El Kanka, de alquilado en un minipiso a propietario en Carabanchel
El cantautor malague?o, puro gracejo y optimismo sanador, afronta en el WiZink su concierto m¨¢s multitudinario
La m¨²sica, carajo, a veces salva vidas. O poco le falta. Lo ha podido comprobar de primera mano Juan G¨®mez Canca, alias El Kanka, un currante de la canci¨®n que lleva en el gremio sus buenos 15 a?itos. Su ¨¦xito, labrado paso a paso, le llev¨® a convocar este s¨¢bado a 7.500 almas en el WiZink Center, un gent¨ªo inconcebible para un malague?o que empez¨® en los bares y apenas suena en la radio. Pero ni el mayor aluvi¨®n de escuchas en Spotify o el m¨¢s refulgente de los Discos de Oro tendr¨ªan tanto valor como algunas de las historias que sus canciones han propiciado en todos estos a?os a pie de acera.?
¡°Lo m¨¢s bonito que me ha sucedido en este tiempo¡±, suspira Juan, ¡°fue el d¨ªa que unos hermanos me reconocieron por la calle y me confesaron que su madre escuchaba cada ma?ana mi canci¨®n Qu¨¦ bello es vivir para combatir un c¨¢ncer. Mi madre hab¨ªa fallecido precisamente por esa enfermedad, as¨ª que la historia me conmovi¨®¡±. Casi tanto como descubrir, pocas semanas despu¨¦s, que algunas asociaciones de ayuda a los refugiados arropaban con mantitas a los inmigrantes en las playas del Estrecho mientras les canturreaban S¨ª que puedes. ¡°Alguno de esos n¨¢ufragos aprendi¨® incluso sus primeras palabras en castellano con esa letra. Es muy fuerte¡±, se conmueve este malague?o de 37 a?os que ha hecho de la observaci¨®n l¨²cida y la melod¨ªa pr¨ªstina una manera de ser y vivir.
¡°Estar¨¢s cerca si en vez de mirar al suelo echas a caminar¡±, escuchar¨ªan aquellos hombres subsaharianos como bienvenida frente al oleaje de la miseria, a menudo m¨¢s terrible que el de cualquier mar desatado. As¨ª es Juanito, pura pluma y olfato, un estudiante de guitarra cl¨¢sica que pronto sinti¨® la necesidad de contar historias entre acordes. ¡°Necesito siempre un hilo argumental, una idea que desarrollar a lo largo de las sucesivas estrofas¡±, detalla. ¡°A otros compa?eros se les nota que las letras son un veh¨ªculo para la m¨²sica. Mira Calamaro: es pura intuici¨®n, juega con las palabras hasta que va naciendo algo bonito. A ratos piensas: ¡®?Andr¨¦s, qu¨¦ me est¨¢s contando!¡¯. Es un genio. Yo, si no tengo nada que decir, no empiezo nada¡¡±.
S¨ª que puedes, qu¨¦ cosas, estuvo a punto de no ver nunca la luz. Su autor la encontraba ¡°demasiado sencilla¡±, una p¨¢gina tan elemental que no le serv¨ªa para desarrollar todo su talento. El Mani, su percusionista desde la noche de los tiempos, le persuadi¨® de que estaba en un error. Hoy le llegan v¨ªdeos de terapeutas que la utilizan con ni?os autistas para estimular su desarrollo. ¡°A estos temas con menos aspavientos est¨¦ticos los llamo ahora ¡®Canciones bonitas y ya est¨¢¡¯. Van m¨¢s directos a las emociones, llegan antes al coraz¨®n. Me sucedi¨® algo parecido con Canela en rama. Al principio la encontraba muy normalita, pero enseguida descubr¨ª que era la que m¨¢s gustaba en los conciertos¡±.
