pistola nunca! Le ense?ar¨¦ un pu?al que llevaba. Es un pu?al muy bonito; cuando paseaba lo llevaba porque nos dijeron que era necesario ir armado. Mire, hay un tubo en el centro de la hoja que serv¨ªa para poner veneno; es un pu?al florentino¡¡±. Lloren? Villalonga, el autor de Bearn, se lo muestra a la joven Montserrat Roig, que a sus 27 a?os le ha preguntado sin ambages: ¡°?Y la leyenda que corre de que usted se paseaba con camisa azul y pistola?¡±, en referencia a su pasado falangista. Llevaban rato hablando en una sala oscura de la tan se?orial como monacal casa del gran novelista mallorqu¨ªn, que es muy posible que cayera ante la estrategia de la periodista: ¡°Inclinaba un poco la cabeza, sonre¨ªa, y hac¨ªa una pregunta con cierta inocencia aunque ¨¦sta no fuera nada inocente y conllevara mucha carga de profundidad¡±, recordaba el realizador Sergi Schaff, con quien trabaj¨® en diversos programas en la ¨¦poca dorada de TVE-Catalu?a.
¡°Escudri?aba a sus entrevistados como a sus personajes literarios: con una incansable ambici¨®n de entender y saber¡±, ha afirmado la periodista y escritora Rosa Montero sobre quien fue su amiga, para rematar: ¡°Sus entrevistas parecen dotar de una tercera dimensi¨®n a los entrevistados¡±. Las revistas Serra d¡¯Or, Oriflama, Jano, Destino y el circuito catal¨¢n de TVE fueron los afortunados medios en los que se prodig¨® Roig (Barcelona, 1946-1991) con un g¨¦nero que entrelazaba con los perfiles y que le dio para recopilarlos en cinco vol¨²menes: tres de Retrats paral¡¤lels (1975-1978) y dos de Personatges (1979).
¡°El trabajo que me apasiona es remover el pa¨ªs, buscando alguna explicaci¨®n que verifique el caos actual¡±, desliza en el texto de su encuentro con el hist¨®rico periodista de la Rep¨²blica Eugeni Xammar. Visto en perspectiva, el friso que construye busca referentes de la tradici¨®n sociocultural catalana rota en 1939 y coserlos con algunos de los nuevos nombres que surgen de los inquietos ¨²ltimos a?os del tardofranqusimo. Una liofilizaci¨®n de su proyecto vital puede comprobarse ahora en Retrats paral¡¤lels, una antologia (Edicions 62), recopiladas por los escritores Gemma Ruiz y Albert Forns, con las fotograf¨ªas que en su momento hiciera Pilar Aymerich.
¡°Lo primero que hac¨ªamos cuando prepar¨¢bamos una entrevista era llamarnos para comentar c¨®mo nos vestir¨ªamos (¡) Montserrat quer¨ªa que el personaje se sintiera c¨®modo; hac¨ªamos todos los papeles para que se sintieran relajados y confiados¡±, recuerda Aymerich en un corto pero jugoso pr¨®logo. Estaba presente durante las sesiones de fotos porque se daba en ellas un ambiente de intimidad en el que se dec¨ªan cosas que no afloraban en la entrevista. Tambi¨¦n llam¨® la atenci¨®n de Aymerich la documentaci¨®n exhaustiva que demostraba la periodista: ¡°Parec¨ªa que los conociera de toda la vida y se los met¨ªa en el bolsillo desde el primer momento¡±. Se trasluce en los 18 retratos recopilados, desde el primero, un coet¨¢neo Pau Riba, del que da desde todos sus apellidos a fragmentos de sus canciones del ¨¢lbum Dioptria I; o cit¨¢ndole referencias de cinco de sus libros al propio Josep Pla, o elogiando la obra de Carles Riba para romper el t¨¦mpano de hielo con el que la viuda, Clementina Arderiu, recibe a esa chica ¡°que dice cosas tan gordas en Serra d¡¯Or¡±, pero que ir¨¢ trufando la entrevista con versos de la sacrificada esposa del bardo.
