Chile en los torneos continentales: mejor quedarse en casa
Los clubes chilenos no tienen estadios ni planteles para jugar la Copa Libertadores y la Sudamericana. En el esfuerzo arriesgan la categor¨ªa y desgastan el escaso prestigio de la competencia interna. La pregunta siempre es la misma: ?vale la pena clasificar a una fiesta que se transforma en calvario?
En la ¨²ltima d¨¦cada, el t¨ªtulo de campe¨®n del f¨²tbol chileno se reparti¨® entre tres clubes: Universidad Cat¨®lica, Colo Colo y Universidad de Chile. La ¨²nica excepci¨®n fue Cobresal ¨Cun equipo radicado en un campamento minero en las faldas de la cordillera¨C que aprovech¨® los torneos cortos para romper la hegemon¨ªa de los poderosos, en una campa?a sorprendente y heroica. Ese tipo de certamen semestral se modific¨® por un torneo largo debido a la pobre actuaci¨®n de los cuadros nacionales en las competencias sudamericanas.
Hoy, 10 a?os despu¨¦s, la realidad es a¨²n m¨¢s precaria, al punto de que no son pocas las voces que hablan de disminuir los ochos cuadros que representan al pa¨ªs en la Copa Libertadores o la Sudamericana, pues para los planteles m¨¢s modestos significa comprometer la permanencia en la divisi¨®n de honor.
Para ser m¨¢s claros. Cuando Coquimbo Unido lleg¨® a semifinales de la Sudamericana en el 2021, descendi¨® a segunda divisi¨®n. El a?o reci¨¦n pasado, Antofagasta lleg¨® a fase de grupos y tambi¨¦n perdi¨® la categor¨ªa. El 2018, Deportes Temuco ¨Ccuyo presidente es Marcelo Salas¨C derrot¨® dos veces a San Lorenzo de Almagro, pero no pudo avanzar por problemas reglamentarios. Desde entonces, milita en la divisi¨®n de ascenso chilena.
La mitad de los equipos del torneo clasifica para jugar continentalmente, cada vez con menos suerte. La imposibilidad de estructurar planteles competitivos y la fuerte presencia de cuadros brasile?os y argentinos, obliga a una participaci¨®n que en muchos casos en meramente simb¨®lica, pero que obliga a desgastarse en viajes y pleitos. Por eso hay muchos entrenadores que advierten, a comienzos de temporada, que se abocaran solo al plano interno, lo que pone en duda el premio obtenido a final de la temporada anterior.
Este a?o la situaci¨®n es la misma. Tres equipos compiten en la fase de grupos de la Copa Sudamericana, cosechando en su primera presentaci¨®n un empate y dos derrotas. Magallanes y Audax Italiano est¨¢n en las ¨²ltimas posiciones del torneo, mientras Palestino cumple una de sus m¨¢s opacas temporadas, perdiendo por 5 a 1 ante Cobresal como due?o de casa en la ¨²ltima jornada.
Un caso especial es el de ?ublense. Clasific¨® el a?o pasado a la Sudamericana, pero se alegr¨® de quedar eliminado en la primera ronda, porque seg¨²n su t¨¦cnico, Jaime Garc¨ªa, eso les permiti¨® enfocarse en la obtenci¨®n del in¨¦dito subt¨ªtulo. Paradojalmente, el cuadro de Chill¨¢n no tuvo listo el c¨¦sped de su estadio a tiempo y deber¨¢ jugar la Copa Libertadores, por primera vez en su historia, haciendo de local en Concepci¨®n. Enfrentar¨¢ a Flamengo y Racing, dos potencias continentales, fuera de su ciudad y con una campa?a pobre, en el d¨¦cimo lugar y a mucha distancia de los punteros.
El calvario chileno se agudiza porque pese a tener estadios nuevos en la mayor parte de las regiones, las sociedades an¨®nimas no pueden garantizar la local¨ªa. Ninguno de los tres equipos en Copa Sudamericana puede utilizar sus reductos en los municipios que representan: San Bernardo, La Cisterna y La Florida ¨Ctodos en Santiago de Chile¨C lo que les impide arraigar a los hinchas territoriales, que se ven obligados a desplazarse muchos kil¨®metros para alentar a sus colores.
¡°M¨¢s que un premio es una maldici¨®n¡±, dicen en el Audax Italiano, donde tras caer por el torneo local frente a la Universidad de Chile la continuidad de su entrenador no est¨¢ asegurada, justo antes de enfrentar como visitante al poderoso Santos de Brasil.
Renunciar no es una soluci¨®n viable, porque se perder¨ªan cupos que ser¨ªan casi imposible de recuperar. Y el peso chileno en el seno de la Confederaci¨®n hoy es m¨ªnimo. La depreciaci¨®n del torneo local que significa compararse con el continente es tangible, pero inevitable, por lo que lo ¨²nico que motiva hoy a la inmensa mayor¨ªa de los clubes es una recompensa econ¨®mica que a veces no sirve para amortiguar las penas de bajar de categor¨ªa.
Por eso, como cada a?o, los clubes compiten para clasificar a la mitad de los 16 equipos del torneo a una fiesta que termina transformada en un calvario. Mejor es quedarse en casa.
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