Despu¨¦s de cuatro ¨¢lbumes como el Kanka (el ¨²ltimo, El arte de saltar, reci¨¦n presentado en una gira de 16 fechas por seis pa¨ªses latinoamericanos), el bueno de Juan G¨®mez sigue sin haber descubierto c¨®mo diantres es que de cuando en cuando nace una canci¨®n. ¡°Nuestras mentes son una paranoia, un misterio maravilloso. No hay manera de aplicar un m¨¦todo cient¨ªfico a ese respecto¡±, reflexiona. Solo sabe que, hace apenas una d¨¦cada, congregaba a 15 o 20 personas cada noche en El B¨²ho Real o Libertad 8 y que la cifra ha ido medrando de manera exponencial. ¡°?Y ahora estoy atacado de los nervios!¡±, se sincera. ¡°Soy un tipo s¨²per tranquilo, pero con esto del WiZink es imposible evitar el canguelo. Mi psicoanalista me recuerda que nada es tan importante como creemos y que, adem¨¢s, ?en este caso no le puedo echar la culpa a nadie!¡±. Y los nervios se le transforman, mira qu¨¦ bien, en risotada.
El autor de Lo mal que estoy y lo poco que me quejo se somete a terapia de manera regular desde hace a?os, y lo menciona con tanta frecuencia como naturalidad. ¡°Contarlo tiene algo de reivindicaci¨®n involuntaria. De jovencito, mis amigos pensaban que si ibas a consulta ten¨ªas problemas, estabas loco o eras un paria. Yo lo veo como un entrenador personal con el que gestionas tus emociones y tus neuras¡±. ?Y c¨®mo fue que se anim¨®? ¡°Ten¨ªa cosillas sin resolver¡±, asume. ¡°No quer¨ªa repetir patrones y errores, sobre todo en materia sentimental. Era un poco fatigoso tropezar siempre con la misma piedra¡¡±.
Hoy El Kanka no solo es un trovador de ¨¦xito sobre los escenarios, sino que las cosillas del coraz¨®n se asentaron y habla con orgullo de esa m¨¦dico residente de primer a?o con la que comenzaron a encajarle las piezas de su puzle amoroso. La chavala vive en Barcelona y ¨¦l ha retornado a Madrid; nada que no se solucione con el AVE, mucho amor y alguna buena dosis de paciencia. ¡°La primera vez que me entrevistaron en El Pa¨ªs, en 2008¡±, se carcajea, ¡°el titular destacaba que viv¨ªa de alquiler en un minipiso de 30 metros cuadrados. Era un dato tan gracioso que me ha perseguido durante todo este tiempo. Pues bien, 12 a?os despu¨¦s tengo una noticia que daros. ?Me he convertido en propietario! En Carabanchel y con un porr¨®n de a?os de hipoteca, pero propietario de 95 metros cuadrados. ?Como un puto burgu¨¦s!¡±. Y a su risa guasona le falta poco para llegar a escucharse en el mism¨ªsimo WiZink.
Una canci¨®n para ¡°esa gente tan antigua¡±
A El Kanka nunca le gust¨® el tono directo o desabrido en las letras. ?l se alista siempre con los sutiles, con quienes no se enfurru?an. "En M¨¢laga me dir¨ªan que soy un suav¨®n, un tipo adscrito a la burla elegante. Las pullas siempre me hicieron mucha gracia, me reconcilian durante unos segundos con el ser humano". Por eso no descarta colocarle alguna banderilla musical en un futuro pr¨®ximo a esa ultraderecha asilvestrada que ha hecho fortuna en el Congreso y los parlamentos este ¨²ltimo a?o. "Claro que se merecen una canci¨®n, a¨²n no s¨¦ cu¨¢l. Esos pol¨ªticos son gente de ideas tan antiguas e irrespetuosas con los seres humanos que seguramente arrastren mucha neurosis y problemas sin resolver", argumenta en esa clave casi de psicoan¨¢lisis con la que tan familiarizado se siente. Tambi¨¦n ser¨¢ destinatario de alguna otra canci¨®n, con mucho m¨¢s motivo, su "persona favorita del universo", una criaturita de dos a?os que responde al nombre de Noam. "S¨ª, como Noam Chomsky [fil¨®sofo y ling¨¹ista]. ?Has visto qu¨¦ nivel de familia?". Y venga El Kanka a re¨ªr.
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