Salvados de la discoteca por la campana
Un viejo contrato de 1989 ha dado una victoria a unos residentes del distrito de Salamanca en Madrid contra un empresario de ocio que quiere abrir un negocio en el patio de vecinos
En 1989, mucho antes de que el barrio de Goya en Madrid se convirtiera en una zona de bares y fiesta en torno al WiZink Center, una comunidad de vecinos tuvo la cautela de protegerse para que no les instalaran una discoteca en su patio interior. Acababa de cerrar la Sala X en los bajos del edificio, en la calle Fuente del Berro 29, y los vecinos tem¨ªan que el empresario chino Cheng Xiao Tong destinara el inmenso local subterr¨¢neo a una discoteca. Por eso acordaron con ¨¦l por escrito que solo abrir¨ªa ah¨ª un restaurante. Treinta y un a?os m¨¢s tarde aquel viejo documento amarillento es su mejor protecci¨®n contra Eugenio Gurumeta, un empresario de ocio que oli¨® la oportunidad de abrir un negocio junto al cuarto recinto mundial de conciertos en n¨²mero de tickets.
Una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid consultada por este peri¨®dico dio la raz¨®n hace dos semanas a los vecinos, un alivio para ellos porque en paralelo y desde 2017 sostienen una batalla ante el Ayuntamiento para que no le conceda la licencia a Gurumeta.
¡°Nos ha dado vidilla porque lo ve¨ªamos m¨¢s negro que la pez¡±, dice Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez Moya, un vecino de 58 a?os que vive en el edificio desde 1971. Algunos residentes de segunda generaci¨®n como ¨¦l le dan las gracias a sus padres por ser tan previsores. Tambi¨¦n respiran aliviados los vecinos de los otros seis edificios de pisos que dan al patio com¨²n. Esta victoria judicial en la Audiencia Provincial llega despu¨¦s del mazazo de una derrota en el juzgado de primera instancia.
En los a?os 80, los residentes de Fuente del Berro 29 ve¨ªan con disgusto que sus bajos albergaran un cine que emit¨ªa pel¨ªculas como Vicio en el Planeta Eros o Colegialas ardientes de sexo. El porno hab¨ªa sustituido a los ¨¦xitos de Hollywood del antiguo cine Felipe II, pero al menos la clientela no armaba ruido. Entraban de forma discreta, muchos a hurtadillas.
Peor fue la pelea que se avecinaba. El empresario chino, que se hizo con el local en julio de 1989, comenz¨® unas obras subterr¨¢neas para adaptar el antiguo cine. Dise?¨® un espacio amplio con tres plantas y 1.304 metros cuadrados. Era ideal para una discoteca, pensaron los vecinos.
Para curarse en salud, el 21 de noviembre de 1989 se reunieron los 12 propietarios, entre ellos Cheng. Acordaron que, a cambio de validar las obras hechas por ¨¦ste a espaldas de la comunidad, ¨¦l solo abrir¨ªa un restaurante. Estos pactos que limitan el derecho de la propiedad para proteger a la comunidad son comunes, seg¨²n Inmaculada Vivas Tes¨®n, profesora de Derecho Civil de la Universidad de Sevilla. Aunque el Ayuntamiento hipot¨¦ticamente le diera una licencia de discoteca a Gurumeta, prevalecen los acuerdos de los vecinos. "Por ejemplo, una comunidad de propietarios puede impedirle a un vecino que tenga en casa un perro potencialmente peligroso, aunque tenga todas las licencias en regla", dice Vivas Tes¨®n.
Los vecinos de la calle Fuente del Berro 29, casi todos jubilados o pr¨®ximos a retirarse, guardan el documento escrito a m¨¢quina, ya amarillento, en un mueble de su sala de reuniones. No estaba inscrito en el Registro de la Propiedad pero los magistrados de la Secci¨®n Decimotercera de la Audiencia Provincial de Madrid han dicho que no era necesario en este caso, ya que el propietario del local sigue siendo el mismo, Cheng. El empresario que se lo alquil¨®, Gurumeta, fue diligentemente avisado. Cuando contact¨® a los vecinos en enero de 2017 para informarles de sus negociaciones para alquilar el local, r¨¢pidamente le avisaron por burofax de que la ¨²nica explotaci¨®n posible era la de restaurante.
