Piedras con valor notarial
Localizada el acta de compraventa de 1918 de los elementos rom¨¢nicos de Santa Maria de Besal¨² que est¨¢n en el Conventet de Barcelona
Muchas personas que visitan el monasterio g¨®tico de Pedralbes, en el distrito de Les Corts de Barcelona, se sorprenden al ver, justo enfrente de la puerta de acceso y como si quisiera rivalizar con ella, un muro de piedra en el que destacan una galer¨ªa con capiteles rom¨¢nicos, un par de ventanas y otro de puertas con dintel y figuras del siglo XII procedentes de la colegiata de Santa Maria de Besal¨² (Garrotxa), uno de los edificios m¨¢s bellos y castigados del rom¨¢nico catal¨¢n. Son de tal calidad, que parecen copias neorrom¨¢nicas, pero tras saber que pertenecen a la vivienda del coleccionista Francisco Godia, conocido como el Conventet, en recuerdo al convento franciscano de frailes que ejerc¨ªan de gu¨ªa espiritual de las monjas, estas piezas se asocian al af¨¢n de Godia de hacerse con lo bueno y mejor del arte medieval, para su disfrute personal. Sin embargo, estos elementos ya estaban en la casa cuando Godia, tambi¨¦n piloto de F¨®rmula 1, se traslad¨® a vivir a ella en la d¨¦cada de 1970.
En concreto, desde que las compr¨® el 18 de junio de 1918 ?ngela Sors Davin por el m¨®dico precio de 10.000 pesetas. As¨ª lo recoge un acta notarial fechada en Besal¨², que ha salido a la luz recientemente en Olot, en el Archivo Comarcal de la Garrotxa, durante los trabajos de investigaci¨®n de Santi Soler Simon, un avezado experto en papeles antiguos y archivos que los ha localizado de forma casual. ¡°Estaba revisando este volumen del notario Llu¨ªs Dom¨¨nech Sol¨ªs intentando localizar unas escrituras sobre Tortell¨¤, localidad de la comarca de la Garrotxa, sobre la que estoy realizando unos estudios¡±, explica Soler, que recuerda que ¡°los protocolos del a?o 1918 no se han podido consultar hasta principios de 2018, ya que para poder hacerlo tienen que cumplir los 100 a?os de antig¨¹edad, tal y como establece la ley del notariado de 1862 vigente¡±.
La localizaci¨®n del acta arroja luz para conocer mejor c¨®mo era este edificio religioso dedicado a Santa Maria, que junto a Sant Vicen?, San Pere y el castillo condal, dominan la poblaci¨®n de Besal¨², y que lleg¨® a ser sede episcopal, despu¨¦s de que el conde Bernat I de Besal¨², Tallaferro, obtuviera aprobaci¨®n del papa para nombrar obispo a su hijo Guifr¨¦. Cargo que ostent¨® solo entre 1017 y 1020
Seg¨²n este documento, las piedras vendidas ¡°de las llamadas ruinas de la excolegiata de Santa Maria, situadas en esta villa¡± fueron: ¡°un t¨ªmpano y la puerta sobre la que descansa, con todas sus jambas y piedras anexas¡±; ¡°dos ventanas laterales, tambi¨¦n con sus jambas, exteriores y piedras para montarlas¡±; ¡°una puerta lateral, con seis escalones con sus jambas y piedras anexas en que se apoya¡±; ¡°doce grandes columnas, con sus capiteles que est¨¢n situados dentro del edificio¡±; ¡°todas las piedras art¨ªsticas y cornisas laterales del ¨¢bside y nueve columnas exteriores del mismo con sus capiteles¡±. Y por ¨²ltimo: ¡°todas las piedras art¨ªsticas de dichas ruinas y las necesarias para su montaje¡±. En total: dos puertas, dos ventanas y 21 columnas con sus 21 capiteles (12 de dentro y 9 del ¨¢bside), adem¨¢s de la cornisa lateral del ¨¢bside y una l¨¢pida.
Todo este material lo necesitaba ?ngela Sors para ornamentar su nueva residencia comprada ese mismo a?o en las afueras de Barcelona. Ella era la ¨²ltima propietaria del edificio religioso que en 1882 se hab¨ªa alienado junto a otras casas vinculadas con el monasterio ¡°con permiso eclesi¨¢stico y real¡±, pasando a manos del obispado que lo destin¨® para lugar de esparcimiento y recreo del prelado. Y as¨ª estuvo hasta que en 1918 el obispo Enrique Reig lo vendi¨® a ?ngela Sors, por tanto, su primera propietaria civil.
