Chile cierra el proceso constitucional tras rechazar la propuesta de las derechas
El presidente de izquierda, Gabriel Boric, apuesta a enfocarse en las urgencias de la sociedad chilena, como la crisis de seguridad
Chile ha rechazado por segunda vez una propuesta de nueva Constituci¨®n. En un refer¨¦ndum de car¨¢cter obligatorio con altos niveles de participaci¨®n (del 84%), la ciudadan¨ªa ech¨® abajo el domingo, por un 55% contra un 44%, la propuesta de Carta Magna redactada por un Consejo Constitucional dominado por las derechas, la tradicional y la m¨¢s radical del Partido Republicano (una formaci¨®n hermana de Vox), que, adem¨¢s, lider¨® el proceso. Hace un a?o, en septiembre de 2022, una propuesta redactada por una convenci¨®n liderada por la izquierda fracas¨® igualmente en las urnas, fue rechazada por el 62% de los votantes, frente al 38% que la apoy¨®. ¡°Nuestro pa¨ªs seguir¨¢ con la Constituci¨®n vigente porque, luego de dos propuestas constitucionales plebiscitadas, ninguna logr¨® representar y unir a Chile en su hermosa diversidad¡±, afirm¨® el presidente Gabriel Boric el domingo. En este segundo intento, a diferencia del primero, el Gobierno de izquierda procur¨® mantener la imparcialidad y dejar que los partidos oficialistas hicieran la campa?a para declinar la propuesta.
Boric ratific¨® lo que hab¨ªa anunciado su Ejecutivo: no habr¨¢ un tercer intento constituyente, en el corto y medio plazo. ¡°Quiero ser claro: durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional; las urgencias son otras¡±, zanj¨® el presidente en su discurso desde La Moneda. Los partidos oficialistas, que sostienen a la coalici¨®n gubernamental, comparecieron conjuntamente y con tono de alivio en la sede del Partido Socialista. No ha habido celebraciones en la izquierda chilena porque no ha habido ning¨²n triunfo, aunque ha ganado la opci¨®n que defend¨ªan, el rechazo al nuevo texto constituyente. La socialista Michelle Bachelet, presidenta de Chile en dos ocasiones, lo explic¨® durante la jornada electoral: La izquierda, dijo, tuvo que elegir entre ¡°algo malo y algo p¨¦simo¡± y, antes de respaldar la opci¨®n de una nueva Constituci¨®n, que catalogaban de conservadora y ultraliberal, prefirieron mantener la actual, aprobada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet y que ha sido reformada unas 70 veces. Adem¨¢s, tras los cambios de 2005, lleva la firma del socialista Ricardo Lagos y no la del aut¨®crata.
La decisi¨®n de cerrar el cambio de la Constituci¨®n la comparte todo el espectro pol¨ªtico. Desde que se inici¨® el camino para cambiarla, en medio del estallido social de 2019, la ciudadan¨ªa ha acudido a las urnas en cinco ocasiones por este asunto. La sociedad est¨¢ cansada ¨Dse habla de ¡°fatiga constitucional¡±¨D, mientras espera que la clase pol¨ªtica resuelva ¡°las urgencias¡± de las que habl¨® el presidente Boric. Se trata de una crisis de inseguridad p¨²blica por la irrupci¨®n de una nueva criminalidad, que comete delitos m¨¢s violentos y que tiene a la gente ¨Dsobre todo a las personas m¨¢s empobrecidas¨D m¨¢s asustada que nunca; una econom¨ªa estancada desde hace m¨¢s de una d¨¦cada; los graves problemas en el sistema educativo; un sistema de salud privatizado y al borde del colapso; o el d¨¦ficit de 650.000 viviendas. Una serie de desaf¨ªos que, tras cuatro a?os de un infructuoso proceso constituyente, siguen pendientes. O, peor a¨²n, agrav¨¢ndose.
Ninguna de las fuerzas pol¨ªticas chilenas puede relacionar los resultados como una adhesi¨®n ideol¨®gica, concuerdan los analistas, aunque el plebiscito ha supuesto un respiro para el Gobierno. ¡°Lo digo con mucha convicci¨®n: ni celebraci¨®n ni arrogancia. Pelota al piso, humildad y trabajo, mucho trabajo¡±, defendi¨® Boric. Con el cierre del proceso constituyente, el presidente abandona la aspiraci¨®n hist¨®rica de la izquierda de superar la carta de 1980, considerada ileg¨ªtima desde su origen. El mandatario busca que su Gobierno, tras el refer¨¦ndum, logre sacar adelante las dos grandes iniciativas que se encuentran trabadas en el Parlamento por falta de acuerdo: la reforma de las pensiones ¨Dcuyo tr¨¢mite reactiv¨® este lunes en el Parlamento¨D y el pacto fiscal de crecimiento y para una distribuci¨®n m¨¢s justa de la riqueza. No parece evidente que los vientos jueguen a su favor, pues no tiene mayor¨ªa en el Congreso, donde incluso sus propias fuerzas se oponen a determinados asuntos, y porque cada sector pol¨ªtico del Ejecutivo libra sus propias guerras intestinas, en vista del tren de elecciones de 2024 y 2025.
¡°El cierre del proceso constitucional debiera generar un mejor clima para este entendimiento y a eso convoco a todas las fuerzas pol¨ªticas, pero hoy, sin m¨¢s dilaciones¡±, reclam¨® Boric el domingo, en un nuevo llamamiento a los partidos para avanzar. Pero el Gobierno y Boric han hecho estas invitaciones al di¨¢logo decenas de veces y la pol¨ªtica chilena sigue atascada.
Las derechas, tanto las formaciones tradicionales como la m¨¢s extrema del Partido Republicano, han quedado tensadas tras el plebiscito. Aunque nunca estuvieron a favor de cambiar la Constituci¨®n vigente, todas las facciones terminaron defendiendo su propuesta en este segundo proceso constituyente. Perdieron. Sobre todo los m¨¢s radicales, con gran protagonismo al gozar de mayor¨ªa en el Consejo Constitucional, responsable de redactar el texto sometido a votaci¨®n. El l¨ªder de los republicanos, Jos¨¦ Antonio Kast, candidato presidencial para 2025, dio la cara la noche del domingo. ¡°Los republicanos no tenemos nada que celebrar, pero tampoco el Gobierno de Boric y la izquierda¡±, dijo en un mitin en la sede de su formaci¨®n. Lo hizo sin la compa?¨ªa de la coalici¨®n Chile Vamos, de la derecha hist¨®rica, que buscar¨¢ recuperar la hegemon¨ªa con Evelyn Matthei, alcaldesa del municipio capitalino de Providencia, y su presidenciable.
Es el clima en que la oposici¨®n ha decidido cumplir su palabra y, mediante una acusaci¨®n constitucional en el Congreso que presentar¨¢n este martes, buscar la destituci¨®n del ministro de Vivienda de Boric, el socialista Carlos Montes, un veterano de la izquierda. Las derechas consideran que tiene responsabilidades pol¨ªticas en una trama de corrupci¨®n conocida como caso Convenios. Boric podr¨ªa, nuevamente, aguantar el aire o decidir un cambio de Gabinete para ordenar las piezas tras el cierre del problema constitucional.
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