Misi¨®n imposible en Madrid: cerrar una discoteca ilegal
Una ordenanza en favor de los empresarios permite desde 2014 abrir negocios de modo expr¨¦s a costa de los derechos de los vecinos. Las inspecciones tardan a?os en llegar y son ineficaces
Enrique Franc¨¦s perdi¨® la fe en la justicia el d¨ªa que la discoteca ilegal que tiene debajo de su piso volvi¨® a abrir sus puertas. Este vecino de 45 a?os de la manzana de Azca, en Madrid, ten¨ªa la esperanza de que el Lemon Club permaneciera cerrado tras ganar en noviembre en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid una larga batalla para que fuera efectiva una orden de cese y clausura del Ayuntamiento. Pero el 12 de enero Franc¨¦s sinti¨® de nuevo el boom boom boom que impide conciliar el sue?o a su familia.
Hab¨ªan pasado casi cinco a?os con muchas noches sin dormir desde que el empresario de la noche Jos¨¦ Luis Larraga abri¨® el negocio de copas y baile al que en un principio llam¨® Kiss Me. En abril de 2015 el Ayuntamiento ya le advirti¨® de que la discoteca era irregular por incumplir con la normativa medioambiental, pero no hubo cierre inmediato. Los inspectores del Ayuntamiento tardaron tres a?os y siete meses m¨¢s en visitar la discoteca para constatar que el local estaba abierto sin permiso, una demora que seg¨²n muchos expertos consultados no es extraordinaria en una ciudad donde apenas hay personal municipal para examinar las infracciones de los negocios.
Larraga cerr¨® en diciembre el Lemon Club tras su derrota en el TSJ, pero de inmediato hizo planes para reabrir en enero. En redes sociales anunci¨® el retorno con mensajes como ¡°la cuenta atr¨¢s para volvernos a ver¡± y la ¡°#newera2020¡±. Ante el Ayuntamiento present¨® una nueva solicitud de apertura para Lemon Club a nombre de una sociedad distinta. Antes la titular era Nicojose S.L. y ahora New Nicojose S.L.
La solicitud es la conocida como declaraci¨®n responsable, que autoriza al empresario a abrir un negocio sin necesidad de control previo. Es un sistema que ide¨® la Uni¨®n Europea para agilizar la burocracia y que fue adaptado por la ciudad de Madrid cuando gobernaba Ana Botella, en una ordenanza de 2014.
La polic¨ªa volvi¨® a Lemon Club el d¨ªa de la reapertura y se march¨® sin hacer nada.
Incr¨¦dulo, Franc¨¦s pidi¨® explicaciones a los funcionarios del Ayuntamiento, de la Agencia de Actividades (AdA). Vio en el Instagram del Lemon Club que el jueves 16 ten¨ªan una nueva fiesta.
¡°Supongo que ma?ana tendremos que ir a trabajar y al colegio durmiendo lo que podamos......", les escribi¨® ese d¨ªa. "No puedo entender que nuevas declaraciones responsables, con posibles cambios de cif anulen una sentencia del TSJ del precinto¡±.
La secretar¨ªa de la gerente de la AdA le dio al d¨ªa siguiente una respuesta kafkiana. No pod¨ªan ejecutar el precinto porque sobre el papel se trata de un nuevo negocio: ¡°En la actualidad la situaci¨®n jur¨ªdica del local es diferente, toda vez que el t¨ªtulo habilitante para el funcionamiento de la actividad es la declaraci¨®n responsable n¨²mero 500/2019/13745, por lo que no resulta posible realizar precinto alguno a la actividad. Saludos¡±.
Parece una tomadura de pelo pero el Lemon Club est¨¢ amparado por el sistema de la declaraci¨®n responsable, que supuso una revoluci¨®n en el funcionamiento de las licencias para negocios. La idea era acabar con el control previo y depositar la confianza en el empresario para que no tuvieran que soportar largas y costosas esperas. Con la declaraci¨®n responsable podr¨ªan abrir un negocio sin esperar la respuesta de los lentos bur¨®cratas. Iba a ser la soluci¨®n tambi¨¦n para acabar con los "guateques", el pago a funcionarios municipales para que agilizaran tr¨¢mites.
