Reforzar la Constituci¨®n
La democracia es igualdad, bienestar, oportunidades acordes a las necesidades de cada persona. Es libertad y tambi¨¦n respeto
Ahora que conmemoramos el aniversario de la Constituci¨®n, a?oro que algunos de nuestros gobernantes madrile?os defiendan con firme iniciativa, no solo de palabra, su principal valor: la convivencia en democracia. La democracia es igualdad, bienestar, oportunidades acordes a las necesidades de cada persona. Es libertad y tambi¨¦n respeto. A¨²n imperfecta, es el mejor sistema que tenemos para seguir construyendo un mundo, una ciudad y un barrio m¨¢s justos, aunque algunos de nuestros gobernantes parecen olvidarlo.
Desde la irrupci¨®n de Vox, el Gobierno de la ciudad permite que se minen algunos de los pilares en los que se sustenta nuestra democracia. Madrid es menos libre e igualitaria ¡ªas¨ª lo percibimos muchos¡ª no solo porque la extrema derecha atente contra derechos que cre¨ªamos consolidados, sino porque el PP ha decidido ponerle precio a la sostenibilidad de su Gobierno, aun a costa de maltratar la defensa de las mujeres y, por ende, a la propia democracia.
Lo demostr¨® al posicionarse contra la reprobaci¨®n de Ortega Smith por su desprecio a las v¨ªctimas de la violencia machista.
Entonces ech¨¦ de menos en el Alcalde la consistencia con la que la derecha moderada europea est¨¢ acotando a los partidos intolerantes. Hace pocos d¨ªas, Angela Merkel, en un debate presupuestario, fren¨® a la ultraderecha alemana: "A aquellos que dicen que no pueden expresar sus opiniones, les digo que si das tu opini¨®n debes asumir el hecho de que te pueden llevar la contraria. Expresar una opini¨®n no es algo gratuito. La libertad de expresi¨®n tiene sus l¨ªmites y esos l¨ªmites comienzan cuando se propaga el odio. Empiezan cuando la dignidad de otra persona es violada".
Pero Madrid no es Berl¨ªn, ni Almeida es Merkel, a pesar de la supuesta coincidencia ideol¨®gica. El alcalde prefiri¨® ampararse en la libertad de expresi¨®n de Vox, a plantarle cara a un discurso que niega la existencia de la violencia machista, aunque haya m¨¢s de mil mujeres asesinadas.
Jam¨¢s pondr¨¦ en duda la libertad de expresi¨®n, al contrario. Lo que pongo en cuesti¨®n es que un representante p¨²blico, ampar¨¢ndose en esa misma libertad y sin sonrojarse ¡ªle importa un bledo, dijo¡ª, sea capaz de atentar contra los derechos y libertades que tantos esfuerzos le ha costado conseguir a esta democracia y que hoy vemos recogidos en nuestra Constituci¨®n.
Pienso tambi¨¦n en quienes, afortunadamente, nacieron en una Espa?a sin dictadura, y lamento que un servidor p¨²blico, ese que deber¨ªa representarnos a todos y todas, sea capaz de dinamitar el sistema del que forma parte y que sostiene su raz¨®n de ser. Su tolerancia hacia el retroceso es uno de los peores ejemplos que se puede legar a quienes han de seguir fortaleciendo d¨ªa a d¨ªa la democracia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.