No compre un 9; contrate a un abogado
El f¨²tbol chileno se acostumbr¨® a resolver sus torneos por secretar¨ªa. Este a?o, el campeonato m¨¢s apasionante de los ¨²ltimos tiempos amenaza con jugarse en los tribunales
Corr¨ªa 2017 y Colo Colo se encaminaba a obtener el t¨ªtulo. Su pol¨¦mico entrenador, Pablo Guede, estaba sancionado en el partido ante Everton, por lo cual ocup¨® una caseta para observar el pleito. Pero los dirigentes del rival, sospechando que infringir¨ªa una norma reglamentaria, apostaron una c¨¢mara para seguir sus movimientos, descubriendo que el entrenador enviaba ¡®papelitos¡¯ con un ayudante para entregar instrucciones. Las pruebas no fueron validadas y el caso se archiv¨® sin sanciones.
En el 2021, Ariel Holan dirig¨ªa suspendido a la Universidad Cat¨®lica frente a Wanderers. En la cabina donde se encontraba habl¨® a trav¨¦s de un ¡®walkie-talkies¡¯, lo que est¨¢ expresamente prohibido por los reglamentos. La justificaci¨®n del entrenador, avalada por el club, era que hab¨ªa utilizado el aparato para solicitar a su cuerpo m¨¦dico que le enviaran medicamentos que precisaba, sin especificar sus dolencias.
El tema se ha reactivado ahora, a dos fechas para el final del campeonato, ya que la Universidad de Chile ingres¨® una denuncia en contra de Jorge Almir¨®n, el t¨¦cnico del puntero Colo Colo, acus¨¢ndolo de transgredir la norma que proh¨ªbe a los entrenadores sancionados entregar instrucciones. El hecho se habr¨ªa producido en Talcahuano, y, de comprobarse, la U pasar¨ªa a ser la favorita para llevarse la corona pues se le restar¨ªan tres puntos a su rival.
Aunque los especialistas dicen que es el caso m¨¢s dif¨ªcil de comprobar, la influencia de los dirigentes ligados a Huachipato ¡ªlocal aquella tarde¡ª y la Universidad de Chile en el actual directorio de la Asociaci¨®n, podr¨ªan hacer cambiar la historia, m¨¢s a¨²n por las p¨²blicas enemistades entre An¨ªbal Mosa, el controlador de Colo Colo y Pablo Milad, el timonel de la Federaci¨®n.
El f¨²tbol chileno se acostumbr¨® a trasladar la suerte deportiva a los escritorios, y transform¨® en personajes claves a los abogados que circulan con frecuencia por los pasillos de Quil¨ªn. En la Primera B y la Segunda Divisi¨®n, se ha convertido en costumbre la p¨¦rdida de puntos y de categor¨ªa por mala inscripci¨®n de jugadores, por no pago de impuestos, por transgresi¨®n a las bases o, simplemente, por denuncias de pagos negros levantadas por jugadores finiquitados. Hay equipos en la serie de honor que han eludido el descenso, y otros que han sido desafiliados, en decisiones que han tardado semanas en adoptarse tras el t¨¦rmino de los torneos.
La judicializaci¨®n de los campeonatos podr¨ªa, entonces, tener su cap¨ªtulo m¨¢s c¨¦lebre si termina definiendo este torneo que han disputado, sin darse tregua, los dos equipos m¨¢s populares del pa¨ªs. Separados por un par de puntos, han polarizado el debate, llev¨¢ndolo mucho m¨¢s all¨¢ de lo normal. Las sospechas y acusaciones de ¡®arreglo¡¯ de partidos y de incentivos/sobornos en el certamen abundan, est¨¢n poniendo en juego la escasa reputaci¨®n de los propietarios de los clubes.
Como ya es frecuente tambi¨¦n, los dirigentes de la U no argumentaron sobre su denuncia, ni en torno a las pruebas proporcionadas ni al fondo del asunto, esperando una decisi¨®n del tribunal que, con seguridad, llegar¨¢ una vez que haya concluido la competencia. E inoculando un poderoso veneno a la final entre dos equipos de ¨®ptimo rendimiento. Que confiar¨¢n en sus abogados para dirimir la lucha en los juzgados deportivos. Entre cuatro paredes. Y sin p¨²blico presente.
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