¡°Nuestro trabajo es enchufarlos a la vida de nuevo para que salgan de la calle¡±
Gregorio Ca?edo se jubila tras 30 a?os como auxiliar de servicios sociales en el centro de acogida San Isidro para personas sin hogar
Tras 30 a?os como auxiliar de servicios sociales en el centro municipal de acogida San Isidro, Gregorio Ca?edo (Valladolid, 63 a?os) se jubila. A este lugar con capacidad para 268 usuarios llegan derivados por el Samur Social personas con patolog¨ªas mentales y adicciones. Su m¨¢xima siempre ha sido ofrecer un servicio digno porque, seg¨²n explica el trabajador, cualquier persona puede tener la mala fortuna de acabar una temporada viviendo en la calle. ?l lleg¨® aqu¨ª por casualidad, como si se tratara de un empleo m¨¢s, y se dio cuenta de que trabajar con personas sin hogar no era cualquier cosa. ¡°Tuve que entender d¨®nde estaba, y cuando lo hice, este trabajo se convirti¨® en una droga sin pinchar, engancha¡±, dice con una sonrisa.?
?Qu¨¦ le ha ense?ado este trabajo?
A ser lo que soy, estoy orgulloso. Me ha ense?ado a no ver a nadie extra?o, a respetar a las personas como personas. A ser mejor padre, mejor esposo y mejor amigo.?
?Coge con ganas la jubilaci¨®n?
Tengo ganas de desayunar con mi mujer. Por los turnos, nunca hemos tenido la oportunidad, y me apetece mucho. Hemos estado toda la vida trabajando y solo hemos tenido tiempo para cuidar a nuestros hijos, ahora tenemos tiempo para nosotros.?
?Les echar¨¢ de menos a ellos, a los usuarios?
Si, pero como los veo por la calle, no tengo m¨¢s que irme a dar un paseo para saludarlos. Y eso para mi es un orgullo. Gente que est¨¢ pidiendo en la calle tranquilamente y me saludan por mi nombre.?
?En este centro las personas pasan mucho tiempo?
El objetivo es que la estancia aqu¨ª sea la menor posible, siempre empujando hacia adelante. El proceso pasa por empezar a darte cuenta de que tienes un problema de adicciones, igual tienes que entrar a un centro de mayores, a un centro de salud mental o empezar a buscar empleo¡ Cada persona es un mundo. Tambi¨¦n hay gente que abandona el barco y desaparece. O personas que vuelven a recaer porque llegan con problemas muy graves: droga, alcohol, enfermedades mentales¡?
Y los que desaparecen, ?qu¨¦ es lo que ha ocurrido?
Que no hemos sido capaces de engancharles, Este es un trabajo muy constante con muchos fracasos, no es sencillo. Estas personas son muy susceptibles. En un momento determinado un tono de voz puede ser determinante.?
En treinta a?os de profesi¨®n, ?ha cambiado el perfil de la gente que vive en la calle?
Antes hab¨ªa muchos m¨¢s alcoh¨®licos?y muchos menos drogadictos que ahora. Ahora tambi¨¦n?hay gente m¨¢s mayor en la calle. Son personas m¨¢s cultas, con m¨¢s estudios, pero tambi¨¦n con m¨¢s problemas mentales que antes y hay m¨¢s extranjeros.
?Y mujeres?
En mi experiencia, las mujeres tardan m¨¢s en llegar a la calle porque saben mantener los lazos familiares mejor que los hombres. En este centro siempre hemos tenido una mayor¨ªa de hombres, sigue siendo as¨ª.?
?Por qu¨¦ cree que hay m¨¢s enfermedades mentales que antes?
No se sabe qu¨¦ es lo primero, la droga o la enfermedad mental. El alcoholismo, la soledad, el estr¨¦s, la depresi¨®n¡ todo termina en una enfermedad mental.?La sociedad ha cambiado mucho, lo que hoy vale ma?ana no vale, y hay gente que se queda descolgada en estas cambios, que no pueden aguantar.
?Qu¨¦ historia repiten m¨¢s las personas que llegan al centro?
Que si pudiesen volver hacia atr¨¢s, volver¨ªan.?Nadie me ha sabido explicar c¨®mo en un momento determinado, sin saber por qu¨¦, han terminado en la calle. Lo que dicen es que no tienen dinero para pagarse una pensi¨®n, pero la verdadera raz¨®n, nadie me la ha sabido decir. Y estoy convencido de que ellos mismos no lo saben. Ese es nuestro trabajo, enchufarlos a la vida de nuevo para que salgan de la calle. Con que salga uno al a?o, ya me doy por satisfecho.?
?Cree que los centros como este ayudan a reducir el n¨²mero de personas sin hogar o funcionan m¨¢s como un parche?
Este es un problema que se tiene que solucionar antes de que se bajen las manos, se suelten de la cuerda, y acaben en la calle. Y el riesgo est¨¢ ah¨ª, aquel que diga que no le puede ocurrir es que es tonto.
?C¨®mo se visibiliza el sinhogarismo?
Nos tenemos que concienciar de que todos somos iguales. Que lo extra?o no te produzca miedo. Cuando las personas seamos capaces de romper ese clich¨¦. Estas personas est¨¢n ah¨ª por unas circunstancias?y la sociedad no podemos ignorarlas.?
?C¨®mo se sale de la calle?
Con ayuda, con una serie de dispositivos, y sobretodo, y esto es fundamental, recuperando su n¨²cleo de amistades y familiar. Los v¨ªnculos son muy importantes, parece que son sistemas nerviosos que no les damos importancia y solamente los notamos cuando los perdemos.?Recuperar su vida antes de estar aqu¨ª. Es un trabajo muy lento que supone mucho esfuerzo. Tardan mucho en reconocer que parte del problema han sido ellos.?
Los n¨²meros invisibles
Seg¨²n el ¨²ltimo recuento oficial, realizado en 2018, la cifra de personas sin hogar en Madrid alcanza los casi 2.800 personas, 24% m¨¢s que el a?o pasado. En Espa?a hay unas 33.000 personas que duermen al raso seg¨²n el informe elaborado por el Gobierno. La entidad ben¨¦fica C¨¢ritas eleva esta cifra a 40.000. Y la ONG Hogar s¨ª?limita el n¨²mero a 31.000. En lo que el sector s¨ª coincide es en la falta de datos y la dificultad para cuantificar la realidad de la exclusi¨®n social m¨¢s extrema y que est¨¢ presente en todas las ciudades del mundo.
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