Playas, jardiner¨ªa y asados: la vida de Fujimori en Chile antes de su extradici¨®n a Per¨²
El fallecido aut¨®crata pas¨® varios meses detenido en Santiago, pero su estad¨ªa dur¨® dos a?os, entre 2005 y 2007. Fue antes de enfrentar a la justicia peruana por violaciones a los derechos humanos y corrupci¨®n
El enfrentamiento con la justicia del expresidente peruano Alberto Fujimori, fallecido este mi¨¦rcoles en Lima a los 86 a?os, estuvo marcado por un cap¨ªtulo de su vida en Chile. El aut¨®crata que gobern¨® durante la d¨¦cada de los noventa fue detenido en el pa¨ªs sudamericano en 2005, donde vivi¨® hasta 2007, cuando la Corte Suprema aprob¨® su extradici¨®n a Per¨² por dos delitos de violaciones de los derechos humanos y cinco de corrupci¨®n. Esos dos a?os supusieron un dolor de cabeza para el cuerpo diplom¨¢tico del entonces presidente socialista Ricardo Lagos que, debido a la doble nacionalidad de Fujimori (peruana y japonesa), tuvo que lidiar con las demandas de ambos pa¨ªses.
Fujimori, que hab¨ªa dimitido a la presidencia por fax desde Tokio en 2000 tras un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, aterriz¨® en un jet privado, junto a tres personas, el domingo 6 de noviembre de 2005 en Santiago proveniente de Jap¨®n, donde hab¨ªa vivido los ¨²ltimos cinco a?os. La justicia peruana lo quer¨ªa juzgar por 21 cargos, entre ellos su autor¨ªa intelectual en las matanzas de los casos Barrios Altos y La Cantuta. El caudillo latinoamericano ingres¨® sin inconvenientes cerca de las 18.00 horas al territorio chileno como turista con su pasaporte peruano. Solo 15 minutos despu¨¦s de que cruzara los controles, los agentes se percataron de que su nombre figuraba en el listado de pr¨®fugos de la Interpol. No pudieron detenerlo en ese momento porque en Chile se requer¨ªa una orden judicial emitida por un ministro de la Corte Suprema, as¨ª que se traslad¨® sin problema al exclusivo Hotel Marriott.
Cerca de la una de la madrugada lleg¨® la polic¨ªa al hotel para arrestarlo por orden del ministro instructor de la Corte Suprema de Santiago, Orlando ?lvarez, quien acogi¨® la solicitud de detenci¨®n provisional presentada por el Gobierno de Lima en el marco de un tratado de extradici¨®n firmado por ambos pa¨ªses en 1932.
Por razones de seguridad, lo llevaron detenido a la Escuela de Gendarmer¨ªa de Chile, en Avenida Matta, en el municipio de Santiago, donde se le habilit¨® el casino de m¨¢s de 100 metros cuadrados como habitaci¨®n. La sede ten¨ªa un peque?o patio interior donde Fujimori cultivaba rosas, una de sus aficiones. Dedicaba sus d¨ªas a leer y escuchar m¨²sica cl¨¢sica. Su segunda esposa, la japonesa Satomi Kataoka ¨Ccon quien se cas¨® poderes desde Santiago¨C se hab¨ªa quedado en Tokio, pero viaj¨® un par de veces a visitarlo. La arist¨®crata proveniente de un imperio hotelero alquilaba una planta completa en el Hotel Hyatt y ven¨ªa acompa?ada de un equipo que se encargaba desde su peinado hasta sus zapatos. Vestida de Luis Vuitton y Gucci llegaba a la sede de Gendarmer¨ªa, llamando la atenci¨®n de los uniformados, parte del servicio nacional de prisiones.
Los abogados chilenos Gabriel Zaliasnik y Francisco Velozo asumieron la defensa de Fujimori dos semanas despu¨¦s de su detenci¨®n. Velozo le ense?¨® los primeros acordes de guitarra al peruano que, una vez acabado el rosal, busc¨® nuevos pasatiempos. En mayo de 2006 el expresidente obtuvo la libertad provisional (con orden de arriago nacional) y se mud¨® a una casona en Los Dominicos, en el sector oriente de Santiago, en la que viv¨ªa acompa?ado solo de un escolta policial, un carabinero del cuerpo de Protecci¨®n de Personas Importantes (PPI). Recib¨ªa constantemente visitas de sus familiares o amistades peruanas, as¨ª como de pol¨ªticos fujimoristas, especialmente en periodos electorales. No gener¨® v¨ªnculos, eso s¨ª, con autoridades chilenas. A los cuatro meses se mud¨® a Chicureo, una zona residencial y acomodada en el norte de Santiago.
Fujimori aprovech¨® ese tiempo para conocer el desierto chileno y recorrer en detalle el litoral central, donde alguna vez se lo vio pescando. En Chicureo cultiv¨® amistades con los vecinos, quienes lo invitaban a comer asados y ¨¦l les devolv¨ªa la mano con sushi preparado en casa. Uno de ellos, un empresario, lo acogi¨® un verano en su casa en el lago Rapel, a unos 150 kil¨®metros al suroeste de Santiago.
En julio de 2007, el magistrado Orlando ?lvarez rechaz¨® en una primera instancia el pedido de extradici¨®n. Al poco tiempo, sin embargo, la fiscal¨ªa judicial, un ente que que es parte del m¨¢ximo tribunal, emiti¨® un informe en el que recomendaba extraditarlo. El juez Urbano Mar¨ªn, que reemplazaba a ?lvarez por licencia m¨¦dica, orden¨® el arresto domiciliario de Fujimori para impedir una eventual fuga o intento de asilo. El 21 de septiembre de ese a?o, finalmente la Corte Suprema de Chile dio curso a la extradici¨®n pedida por Per¨², aprobando siete de las 13 causas presentadas por Lima: cinco por casos de corrupci¨®n y dos por delitos de lesa humanidad. En las acusaciones por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), la extradici¨®n fue aprobada por unanimidad, lo mismo que en el caso de unos sobornos pagados a congresistas. En los otros cuatro delitos de corrupci¨®n, los magistrados estuvieron divididos.
Fujimori lleg¨® a Chile con el objetivo de que, si lo extraditaban, lo hicieran por la menor cantidad de casos posibles ya que solo por ellos pod¨ªa ser juzgado en su tierra. En junio de este a?o, la Corte Suprema chilena ampli¨® la extradici¨®n por cinco casos de violaciones de los derechos humanos, entre ellos las esterilizaciones forzadas de miles de mujeres durante su gobierno, adem¨¢s de homicidios durante el rescate, en 1997, de los rehenes de la Embajada del Jap¨®n en Lima.
En 2009 la justicia peruana conden¨® a 25 a?os de c¨¢rcel al expresidente por cr¨ªmenes contra los derechos humanos, convirti¨¦ndose en el primer exmandatario elegido democr¨¢ticamente en Am¨¦rica Latina declarado culpable en su pa¨ªs por ese tipo de delitos. Antes de cumplir su pena completa, en diciembre del 2023, un cuestionado indulto humanitario otorgado por el Tribunal Constitucional que se sustent¨® en un ¡°resquebrajado estado de salud¡± le permiti¨® vivir sus ¨²ltimos meses en libertad.
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