La breve vida de Leonel Messa
Un doble televisivo del campe¨®n del mundo provoc¨® un incidente medi¨¢tico en la antesala de la elecci¨®n del nuevo Consejo Constituyente en Chile, pero no abord¨® el debate la pugna entre el f¨²tbol y el Estado para controlar la violencia en los estadios
Messa es menudo. Usa una polera albiceleste y sonr¨ªe a la c¨¢mara. Se presenta: ¡°Soy Leonel Messa y fui convocado a la elecci¨®n nacional¡±. Escasos segundos que sirvieron para levantar una pol¨¦mica que se convirti¨® en uno de los pocos segmentos recordables de la franja televisiva que los pactos pol¨ªticos utilizaron para convocar a las elecciones de consejeros constituyentes de el pasado fin de semana en Chile.
Y es que la camiseta albiceleste que luc¨ªa Messa no era la de argentina, sino la de Magallanes, uno de los clubes de f¨²tbol con m¨¢s historia en el pa¨ªs. Sus dirigentes reaccionaron indignados por la utilizaci¨®n partidista de la insignia y elevaron un airado reclamo -respaldado por la Federaci¨®n- ante Ev¨®poli, el partido de derecha tradicional que pretend¨ªa convertir a Messa en el anzuelo para su lista de candidatos.
Apenas unas horas despu¨¦s de la emisi¨®n, Ev¨®poli ofrec¨ªa disculpas, sacaba el spot del aire y daba piadosa sepultura a la copia del campe¨®n del mundo, quien paralelamente viv¨ªa su propio calvario en Par¨ªs, hastiado de la disciplina del PSG. El verdadero Messi tomaba sus maletas, se iba de paseo a Medio Oriente y obligaba al club a sancionarlo, el primer paso para poner fin a su millonario contrato, tras un paso que fue fugaz, pero no tanto como el de su r¨¦plica chilena, quien en su llamado emprend¨ªa una provocaci¨®n mayor: ¡°Los chilenos fuimos apoderados de Messi. Como no vamos a ser ahora apoderados de mesa¡±.
En el marco de una campa?a ab¨²lica y del desinter¨¦s de la mayor¨ªa de los votantes, otro factor inesperado lig¨® al f¨²tbol con la elecci¨®n de los convencionales. Esteban Paredes, el ¨²ltimo gran ¨ªdolo de Colo Colo, el cuadro m¨¢s popular del pa¨ªs, entreg¨® su respaldo a Jaime Ravinet, otro candidato de Ev¨®poli, desatando la ira de buena parte de la hinchada a trav¨¦s de redes sociales, debido a que el mensaje se?alaba que el candidato era ¡°el ¨²nico que se preocupa por nuestra seguridad¡± . Paredes -r¨¦cord hist¨®rico de goles en la liga chilena- debi¨® salir a aclarar que ejerc¨ªa ¡°un acto ciudadano¡±, aunque no lleg¨® a retirar su apoyo como s¨ª lo hizo el ex presidente Ricardo Lagos, quien debi¨® retractarse de un v¨ªdeo que tambi¨¦n solicitaba votos para su ex ministro, quien luego adhiri¨® al gobierno de derecha de Sebasti¨¢n Pi?era.
El protagonismo del f¨²tbol en este proceso no se corresponde con el divorcio entre la industria y las fuerzas pol¨ªticas. La violencia que se ha apoderado de los estadios y que oblig¨® a suspender el ¨²ltimo cl¨¢sico entre los equipos de las Universidades, reabri¨® una vieja disputa entre el papel del Estado y los privados en el resguardo de la seguridad de los espectadores.
Las sociedades an¨®nimas deportivas -que son los actuales propietarios de los equipos de f¨²tbol- no han logrado controlar a sus fan¨¢ticos que provocan serios desmanes dentro y fuera de los estadios, pero al mismo tiempo ¡°imploran¡± por m¨¢s presencia policial, por modificaciones a las leyes y por un rol m¨¢s significativo del plan Estadio Seguro, que ha naufragado penosamente en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, con gobiernos de distintas tendencias. La vinculaci¨®n del crimen organizado y el narcotr¨¢fico con las barras m¨¢s ultras sigue siendo apenas una tesis, a falta de mayor rigor en la investigaci¨®n policial y de las fiscal¨ªas. Los recintos chilenos son de los m¨¢s sancionados a nivel de competencias internacionales.
Tras los ¨²ltimos incidentes, el propio presidente Gabriel Boric particip¨® del debate, se?alando que los responsables ser¨ªan perseguidos judicialmente y que recibir¨ªan fuertes sanciones. Desde la oposici¨®n le recordaron que siendo diputado rechaz¨® las indicaciones que aumentaban las penas, pues cre¨ªa que ¡°la violencia en los estadios no se combate con sanciones m¨¢s severas¡±.
Modificar las leyes y fijar los l¨ªmites de la responsabilidad policial sobre los eventos privados est¨¢n en el debate, pero no en la propaganda constitucional, pese a que la seguridad ciudadana se convirti¨® en el caballo de batalla de todos los conglomerados pol¨ªticos.
Si algo no hizo Leonel Messa en su fugaz existencia, fue poner los temas importantes sobre la cancha.
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