El PP valenciano anda desnortado

El levantamiento del secreto sumarial del caso Erial -vulgo, caso Zaplana- acaecido a principios de la semana que hoy concluye, ha devuelto al PP valenciano (PPCV) a la casilla de salida de la corrupci¨®n, de la que no logra distanciarse.

La complejidad de los casos investigados dilata en el tiempo las instrucciones sumariales. Basta con asomarse al croquis elaborado por la UCO de la Guardia Civil como bosquejo del entramado societario del caso Erial -especie de ¨¢rbol geneal¨®gico de la podredumbre- para entender las demoras judiciales, tantas veces criticadas cuando no presentan justificaci¨®n.

Como bombas de relojer¨ªa retardadas, asuntos que se empezaron a instruir tiempo ha van explotando ante la impotencia de la nueva hornada de dirigentes del PPCV. Isabel Bonig y compa?¨ªa se asemejan cada vez m¨¢s a S¨ªsifo con la piedra de la corrupci¨®n a cuestas.

No es ese, el de la corrupci¨®n pasada vinculada a las siglas del PPCV y a sus ex dirigentes pata negra, el mayor de los problemas a los que se enfrentan los populares valencianos y, por extensi¨®n, el PP en su conjunto.

El nuevo mapa pol¨ªtico surgido de los recientes procesos electorales sit¨²a en una posici¨®n de debilidad al PP; no s¨®lo por la importante p¨¦rdida de poder institucional registrada en la autonom¨ªa y en el conjunto de Espa?a, sino, tambi¨¦n, por la irrupci¨®n y asentamiento de opciones alternativas que amenazan y distorsionan el discurso pepero.

El PP se debate entre dos opciones: una pragm¨¢tica moderaci¨®n que le reconcilie con la derecha conservadora y liberal europea, o una radicalidad discursiva que evite fugas de su electorado hacia Vox. La canalla postura del PP en el debate de la eutanasia empieza a despejar las dudas. C¡¯s, de momento, ha dejado de contar en la ecuaci¨®n porque se encamina, a pasos agigantados, hacia la irrelevancia pol¨ªtica.

Las elecciones catalanas, anunciado su adelanto aunque no convocadas en fecha, ser¨¢n el term¨®metro para medir el empuje de Vox, la resiliencia de C¡¯s y el aguante del PP. Tambi¨¦n servir¨¢n de rev¨¢lida para el PSOE y Unidas Podemos, al tiempo que despejar¨¢n liderazgos en el campo del soberanismo. Interesante tarea la de acometer la autopsia de los futuros resultados catalanes.

Estrat¨¦gicamente, el PSOE ha elegido a Vox como contrincante pol¨ªtico, en su empe?o por ningunear al PP; en paralelo, los de Abascal han consagrado al PP como su principal adversario. Un s¨¢ndwich que inquieta en la planta s¨¦ptima de la calle G¨¦nova, direcci¨®n donde est¨¢n los despachos de Pablo Casado y sus principales colaboradores.

Uno y otros tratan de desentra?ar la cuadratura del c¨ªrculo:?c¨®mo conjurar la huida de votantes hacia Vox, recuperar a los que se refugiaron en C¡¯s y, al mismo tiempo, atraer a las siglas del PP a los votantes socialdem¨®cratas encabronados con las piruetas del PSOE tras el pacto con Podemos y los acuerdos con ERC? Podr¨ªan ahorrarse la melancol¨ªa subyacente al fracaso: no es posible.

En tierras valencianas el PPCV sigue una estela similar; ah¨ª est¨¢ Bonig ofreciendo cada cinco minutos el apoyo al presidente Ximo Puig para que este rompa el Pacto del Bot¨¢nico y pueda desembarazarse de la izquierda nacionalista (Comprom¨ªs) y comunista (Unidas Podemos). Una broma.

Desde Alicante, el presidente de la Diputaci¨®n Provincial, Carlos Maz¨®n, convertido en nuevo bar¨®n provincial del PP, prepara el asalto al poder auton¨®mico del partido con la vista puesta en los futuros procesos congresuales. Anta?o encuadrado en las filas zaplanistas, Maz¨®n exhibe ahora amistad estrecha con Pablo Casado y con el n¨²mero dos del PP nacional, Teodoro Garc¨ªa Egea.

En Madrid, el senador valenciano del PP Fernando de Rosa calienta banquillo a la espera. De momento, se ha integrado en el equipo jur¨ªdico, pieza de la arquitectura de una especie de ¡°gobierno en la sombra¡± dise?ado por Casado para marcar de cerca a Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias.

En Valencia reina y gobierna Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¢ desde su posici¨®n de l¨ªder del PP municipal. Por momentos parece que toda la tarea de oposici¨®n del PPCV recae sobre ella y su equipo de concejales. Contrasta el br¨ªo de la actividad desplegada por el PP en el ayuntamiento del cap i casal con la languidez observada en el hemiciclo de las Cortes Valencianas por el equipo de diputados que lideran Isabel Bonig y Eva Ortiz. Andan desnortados.