Iba tan documentada sobre los personajes que ¡°parec¨ªa que los conociera de toda la vida¡±, dice? Pilar Aymerich, que fotografiaba a sus? entrevistados
A la documentaci¨®n se a?ade una cultura apabullante que la autora de El temps de les cireres ya lleva de serie y que le permite, por ejemplo, hacer un s¨ªmil con los modelos del pintor Xavier Nogu¨¦s al ver el porte de Xammar; tender desde La Pla?a del Diamant puentes con la narrativa de Joyce, Woolf y sacar a colaci¨®n una cr¨ªtica francesa para satisfacci¨®n infinita de Merc¨¨ Rodoreda en la quiz¨¢ mejor entrevista por forma y fondo; identificar un grabado de Brueghel en casa de Pla; mentar con toda la intenci¨®n El Mis¨¢ntropo de Moli¨¨re y El Gatopardo de Lampedusa a Villalonga, o convocar la figura de Alexandre Cirici Pellicer en su charla con Oriol Bohigas.
Quiz¨¢ no tuviera tanto m¨¦rito si no fuera porque la entrevistadora contaba en esos momentos entre 24 y 27 a?os; fue culturalmente precoz en todo: iniciaba sus colaboraciones period¨ªsticas en 1968 y en diciembre de 1970, mientras estaba encerrada en Montserrat, en protesta por el juicio de Burgos contra militantes de ETA, se hac¨ªa ah¨ª mismo p¨²blico que aquella joven an¨®nima entre 200 intelectuales acababa de ganar el premio V¨ªctor Catal¨¤ de cuentos por Molta roba i poc sab¨®, su debut literario. Al poco, colaborar¨ªa en el combativo Tele-eXpres como cr¨ªtica de literatura en catal¨¢n, lo que reforzar¨ªa su ya nutrido poso libresco.
A caballo en muchos casos entre la entrevista directa de pregunta y repuesta (si el personaje le da para sostener el ritmo), la de estilo indirecto y el perfil, los textos suelen empezar con una exquisita escudella en la que se entremezclan escenario geogr¨¢fico, detalles psicol¨®gicos o sociol¨®gicos y descripci¨®n f¨ªsica del entrevistado, con especial fijaci¨®n en las manos. Ya ah¨ª o durante la charla, el encuentro se ver¨¢, adem¨¢s, pespunteado por unas frases-retrato casi po¨¦ticas: as¨ª, ¡°Calders t¨¦ una cara ocell¨ªvola¡±; Arderiu aparece como ¡°una dona feta amb la suavitat de la porcellana i el tremp del roure¡±; Maria Aur¨¨lia Capmany, ¡°l¡¯espl¨¨ndida antitesi de la Ben Plantada¡±, luce ¡°mans expressives com les d¡¯una venedora de mercat¡±; Xammar r¨ªe ¡°amb un ritme tallant i la seva metralla orat¨°ria ¨¦s esfere?dora¡±, y la figura de Rodoreda se le antoja ¡°feble i dura com una estalactita¡±.
Sus textos son una excelente mezcolanza de escenario, psicolog¨ªa y descripci¨®n f¨ªsica de las personas con las que dialoga
El doble resultado es que los entrevistados cobran volumen y acaban confesando, gracias al clima creado por la entrevistadora, lo que no querr¨ªan, transparent¨¢ndose. Asoman entonces naturalezas inesperadas, como una c¨®mica Mary Santpere lectora seria del Quijote, Gald¨®s, el Amad¨ªs de Gaula, el Tirant lo Blanch y Simenon; el punto altivo de un ambicioso Josep Maria Flotats, que en enero de 1973 y desde Par¨ªs, no duda en afirmar que "Todo lo amateur me aterroriza"?para referirse a la entonces significada Agrupaci¨® Dram¨¤tica de Barcelona, que ¡°no tengo vocaci¨®n ni de ap¨®stol ni de m¨¢rtir¡ Si me dan la oportunidad de hacer teatro en nuestra casa, ir¨¦¡±. Y va adornando su discurso: ¡°?Est¨¢s de acuerdo? Bueno, tanto me da¡±.
La entrevista con Pla ser¨¢ dura. El escritor acaba de cumplir 75 a?os y va menospreciando a la joven de pelo corto y minifalda: ¡°Vost¨¨ ha llegit molt?¡±. Pero tambi¨¦n acabar¨¢ rendido, a pesar de la famosa an¨¦cdota nunca escrita seg¨²n la cual le respondi¨® a su pregunta sobre si le daba alg¨²n consejo para ser buena escritora que con aquellas piernas no era necesario que escribiera. Durante la charla, el autor de La vida amarga s¨ª le dijo: "Si sus cosas duran 30 a?os en literatura ya puede estar segura que lo que escribe es realmente importante¡±. Los retratos con tercera dimensi¨®n de Montserrat Roig duran ya m¨¢s de cuarenta¡
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