Claves del plebiscito por una nueva Constituci¨®n en Chile: del estallido social al Estado social de derecho
Este 4 de septiembre 15,1 millones de chilenos definir¨¢n en las urnas si aprueban o rechazan la nueva carta fundamental
Chile celebra el domingo 4 de septiembre un plebiscito de salida que definir¨¢ el destino de la propuesta de nueva Constituci¨®n en Chile. Ser¨¢n 15,1 millones de ciudadanos los convocados a las urnas de manera obligatoria, tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Es un texto que propone un cambio profundo en la institucionalidad chilena, como la declaraci¨®n de un Estado social de derecho, y que termina con instituciones que han acompa?ado a toda la Rep¨²blica, como el Senado. Las ¨²ltimas encuestas conocidas antes de la prohibici¨®n de publicar nuevos sondeos de opini¨®n otorgan una ventaja de alrededor de 10 puntos a la opci¨®n de los que rechazar¨¢n el texto. Los expertos electorales, aunque consideran complejo un cambio de las tendencias, no descartan que pueda darse vuelta al tablero, sobre todo considerando la forma en que el Gobierno de Gabriel Boric se ha desplegado por la nueva Constituci¨®n, fundamental ¡ªhan dicho los ministros¡ª para llevar adelante la bater¨ªa de reformas comprometidas.
El texto que se plebiscitar¨¢ no se realiza al final de un periodo autoritario ¡ªcomo era costumbre en el pasado¡ª, sino por el lento deterioro de la legitimidad de las instituciones democr¨¢ticas. A juicio de sus defensores, se trata del proceso m¨¢s democr¨¢tico e inclusivo que Chile ha tenido nunca. La propuesta rompe moldes: se ha convertido en la primera en el mundo redactada por un ¨®rgano paritario entre hombres y mujeres, con un marcado sello feminista que trasciende todo el texto. Pero aunque este aspecto y los bienes p¨²blicos garantizados parecen sintonizar con la ciudadan¨ªa, existen aspectos diversos que preocupan a diversos sectores, por lo que la propuesta no concita apoyos de grandes mayor¨ªas.
1. Todo comenz¨® con las revueltas sociales
El 18 de octubre de 2019 comenz¨® el estallido social. La mecha se prendi¨® a prop¨®sito de un alza en la tarifa del metro de Santiago, con secundarios saltando las barreras de control del subterr¨¢neo, pero deriv¨® en intensas jornadas de protesta con gran violencia y, en paralelo, con masivas manifestaciones pac¨ªficas. Entre los pol¨ªticos y observadores sociales todav¨ªa no existe un consenso absoluto sobre las causas del estallido, pero hubo un concepto que marc¨® por esos d¨ªas las calles: mayor dignidad en demanda por mejores bienes sociales. Sucedi¨® en el segundo Gobierno de la derecha de Sebasti¨¢n Pi?era (2018-2022) que estuvo contra las cuerdas. Hubo una jornada de tanta violencia, donde incluso se atacaron a cuarteles militares, que la democracia chilena estuvo en peligro. Fue el contexto en que pr¨¢cticamente todas las fuerzas pol¨ªticas intentaron buscar una salida institucional a la crisis pol¨ªtica y negociaron en el Parlamento un acuerdo por la paz social y una nueva Constituci¨®n, que dio origen al proceso constituyente. En el Congreso, el diputado Boric fue uno de los firmantes, aunque esa decisi¨®n no fue compartida por su propio partido y parte de las fuerzas del Frente Amplio. El Partido Comunista, uno de los sostenes de la actual Administraci¨®n, se rest¨® del acuerdo.
La demanda por una nueva Constituci¨®n, en cualquier caso, estaba sobre la mesa hace a?os en la pol¨ªtica chilena. La Carta Magna actual se redact¨® en 1980 en la dictadura de Augusto Pinochet, pero tanto al final del r¨¦gimen militar como en democracia sufri¨® importantes reformas. El texto actual, de hecho, lleva la firma del socialista Ricardo Lagos, que sac¨® algunos de los m¨¢s importantes enclaves autoritarios en 2005. Pero ya en la campa?a presidencial de 2009 apareci¨® nuevamente la necesidad de un nuevo texto y en el ¨²ltimo Gobierno de Michelle Bachelet ¡ªentre 2014 y 2018¡ª se llev¨® a cabo un proceso ciudadano para una propuesta de nueva Constituci¨®n. El proyecto, sin embargo, fue presentado en los ¨²ltimos d¨ªas del mandato de la socialista y en la siguiente Administraci¨®n, la de Pi?era, la iniciativa no avanz¨®.
