El rascacielos que lo ha visto todo

En 1929, a la calle de la Gran V¨ªa lleg¨® uno de los iconos de la capital: el Edificio Telef¨®nica, el ¡°cuartel general¡± de la empresa espa?ola de Telecomunicaciones. El libro 1929-2019. Gran V¨ªa, 28, del historiador e ingeniero Javier Garc¨ªa Algarra, recorre los 90 a?os de historia que ha vivido el emblem¨¢tico edificio. El ingeniero cuenta el asombro que provoc¨® en los madrile?os: ¡°Era futurista, neoyorkino, extraordinariamente innovador¡±. Fue el primer rascacielos de Europa y se construy¨® a la manera norteamericana (Telef¨®nica era una filial de la compa?¨ªa estadounidense American Telephone & Telegraph ): una gran obra que sirviera de centro de operaciones y de atractivo publicitario en el centro de la ciudad. Desde entonces, ha vivido momentos hist¨®ricos, como la primera llamada a Estados Unidos en 1926, incluso antes de que terminaran las obras; y ha visto cambiar a la capital y a la sociedad espa?ola desde las alturas.

Garc¨ªa Algarra estudi¨® Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones y mientras trabajaba en Telef¨®nica, donde estuvo 26 a?os, complet¨® la licenciatura de Historia por la UNED. Su tesis, que termin¨® en 2012, versaba sobre la arquitectura de centrales telef¨®nicas. Cuando cuando el pasado agosto le llamaron para ofrecerle ser el autor del libro conmemorativo de Telef¨®nica, vio posible realizar el proyecto a pesar de tener solo dos meses. ¡°Ya ten¨ªa mucha documentaci¨®n, sab¨ªa d¨®nde mirar¡±, explica. Al sitio favorito del historiador, sin embargo, no pueden acceder los visitantes: la azotea. ¡°Se ve toda la ciudad de Madrid pero tambi¨¦n la Comunidad y la sierra de Guadarrama¡±, explica. Tampoco al s¨®tano, donde est¨¢n organizados miles de cables que salen por el subsuelo de la calle de Fuencarral hacia todo el centro de Madrid.

¡°La Telef¨®nica¡±, como se le conoce, fue un punto clave en la Guerra Civil. Desde all¨ª, los corresponsales de guerra extranjeros mandaban sus cr¨®nicas y la Rep¨²blica espa?ola ejerc¨ªa su censura sobre los periodistas que all¨ª trabajaban. Entre ellos estaba, por ejemplo, Ernest Hemingway. El bando nacional, por su parte, lo tomaba como diana para atacar Madrid cuando quer¨ªan conquistarla desde Casa de Campo. ¡°Franco y sus tropas lanzaban ca?ones contra el edificio Telef¨®nica¡±, explica Garc¨ªa Algarra.

El icono madrile?o tambi¨¦n ha sido escenario del cambio del papel de la mujer en el mundo laboral. ¡°En los sesenta¡±, explica el historiador, ¡°la planta 5? y 6? estaban llenas de operadoras, que fueron desapareciendo. En los a?os ochenta, las mujeres empezaron a tener puestos que siempre ocupaban hombres, como operadoras t¨¦cnicas y mec¨¢nicas¡±. El espacio ha sido testigo pero tambi¨¦n protagonista de la transformaci¨®n de la manera de comunicarse de los ciudadanos: hasta 1992, tuvo un locutorio. ¡°La gente ven¨ªa de vacaciones y quiz¨¢s en el hotel o en un restaurante no hab¨ªa tel¨¦fono y ten¨ªan que venir aqu¨ª¡±, cuenta el madrile?o. Pero Telef¨®nica vivi¨® tambi¨¦n la llegada de los smartphones: en 2008 se vendi¨® en su tienda el primer iPhone en Espa?a.

A pesar de sus 90 metros de altura, s¨®lo tiene 14 pisos. Se debe a que los techos deben de ser muy altos para albergar la grandes equipos que precisa un centro de comunicaciones, recogidos ahora en la exposici¨®n permanente Historia de las telecomunicaciones. ¡°Es una nave industrial pero hecha en altura¡±, comenta Garc¨ªa Algarra.?Aunque el edificio a¨²n alberga oficinas de la compa?¨ªa, la sede central se traslad¨® al Distrito Telef¨®nica, en el barrio Las Tablas.

Garc¨ªa Algarra recuerdo cuando de peque?o ven¨ªa desde su barrio, La Prosperidad, a comprar a Gran V¨ªa con su abuela, y observaba el gran rascacielos que se alzaba en el n¨²mero 28. Hoy en d¨ªa, es una de las persona que m¨¢s sabe sobre la historia y los recovecos del simb¨®lico rascacielos. Por la entrada de Valverde, que se mantiene igual que en su apertura, comenta las fotograf¨ªas de la ¨¦poca, del fot¨®grafo Alfonso S¨¢nchez Garc¨ªa. ¡°Las empresas contrataban a fot¨®grafos muy buenos del momento para que inmortalizaran las obras y despu¨¦s darles las im¨¢genes a la prensa y publicitarse¡±, cuenta. Y habla de lo que escribi¨® sobre el inmueble el periodista Ram¨®n G¨®mez de la Serna: ¡°?Qui¨¦n iba a decir que de madre tan flaca saliese hijo tan potente como el rascacielos de la actual Telef¨®nica?¡±.