Tarapac¨¢: c¨®mo el norte de Chile se convirti¨® en la regi¨®n m¨¢s violenta

En enero de 2022, el comerciante chileno Nelson Mur¨²a P¨¢ez, de 67 a?os, fue asesinado en la regi¨®n de Tarapac¨¢, unos 1.800 kil¨®metros al norte de Santiago. Ese homicidio violento, uno de los 52 que hubo el a?o pasado en la zona marc¨® un hito: era el primer caso registrado en el que la v¨ªctima de secuestro no estaba relacionada con la delincuencia. Y se produjo en un ¨¢rea del pa¨ªs, el norte, en el que la delincuencia est¨¢ escalando de manera rampante.

Seg¨²n cifras de la fiscal¨ªa, el a?o pasado Tarapac¨¢ lider¨® la tasa de homicidios en Chile, con 12,9 casos por cada 100.000 habitantes, mientras el promedio nacional es de 3,6. Mur¨²a hab¨ªa sido secuestrado dos d¨ªas antes por una banda que pidi¨® un rescate a su familia de 50.000.000 de pesos chilenos (unos 62.500 d¨®lares), que no logr¨® juntar. Los miembros de ese grupo, de origen venezolano, ya han sido detenidos. Pese a que el a?o pasado saltaron todas las alertas, en 2017 en esa regi¨®n hubo una primera se?al que dio cuenta de que algo empezaba a cambiar: la ejecuci¨®n de Rosalva G¨®mez, una mujer boliviana de 26 a?os, que fue asesinada por miembros de una organizaci¨®n colombiana. El grupo buscaba a su pareja, un ciudadano colombiano que est¨¢ desaparecido hasta hoy.

¡°Por interceptaciones telef¨®nicas supimos que al jefe de la organizaci¨®n le preguntaron ?qu¨¦ hacemos con ella? ¡®M¨¢tenla¡¯, respondi¨®. Esa banda est¨¢ totalmente desarticulada¡±, cuenta Ra¨²l Arancibia, fiscal regional de Tarapac¨¢, en entrevista con EL PA?S. ¡°Los homicidios de Rosalva G¨®mez y de Nelson Mur¨²a fueron una voz de alarma gigantesca. Nos dieron la pauta de que comenz¨¢bamos a enfrentar delincuencia extranjera con otras formas de actuar que, hasta ese momento, eran desconocidas para nosotros¡±. El fiscal achaca las nuevas pautas identificadas en la delincuencia a la llegada al pa¨ªs de bandas for¨¢neas que emplean m¨¦todos hasta ahora desconocidos. Pero pide evitar entrar en un discurso xen¨®fobo. ¡°Ac¨¢ el problema no es la migraci¨®n, sino la delincuencia extranjera. En Iquique siempre hemos convivido con extranjeros. Y, por la zona franca, son de distintas nacionalidades. Esta no es una ciudad xen¨®foba, por el contrario. Pero la delincuencia es otra cosa¡±, agrega.

En cuatro a?os, los homicidios en Tarapac¨¢ subieron un 108%. En lo que va de 2023, los asesinatos suman doce, de los que siete ocurrieron en los primeros 16 d¨ªas del a?o. El auge de la criminalidad ha generado protestas en la zona. Adem¨¢s, ha hecho que el fiscal nacional de Chile, ?ngel Valencia, que asumi¨® el cargo a mediados de enero, nombrase a Arancibia para investigar 20 asesinatos ligados al crimen organizado. Varios de ellos son de 2022 y tienen una caracter¨ªstica com¨²n: violencia extrema y autores desconocidos. Su designaci¨®n fue tras el ataque a una pareja -la mujer fue asesinada y el hombre qued¨® herido-, en un mirador de Alto Hospicio, una comuna vulnerable situada a 10 minutos de Iquique y que, en proporci¨®n, es la que tiene mayor tasa de homicidios en Chile. Es la misma zona donde estuvo secuestrado Mur¨²a Pa¨¦z y fue asesinada Rosalba G¨®mez.