Desayunos con jazz
Gurumeta dice que no va a dar su brazo a torcer. Va a recurrir al Supremo y dice que en caso de perder no descarta abrir un restaurante, como permite el acuerdo de 1989, pero a?ade, que ser¨ªa un "restaurante con espect¨¢culos", un tipo de actividad catalogada con ese nombre en las normas madrile?as y que seg¨²n ¨¦l encajar¨ªa dentro de ese pacto.
Gurumeta, de 59 a?os, est¨¢ al frente de Tropos, una agencia con 25 a?os de experiencia en los que han organizado m¨¢s de 5.000 espect¨¢culos y m¨¢s de 2.000 eventos, seg¨²n su web. Tras firmar el alquiler con Cheng no perdi¨® tiempo para anunciar en Internet el futuro local, el Espacio Tropos. En la web colg¨® los planos del espacio, con capacidad para 800 personas en cuatro salas (Kamaloo, Lemur, Chrysalis y Octopussy). Los vecinos no ten¨ªan dudas de que el empresario buscaba captar al p¨²blico del WiZink Center cuando acaban los conciertos tras la medianoche. El recinto con capacidad para 17.453 espectadores celebra eventos y conciertos casi la mitad de d¨ªas del a?o: 164 en 2019, entre ellos Rosal¨ªa, Juan Luis Guerra o Daddy Yankee.
?l lo niega. Asegura que ha cambiado de planes y lo que realmente tiene en mente es celebrar comidas de empresa. "Quiero por ejemplo dar de desayunar a una empresa de ascensores", le dice a este peri¨®dico. "Evidentemente cuando tienes un c¨®ctel quieres tener m¨²sica ambiente, a lo mejor un grupito de jazz...".?
A los vecinos les preocupa que el Ayuntamiento parece m¨¢s favorable a los intereses de Gurumeta desde que lleg¨® el equipo de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida. Gurumeta solicit¨® la licencia sin ¨¦xito a la Agencia de Actividades seis veces en 2017 y 2018. R¨¢pidamente fueron denegadas. Pero ahora, la solicitud que envi¨® en marzo de 2019, sigue en fase de estudio y cuenta con un informe favorable de los t¨¦cnicos de Urbanismo. En este ¨²ltimo intento, Gurumeta solicita licencia para un ¡°auditorio con bar/restaurante asociado¡±, un t¨¦rmino que asusta a los vecinos. Demasiado tienen ya con el ruido del WiZink que, dicen, hace temblar los cuadros de sus paredes.?
Gurumeta sigue confiado en que se saldr¨¢ con la suya. ?l se define como ¡°un hombre lleno de planes que se suelen cumplir¡±. Por si acaso, los vecinos no han quitado de sus fachadas las pancartas contra la sala de fiestas de sus pesadillas.
?Batalla ganada?
El empresario derrotado, Gurumeta, dice que va a recurrir ante el Supremo la sentencia de la Audiencia Provincial del 26 de enero pero sus opciones son limitadas. Podr¨ªa ejercitar el recurso de casaci¨®n, pero el Supremo ha dicho que este no es una excusa para acceder a una tercera instancia judicial. Solo ser¨ªa admisible si se ajusta a uno de los escasos supuestos, como por ejemplo que Gurumeta demuestra que hay jurisprudencia contradictoria de las Audiencias Provinciales sobre casos como el suyo.
Si fuera admitido el recurso, el pleito podr¨ªa durar varios a?os m¨¢s. Entre tanto, los vecinos pueden pedir que no se abra la sala de fiestas.
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