2. El plebiscito de entrada y la elecci¨®n de convencionales
El 25 de octubre de 2020, tras un aplazamiento por la pandemia, se celebr¨® finalmente el plebiscito para definir si los chilenos quer¨ªan o no una nueva Constituci¨®n, donde particip¨® la mitad de los electores. El resultado fue categ¨®rico: un 78% apoy¨® la idea de una nueva Carta Fundamental, con un electorado variopinto que incluy¨® a la centroizquierda e, incluso, a ciertos sectores de la derecha. En esa ocasi¨®n se decidi¨®, en paralelo, el ¨®rgano encargado de redactar la propuesta y un porcentaje similar ¡ªun 79%¡ª estuvo porque lo hiciera una convenci¨®n constitucional de 155 miembros enteramente elegida para aquella labor y no una que estuviera integrada, tambi¨¦n, por parte del Congreso.
Algunos meses m¨¢s tarde, a mediados de mayo de 2021, la ciudadan¨ªa nuevamente volvi¨® a las urnas para elegir a los 155 convencionales. Por las reglas anteriormente negociadas por la clase pol¨ªtica, fue una elecci¨®n que elegir¨ªa a la misma cantidad de hombres y mujeres, con 17 esca?os reservados para ind¨ªgenas ¡ªen Chile hay un 13% de poblaci¨®n que se reconoce de alg¨²n pueblo originario¡ª y una alta cantidad de independientes, fuera de los partidos pol¨ªticos. La convenci¨®n qued¨® conformada mayoritariamente por integrantes de izquierda y de grupos defensores de determinadas causas espec¨ªficas, como la ecologista. La derecha eligi¨® solo a 37 integrantes, sin siquiera alcanzar el tercio de la convenci¨®n.
3. La redacci¨®n del nuevo texto
El 4 de julio de 2021 la convenci¨®n constitucional comenz¨® su trabajo y eligi¨® a la acad¨¦mica mapuche Elisa Loncon como su primera presidenta (luego fue reemplazada, como era el acuerdo). El ¨®rgano ten¨ªa un plazo de nueve meses prorrogable a un a?o para presentar una propuesta de Constituci¨®n, lo que cumpli¨®, pese a que en alg¨²n momento se temi¨® que no lo lograr¨ªa. Como fue un espacio donde los partidos pol¨ªticos no tuvieron la misma influencia que en otras instancias, como el Congreso, el debate fue complejo, al igual que el proceso para llegar a acuerdos. Como la derecha estuvo pr¨¢cticamente ausente ¡ªno se necesitan sus votos para alcanzar los dos tercios¡ª, las mayores tensiones se originaron entre los mismos grupos de izquierda y centroizquierda. No ayudaron los diversos episodios que fueron da?ando la confianza del ¨®rgano: uno de los convencionales de la extinta Lista del Pueblo que fingi¨® un c¨¢ncer ¡ªla convenci¨®n tuvo que trabajar casi siempre con 154 convencionales y no con 155¡ª, otro que vot¨® desde la ducha, insultos y acusaciones entre constituyentes, sahumerios en la sede del Congreso en Santiago donde se realizaban las sesiones, entre otros incidentes.
4. Las principales caracter¨ªsticas de la propuesta de nueva Constituci¨®n
El texto definitivo tiene 388 art¨ªculos y 57 normas transitorias, con lo que ser¨¢ ¡ªde aprobarse¡ª una de las constituciones de mayor extensi¨®n en el mundo. Tiene 11 cap¨ªtulos.
Propone un ¡°Estado democr¨¢tico, con democracia representativa y reforzada con modalidades de democracia directa que en el pa¨ªs no hemos conocido nunca; Estado social de derecho; derechos sociales, protecci¨®n de una naturaleza de la que formamos parte; descentralizaci¨®n del pa¨ªs¡±, ha explicado el constituyente Agust¨ªn Squella, liberal de izquierda, que aprobar¨¢ en el plebiscito del 4 de septiembre.
Junto con la propuesta de un Estado ecol¨®gico, se trata de las primeras construcciones constitucionales que tiene un impacto directo del movimiento feminista, que incluso antes del estallido social mostr¨® su fuerza en las calles en 2018. No solo logr¨® la conformaci¨®n del ¨®rgano constitucional en igual n¨²mero de hombres y mujeres, sino la ¡°democracia paritaria¡± que se lleva a unos 42 de los art¨ªculos.
En la propuesta se establece una nueva relaci¨®n de los pueblos originarios con el Estado chileno con la declaraci¨®n de un Estado plurinacional, lo que representa un cambio sustancial. ¡°Si se destruye el concepto de naci¨®n chilena se termina Chile tal como lo hemos conocido desde antes de 1810¡å, ha criticado la historiadora Sof¨ªa Correa Sutil.