Esta reforma pro-empresa ha supuesto un alivio para muchos emprendedores que ya no tienen que pagar un alquiler del local a la espera del OK del Ayuntamiento. Pero mientras que en el caso de zapater¨ªas, mercer¨ªas u otras tiendas minoristas no suele haber conflictos, las quejas son frecuentes contra empresarios de bares, restaurantes y discotecas por las molestias que causan los humos, olores o ruidos.?
La reforma ha sido una pesadilla para muchos vecinos que se sienten indefensos, seg¨²n varios abogados consultados.?"Nos llegan vecinos desesperados porque ven c¨®mo los propietarios de esos locales se salen con la suya", dice Mar¨ªa de los Reyes Rueda, abogada en Madrid y secretaria de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados Urbanistas.?
Madrid, generosa con los bares?
Cada Ayuntamiento ha establecido su propio abanico de actividades que pueden ser iniciadas con una declaraci¨®n responsable. Madrid ha sido m¨¢s generosa que otras al permitir que tambi¨¦n los hosteleros puedan abrir un negocio por esta v¨ªa expr¨¦s, lo que era una demanda del gremio de los hosteleros madrile?os. Otras como guarder¨ªas o consultas m¨¦dicas quedaron fuera y deben someterse al control previo tradicional. Pero hoy los propios hosteleros se quejan de que la declaraci¨®n responsable les ha perjudicado por la competencia desleal de negocios que se saltan las normas. Hoy piden una reforma pero no desean ser excluidos del sistema r¨¢pido.
En esa protesta les acompa?an en una extra?a alianza los vecinos del centro, que tantas veces han chocado con las asociaciones establecidas de hosteleros. "(El barrio de) Malasa?a es la ciudad sin ley. Aqu¨ª no se cumple nada", dice Jordi Gordon portavoz de la campa?a vecinal SOS Malasa?a, vecinos en peligro de extinci¨®n.
BacOn, un restaurante de comida de cerdo estilo fast food, le ha amargado la vida a Jos¨¦ Luis P¨¦rez, un vecino de la calle San Vicente Ferrer, en Malasa?a.?El local dice ofrecer "un?producto ideal para consumir en las noches de fiesta para los j¨®venes que quieren ponerse ON de una forma econ¨®mica".?Usa como salida de humo la puerta interior a la corrala de vecinos. El olor a fritanga impregna el piso de P¨¦rez. ¡°Mi casa era mi refugio¡±, lamenta.
El sistema falla porque la reforma no fue acompa?ada de un refuerzo de las plantillas de inspectores. En el caso de Madrid esta labor recae en la subdirecci¨®n de Disciplina Urban¨ªstica, que depende de la AdA. "La falta de inspecci¨®n es un mal end¨¦mico de la administraci¨®n espa?ola", critica Andr¨¦s Betancor, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo en la Pompeu Fabra. Betancor cree que la declaraci¨®n responsable ha sido positiva pero advierte que la nueva cultura liberal no ha asumido la necesidad de perseguir a los infractores. "Si no se hace un ejercicio responsable de la libertad el castigo debe ser contundente", dice Betancor.?
Seis a?os despu¨¦s de la reforma el nuevo gobierno ha anunciado cambios. El delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, dijo hace dos semanas?que prepara una reforma?que "revolucionar¨¢ el ¨¢mbito de las licencias. Fuentes, concejal de Ciudadanos en el Gobierno del PP y ese partido, ha dicho que busca entre otros objetivos revisar la disciplina y lograr m¨¢s celeridad y eficacia ante actuaciones ilegales. La nueva ordenanza se encuentra en tr¨¢mite de consulta p¨²blica previa. Su departamento no respondi¨® a una consulta de este peri¨®dico sobre cu¨¢ntos inspectores integran la subdirecci¨®n de Disciplina Urban¨ªstica.
Las demoras eran largas con el gobierno de la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, y lo siguen siendo bajo Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida. Gorka Villanueva, que dirige el estudio de arquitectura especializado en licencias Madridlicencias.com, dice que sus clientes soportan largas esperas:?"Llevamos esperando m¨¢s de un a?o para que revisen un gimnasio y m¨¢s de tres meses para una peque?a cafeter¨ªa con terraza en el centro".
