El efecto polarizante de las primarias: de la tribu al votante medio
Lo poco que sabemos es que en Chile quienes ganan en las elecciones primarias, tienen una relativamente baja electividad en la elecci¨®n final
Las dos principales coaliciones chilenas (Chile Vamos y el conglomerado oficialista Contigo Chile Mejor) inscribieron, con bombos y platillos, sus respectivas elecciones primarias para dirimir qui¨¦n ser¨¢ el candidato a alcalde por esos lados de la fuerza en las elecciones locales de octubre pr¨®ximo. M¨¢s all¨¢ del bochorno por haber anunciado m¨¢s primarias que las que fueron finalmente inscritas, todos los partidos, de izquierdas y derechas, presentaron esta puesta en escena de la inscripci¨®n de candidaturas como un acto democratizador en sentido fuerte: repitiendo la monserga de la doctrina (irrealista) sobre primarias, el pueblo podr¨¢ determinar la oferta de los partidos y coaliciones para la elecci¨®n municipal.
Pero, ?de qu¨¦ pueblo estamos hablando?
Ese es precisamente el quid de este asunto. No es cualquier pueblo el que vota en elecciones primarias que son voluntarias en Chile, a diferencia de las PASO en Argentina (la mayor encuesta del mundo cuando no hay realmente competencia): en este pa¨ªs del fin del mundo, los partidos pueden elegir los lugares en los que har¨¢n primarias, solos o junto a otros partidos, para someterse al juicio popular, todo esto bajo la organizaci¨®n de esta joya de la rep¨²blica que es el Servicio Electoral (SERVEL). Lo que nadie dice es que quienes votan en primarias (de partidos o de coaliciones) son quienes forman parte de la fracci¨®n m¨¢s movilizada e ideol¨®gica del pueblo: es por esa raz¨®n que la literatura especializada sostiene (por ejemplo, el cientista pol¨ªtico de la Universidad Cat¨®lica David Altman, entre varios otros) que, en regla general, quienes ganan en primarias son los candidatos m¨¢s ¡°extremos¡± en sus respectivos partidos o coaliciones, por la simple raz¨®n que el electorado que vota no es el pueblo general, sino aquella fracci¨®n tribal que se moviliza en el momento de constituir la oferta de candidatos. Dicho de otro modo, y en el lenguaje de la ciencia pol¨ªtica (desde Anthony Downs en adelante), el votante en elecciones primarias no tiene nada que ver con el votante ¡°medio¡± o ¡°mediano¡± (median voter) que sufraga en la elecci¨®n real.
Esto se traduce en un efecto electoral relevante: si bien no son muchos los candidatos hist¨®ricamente triunfadores a observar en materia municipal, lo poco que sabemos es que, quienes ganan en las elecciones primarias, tienen una relativamente baja electividad en la elecci¨®n final. Si de demostraciones efectistas se tratase, la ¨²ltima elecci¨®n primaria presidencial de la centroderecha ser¨ªa un perfecto bot¨®n de muestra: el candidato independiente Sebasti¨¢n Sichel gan¨® holgadamente las elecciones primarias de los partidos de la derecha tradicional, y perdi¨® estrepitosamente en la primera vuelta de la elecci¨®n presidencial a manos del candidato de derecha dura Jos¨¦ Antonio Kast. En 2013, el partido de centroderecha Renovaci¨®n Nacional inscribi¨® 10 elecciones primarias para dirimir el nombre de quien ser¨ªa su candidato a diputado en las elecciones de diciembre de dicho a?o: de los 10 triunfadores en estas primarias, tan solo dos ganaron finalmente la diputaci¨®n. Estos pocos ejemplos muestran la baja electividad resultante de elecciones primarias legales, y permite hipotetizar -con un rango razonable de plausibilidad- sobre el posible efecto polarizante de candidatos finalmente tribales que no logran superar los l¨ªmites electorales del partido, permaneciendo a gran distancia del votante medio.
No existe evidencia sobre polarizaci¨®n ideol¨®gica de la sociedad chilena. Pero al mismo tiempo, hay evidencia abundante sobre la alta polarizaci¨®n de los diputados (y en menor medida, de los senadores, gracias al tama?o m¨¢s peque?o de la c¨¢mara alta) en Chile. Si bien las elecciones locales son de naturaleza muy distinta, en las comunas de gran tama?o (como por ejemplo en Santiago, Valpara¨ªso y Concepci¨®n) tienden a imponerse las l¨®gicas de la pol¨ªtica nacional, con sus propias divisiones y cacofon¨ªa. En tal sentido, es esperable que candidatos a alcaldes que se originaron en elecciones primarias con baja participaci¨®n est¨¦n m¨¢s orientados hacia la derrota que a la victoria final, precisamente porque no logran conectar con los intereses y preferencias pr¨¢cticas del votante medio.
Las elecciones primarias de alcaldes ser¨¢n una buena oportunidad para confirmar hasta qu¨¦ punto este mecanismo de selecci¨®n de candidatos es ¨²til para ganar elecciones, o si no pasa de ser una manera de solucionar problemas pol¨ªticos entre partidos, sin considerar la electividad. De verificarse la baja electividad de quienes resulten vencedores en las primarias, ser¨¢ una prueba m¨¢s de desconexi¨®n de los partidos con un pueblo esquivo.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Chile y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.