Aunque existe cierto consenso respecto de los derechos sociales contemplados en la propuestas ¡ªlos detractores apuntan a la gran cantidad que se consagra y a los riesgos de judicializaci¨®n¡ª, los puntos que generan mayor controversia son, justamente, los rupturistas. Junto con el Estado plurinacional y las autonom¨ªas territoriales ind¨ªgenas, las principales voces del Rechazo apuntan a propuestas como el sistema de Gobierno: un presidencialismo atenuado con bicameralismo asim¨¦trico que, en la pr¨¢ctica, implica, entre otros asuntos, la desaparici¨®n de una instituci¨®n de 200 a?os de historia, como el Senado.
Otro de los puntos controvertidos tiene relaci¨®n a los Sistemas de Justicia, que reemplazar¨ªan al Poder Judicial: ¡°Habr¨ªa una juridicidad para una parte de la poblaci¨®n, los pueblos ind¨ªgenas, y otra para el resto de la poblaci¨®n¡±, critica Isidro Sol¨ªs, que fue ministro de Justicia en el primer Gobierno de Michelle Bachelet.
5. Lo que dicen las encuestas
La distancia entre ambas opciones del plebiscito ser¨ªa de unos 10 puntos a favor de quienes rechazar¨¢n la propuesta de la convenci¨®n chilena, seg¨²n las encuestas. A 10 d¨ªas del refer¨¦ndum ya existe prohibici¨®n de publicar nuevos estudios de opini¨®n, pero las ¨²ltimas conocidas muestran un 37% para la opci¨®n Apruebo y 47% para el Rechazo (Panel Ciudadano UDD), un 42% para el Apruebo y 58% para el Rechazo (Black&White), un 37% para el Apruebo y 46% para el Rechazo (Cadem) y un 32,9% para el Apruebo y 45,8% para el Rechazo (Pulso Ciudadano). Seg¨²n el experto electoral de centroizquierda Pepe Auth, que ha informado hace unos d¨ªas sus proyecciones, el Rechazo quedar¨ªa en un 53,6% y el Apruebo en un 46,4%. Es una diferencia que parece ajustada, pero que, en sus c¨¢lculos, no deja mucho margen para que la tendencia se revierta. En un escenario de voto obligatorio, Auth proyecta la participaci¨®n de 9,2 millones de personas de un padr¨®n de 15,1 millones de votantes, es decir, alcanzar¨ªa en torno a un 60% (en la segunda vuelta presidencial de diciembre hubo un 55%).
En un pa¨ªs donde se libra un conflicto de generaciones m¨¢s que entre la derecha y la izquierda, el voto de los adultos mayores tras la pandemia podr¨ªa convertirse en un factor clave en el refer¨¦ndum constitucional de Chile. Los mayores de 65 a?os son el segmento m¨¢s proclive a participar en la votaci¨®n sobre la propuesta de Constituci¨®n despu¨¦s de que solo un 38% votara en el plebiscito de 2020, en medio de la crisis sanitaria.
6. La continuaci¨®n del proceso constituyente
De no aprobarse la propuesta, existe cierto consenso pol¨ªtico en que la Constituci¨®n actual debe cambiarse, dada la inmensa mayor¨ªa de los chilenos que se manifest¨® en las urnas por el reemplazo de la actual Carta Magna en el plebiscito de entrada de octubre de 2020. Fue un proceso que se comenz¨® a desarrollar luego de las definiciones del ex presidente Ricardo Lagos del pasado 5 de julio, cuando se?al¨® que ni la propuesta ni la actual Constituci¨®n generan consenso, por lo que el proceso constituyente deb¨ªa continuar luego del refer¨¦ndum. La derecha se ha abierto a los cambios y, de ganar la opci¨®n de quienes rechazan, la centroizquierda en el Congreso empuj¨® la aprobaci¨®n de una reforma que reduce a cuatro s¨¦ptimos el qu¨®rum para modificar la actual Constituci¨®n. Es lo que defienden los que rechazar¨¢n la nueva Constituci¨®n, pero con un camino claro de reformas a la actual Carta Magna.
Para el presidente Boric y el oficialismo, sin embargo, la mejor forma de avanzar se logra con la aprobaci¨®n de la propuesta y con posteriores reformas en el Congreso. Fue lo que acord¨® el 10 de agosto la izquierda en un documento donde se refieren a mejoras, aclaraciones y cambios a la propuesta de la convenci¨®n constitucional.
El mismo presidente Boric se ha declarado garante de estas reformas que, en caso de aprobarse el texto, deber¨¢n llevarse adelante. En el caso de ganar la opci¨®n de quienes rechazan, el mandatario ha dicho que preferir¨ªa no repetir un plebiscito, sino llamar a una nueva elecci¨®n de convenci¨®n. De acuerdo a las autoridades del Servicio electoral, Servel, en este caso se requerir¨ªan 125 d¨ªas tras el plebiscito para convocar a una nueva elecci¨®n de constituyentes.
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