Una portavoz de Fuentes asegura que desde que ¨¦ste lleg¨® al cargo en verano se han reducido los tr¨¢mites. "Uno de los primeros objetivos que se ha marcado es el de dictar las resoluciones de ineficacia en el menor plazo posible, precisamente para contrarrestar la posibilidad que tiene el declarante de ejercer la actividad desde el momento de la presentaci¨®n de la declaraci¨®n responsable", dice la portavoz. Con Fuentes, agrega, los plazos ya se ha reducido a un mes y medio, frente a los dos meses que se promediaban en 2017 y los casi cuatro meses en 2016.
Pero casos como el del Lemon Club demuestran que esa primera notificaci¨®n a los empresarios no necesariamente les para los pies. Solo consiguen ese fin la visita de los inspectores y la orden de cierre, y esa fase sigue tardando mucho. Adem¨¢s, esas ¨®rdenes de cierre no sirven de nada si el Ayuntamiento sigue permitiendo que los empresarios las burlen presentando nuevas declaraciones responsables a nombre de otras sociedades o testaferros.
"?Por qu¨¦ nos pasa esto?"
Los vecinos afectados se sienten abandonados. En muchos casos sus quejas solo avanzan en Disciplina Urban¨ªstica a base de presi¨®n. Franc¨¦s, el vecino de Azca, ha tenido que dejar entrar en su dormitorio de madrugada a polic¨ªas municipales para que midan los decibelios del Lemon Club. "Se van y te echas a llorar cuando tu hijo peque?o sale del cuarto y te pregunta pap¨¢, ?por qu¨¦ nos pasa esto?".
Lemon Club est¨¢ en los bajos de un edificio de 17 plantas. Vecinos del piso d¨¦cimo dicen sentir en sus dormitorios las vibraciones que emite el club, que no cierra hasta las seis de la ma?ana. Este viernes y s¨¢bado la discoteca con capacidad para 300 personas ha celebrado fiestas universitarias con concurso de solteros y copas toda la noche a dos euros.
El club sigue abierto a pesar de que desde 2015 ha acumulado diez expedientes de la polic¨ªa municipal por infracciones graves o muy graves al exceder los l¨ªmites de ruido, por un total de 49.001 euros. Los agentes detectaron en una ocasi¨®n que Lemon Club hab¨ªa trucado el limitador de decibelios del reproductor musical y un altavoz activo (autoamplificado) en la cabina del DJ, que hac¨ªa que se alcanzaran niveles sonoros superiores a 100 decibelios, equivalente al ruido de una perforadora el¨¦ctrica.
A¨²n as¨ª, los responsables de Lemon Club afirman en una entrevista que la sala ha sido multada "cero veces".
El club es uno m¨¢s de una decena de discotecas en la manzana de Azca, cercana al estadio Bernab¨¦u, donde los vecinos han luchado desde los '80 contra el ruido y la inseguridad. Pero mientras que otras discotecas llevan d¨¦cadas funcionando, Lemon Club abri¨® despu¨¦s de que el 27 de enero de 2015 entrara en vigor una norma municipal contra el ruido que prohib¨ªa la implantaci¨®n de nuevas discotecas.
"El Ayuntamiento declar¨® una zona ambientalmente protegida y pas¨® de todo, ni control¨®, ni ejecut¨®, ni nada", dice el abogado que representa a los vecinos, Jorge Pinedo. "Se ha convertido en una mina para empresarios sin escr¨²pulos". Tanto Lemon Club como la vecina discoteca Rococ¨® est¨¢n siendo investigadas por la Fiscal¨ªa por un posible delito contra el medio ambiente del art¨ªculo 325 del C¨®digo Penal, castigado con penas de hasta dos a?os.
Franc¨¦s y sus vecinos dicen que est¨¢n agotados por esta batalla. En la AdA a Franc¨¦s le han explicado los funcionarios que un cierre de un negocio no es f¨¢cil porque "deben ser garantistas", pero ¨¦l les responde con otra pregunta: "?Y las garant¨ªas para el ciudadano d¨®nde est¨¢n?".
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