¡°La situaci¨®n de Alto Hospicio es quiz¨¢s la expresi¨®n m¨¢s dram¨¢tica de la crisis gemela que atraviesa el norte de Chile: migratoria y de seguridad p¨²blica. Y digo que son gemelas no porque criminalice la migraci¨®n ¡ªcreo que la mayor¨ªa de los migrantes son gente honesta¡ª pero infiltrados en estos enormes flujos que supuso el desplazamiento de ciudadanos principalmente venezolanos, han llegado mafias transnacionales con alto poder de fuego¡±, dice el alcalde de Alto Hospicio Patricio Ferreira.

As¨ª, a los delitos que caracterizan a esta regi¨®n, como tr¨¢fico de drogas a gran escala por la frontera con Bolivia, se ha sumado el tr¨¢fico de personas, los secuestros extorsivos, los homicidios con una forma de comisi¨®n m¨¢s violenta y, algo impensado en Chile hasta hace poco, el sicariato. |Ahora hay muchos homicidios por ajuste de cuentas y muchos de ellos son filmados como una forma de demostrar de que ¡®se cumpli¨® el encargo¡¯. Es mucha la violencia, mucha la crueldad y con un ensa?amiento al que no est¨¢bamos acostumbrados¡±, explica el fiscal.

Para enfrentar esta nueva realidad, que tambi¨¦n se ha extendido a otras regiones del norte como Arica, y el aumento de criminalidad generalizado en el pa¨ªs, el Gobierno de Gabriel Boric present¨® en diciembre ante el Congreso varios proyectos de ley, entre ellos uno para agravar las penas para los secuestros y otro para tipificar el delito de sicariato. Seg¨²n la Polic¨ªa de Investigaciones (PDI), los homicidios en Chile tuvieron un incremento de un 32% en 2022 con respecto a 2021. Asimismo, encuestas como la del Centro de Estudios P¨²blicos (CEP) indican que la seguridad es el primer problema que debe resolver el Ejecutivo.

Nuevas formas de criminalidad

Ra¨²l Arancibia naci¨® en Iquique, la capital de la regi¨®n de Tarapac¨¢. Es una ciudad tur¨ªstica conocida por sus playas, en especial la llamada Cavancha. Tambi¨¦n por su zona franca. ¡°Una de las cosas en que he venido insistiendo es que debemos dejar de pensar que estas cosas no van a pasar en Chile. Me refiero a los secuestros, que antes eran solo entre delincuentes, y a los sicariatos. Tenemos que prepararnos, porque el norte del pa¨ªs fue cambiando y no hay vuelta atr¨¢s. Ya nunca va a ser el Iquique que conoc¨ª cuando yo iba al colegio¡±, dice el fiscal.

Seg¨²n los datos que maneja su fiscal¨ªa, los extranjeros en esa zona de Chile son tanto victimarios como v¨ªctimas. En Tarapac¨¢, el 32% de las v¨ªctimas de homicidios ocurridos en 2022 hab¨ªan nacido fuera del pa¨ªs. Y de los imputados conocidos, un 37% son extranjeros, mientras que el 45,7% de los privados de libertad en la regi¨®n a finales del a?o pasado eran tambi¨¦n de fuera.

El ataque a dos polic¨ªas chilenos en la playa Cavancha frente a veraneantes en enero de 2022 llev¨® a Arancibia a visibilizar a nivel nacional lo que ocurr¨ªa en su zona: ¡°Empec¨¦ a dar una voz de alerta de que el norte del pa¨ªs, de que espec¨ªficamente la frontera que une Tarapac¨¢ con Bolivia, por donde casi la totalidad de los inmigrantes ingresa en forma ilegal, que los pasos no habilitados fueron poco a poco siendo dominados por delincuencia extranjera y por organizaciones criminales. Por ah¨ª entran las drogas. Y son las mismas rutas que se usan para el tr¨¢fico de armas, el tr¨¢fico de personas, el contrabando y por donde salen los veh¨ªculos robados en Santiago por las encerronas para ser transados por armas, drogas o dinero¡±, denuncia.

La migraci¨®n ilegal entra por la frontera cerca de Colchane, una localidad ubicada a unos 150 kil¨®metros de Iquique. Desde all¨ª, muchas personas se han ido distintas partes de pa¨ªs; otras tantas a Iquique y a Alto Hospicio. En esta ¨²ltima comuna, describe el fiscal, en los asentamientos irregulares hay bandas que tienen atemorizada a la poblaci¨®n y que ¡°cobran por cualquier actividad que pueda desarrollarse, incluido vivir all¨ª¡±.