Para llevar a cabo la reforma, la propietaria ¡°viuda de Borr¨¤s¡± y perteneciente a la alta burgues¨ªa barcelonesa, ya que viv¨ªa en el primer piso del n¨²mero 17 de Paseo de Gr¨¤cia, contrat¨® los servicios del arquitecto de moda, Enric Sagnier, que llev¨® a cabo importantes trabajos de restauraci¨®n y ampliaci¨®n del edificio medieval, bastante deteriorado por el paso del tiempo, sobre todo en la zona de la actual Baixada del Monestir donde estaban los almacenes y las cuadras. Unas obras que efectuaron, al parecer, en 1919 la familia Peremateu-Sors, tras el fallecimiento de ?ngela.
Sagnier no cambi¨® el muro de unos veinte metros de largo, pero si su fisonom¨ªa externa, situando las piedras procedentes de Santa Maria: ocho capiteles (seis en dos cornisas superiores y dos m¨¢s en una de las puertas), dos ventanas del transepto, la puerta septentrional y el t¨ªmpano de la puerta principal. Adem¨¢s, en 1994, la Generalitat deposit¨® cinco capiteles en el MNAC que las hijas de Godia utilizaron como pago de impuestos de la herencia de su padre. Tres est¨¢n expuestos y dos en los almacenes. En total, 13 capiteles de los 21 que compr¨® ?ngela Sors en 1918. A los otros ocho se les ha perdido el rastro.
?Qui¨¦n vendi¨® las piedras de Santa Mar¨ªa de Besal¨² en 1918? Seg¨²n la escritura, Carlos de Aulet Rafecas, ¡°viudo, militar retirado, vecino de esta villa¡± que las hab¨ªa comprado al presb¨ªtero Josep Figuera Carbonell, el 2 de noviembre de 1880. La escritura estipulaba que la vendedora adquir¨ªa permiso ¡°para hacer en las dichas ruinas las operaciones necesarias a fin de poder extraer los objetos vendidos¡±, algo que podr¨ªa hacer durante ¡°un plazo de seis meses¡±. Aulet, que tambi¨¦n hab¨ªa sido maestro municipal de Besal¨², viv¨ªa entre las ruinas y lo mostraba con generosidad a todos los que las visitaban, fuera Puig i Cadafalch y la Asociaci¨®n de Arquitectos de Barcelona ¡°a los que explic¨® con su proverbial cortes¨ªa datos y comentarios del monumento¡±, o Buenaventura Bassegoda que en su cr¨®nica period¨ªstica de 1914 resaltaba ¡°que se halla en pie gracias a haberla podido sustraer de las garras de la incultura popular, compr¨¢ndola con sus modestos ahorros¡±.
Pero desde hac¨ªa a?os Aulet ten¨ªa intenci¨®n de vender este conjunto por lo que tras insertar anuncios en 1897 en la prensa local, como en el Semanario de Ba?olas, comenz¨® a recibir ofertas de grupos inopinados como el de los representantes ingleses de la Iglesia Evang¨¦lica. Este inter¨¦s desencaden¨® una guerra medi¨¢tica para conservar "las piedras catalanas para que no cayeran en manos de herejes extranjeros", proponiendo incluso una suscripci¨®n popular para recoger "a lo m¨¢s, 6.000 duros para evitar que Santa Maria cayera en poder de extranjeros, una cantidad que podr¨ªa ser reintegrada por la Comisi¨®n de Monumentos o por la entidad catalana que patrocinara la idea".
En 1898 la suscripci¨®n se abri¨® y la prensa habla de una aportaci¨®n de 1.000 pesetas de ¡°un grupo de la Lliga Catalanista¡± y otras 1.000 de ¡°una se?orita amiga del arte cristiano¡±, seguido de un esperanzador ¡°seguir¨¢¡±. Pero, como se ha visto, estas cantidades y otras de menor valor de ¡°suscriptores-reconstructores¡± no sirvieron para solucionar el mal estado de las ruinas. Y en 1918 Aulet las vendi¨® por 10.000 pesetas, dando comienzo a su viaje al Conventet de Barcelona.
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