Seg¨²n el alcalde de Alto de Hospicio, hay grupos criminales que se dedican no s¨®lo al tr¨¢fico de drogas, sino tambi¨¦n ¡°a la trata de personas, la extorsi¨®n y el contrabando, l¨ªneas criminales que requieren de creciente control territorial. ¡°El temor hacia los grupos criminales se mantiene vigente en la medida que se sostengan como amenazas cre¨ªbles. Por eso vienen este otro grupo de delitos, destinados a la coerci¨®n, como es el sicariato, el secuestro o la tortura¡±, explica.

Cr¨ªmenes por resolver

Los 20 homicidios que debe esclarecer Arancibia fueron escogidos con pinzas, pues son un bot¨®n de muestra de lo que ocurre en Tarapac¨¢. En rigor, son esos 20 y los que se sumen. Uno de los que engros¨® la lista ocurri¨® esta semana. La v¨ªctima fue un ciudadano colombiano al que le tocaron la puerta de su casa y le dispararon en el t¨®rax. ¡°No muri¨® en ese instante, corri¨® hacia el interior y se trat¨® de refugiar en el dormitorio, pero los autores lo arrastraron y le dispararon dos tiros en la cabeza. A eso es a lo que no est¨¢bamos acostumbrados¡±.

De esos 20 casos, ya se han resuelto dos. Uno de ellos fue el crimen de una joven boliviana ocurrido en Pozo Almonte, una localidad ubicada a unos 40 kil¨®metros de Iquique. ¡°Ella atend¨ªa un almac¨¦n de barrio, peque?ito. Fue maniatada, amordazada y asesinada a pu?aladas para robar el dinero de sus ventas. Fue detenido un ciudadano venezolano que hab¨ªa huido del pa¨ªs y, cuando pens¨® que las cosas se calmaron, volvi¨® a entrar y lo detuvimos. Confes¨®¡±.

El 8 de febrero tambi¨¦n sedetuvo a dos personas por el ataque a la pareja en el mirador de Alto Hospicio. Pero de la lista quedan muchos casos por resolver. Entre ellos, el de una pareja extranjera que en enero apareci¨® calcinada dentro de un auto en un sector costero de Iquique. ¡°No es el primer caso de este tipo, pues hay otras personas que han sido calcinadas despu¨¦s de muertas. Hay v¨ªctimas que tienen signos de torturas, con heridas cortopunzantes adem¨¢s de balazos¡±, advierte Arancibia.

Frente a este panorama, organizaciones civiles pidieron no vincular la ola de delincuencia exclusivamente a la migraci¨®n. La directora nacional del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Chile, Waleska Ureta, pidi¨® en una columna en el diario La Tercera ¡°no crear enemigos internos ni animosidad ante grupos espec¨ªficos de personas como si fueran las causantes de todos los problemas¡±. ¡°Para que Chile sea un lugar seguro, nadie puede poner en duda que el crimen debe ser perseguido eficazmente y quien delinque, sea quien sea, debe enfrentar a la justicia en un debido proceso¡±, escribi¨®. ¡°Junto con el trabajo de la justicia, las autoridades deben ser capaces no solo de impulsar las medidas de control y prevenci¨®n que se requieren, sino que tambi¨¦n deben transmitir tranquilidad a la poblaci¨®n y promover la cohesi¨®n social¡±.

¡°Los procesos de exclusi¨®n e informalidad en que se da la migraci¨®n de muchas personas crean contextos de alta vulnerabilidad y descomposici¨®n del tejido social, que se transforman en ventanas de oportunidad para el crimen organizado transnacional¡±, a?adi¨®. ¡°Mientras m¨¢s informalidad y exclusi¨®n tengamos, m¨¢s espacios para el desarrollo de actividades ilegales y violentas habr¨¢¡±. Y dijo que como servicio les consta que ¡°las personas migrantes son las primeras en querer que haya orden y seguridad en Chile, pues ello les permitir¨¢ no ser v¨ªctimas de delitos ni sufrir violencias, as¨ª como tambi¨¦n insertarse y contribuir al pa¨ªs¡±.

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