El legado de las secretarias de Gabriela Mistral: un archivo de cartas, fotos y recuerdos
Elizabeth Horan, bi¨®grafa de la premio Nobel de Literatura 1945, relata en Puerto Ideas c¨®mo la poeta chilena se hizo de colaboradoras y una red de contactos claves en su trayectoria
El archivo hist¨®rico de Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura 1945, fue construido por mujeres. Correspondencias, fotograf¨ªas y recuerdos de la poeta, educadora y diplom¨¢tica chilena fueron guardados por sus secretarias ¡ªcasi todas ¨ªntimas confidentes¡ª para luego ser escudri?ados por investigadores, como la estadounidense Elizabeth Horan, acad¨¦mica de la Universidad Estatal de Arizona y autora de Mistral. Una vida. Solo me halla quien me ama (Penguin Random House, 2024), el primero de tres tomos.
¡°?Qu¨¦ son las secretarias? Las personas que guardan secretos. ?Y hoy todas somos secretarias de Gabriela Mistral!¡±, dice Horan, que durante casi 40 a?os ha indagado el legado de la escritora, en una de las dos charlas que ha dictado en la Universidad de Valpara¨ªso, este viernes y s¨¢bado, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Chile, en el marco del Festival Puerto Ideas Valpara¨ªso 2024. Entre las colaboradoras de la ¨²nica mujer Premio Nobel de Am¨¦rica Latina, que conservaron cartas y otros documentos, destacan Laura Rodig, la mexicana Palma Guill¨¦n, Consuelo Saleva y Doris Dana. Esta ¨²ltima, proveniente de una familia aristocr¨¢tica de Nueva York, fue su albacea y le acompa?¨® durante el final de su vida, en 1957.
Luego de la muerte de la escritora, Dana se dedic¨® a la compilaci¨®n y edici¨®n del libro Poema de Chile, publicado en 1967. Su sobrina, Doris Atkinson, quien hered¨® los manuscritos, primeras ediciones, fotograf¨ªas, cintas magn¨¦ticas y objetos personales de la poeta, los don¨® finalmente a Chile en 2007. Y, en una entrevista con La Tercera, en 2019, recalc¨® que su t¨ªa no era la persona indicada para administrar la obra.
Quiz¨¢s las cartas sean las que ocupan un espacio m¨¢s relevante en estos archivos. El cr¨ªtico literario Hern¨¢n D¨ªaz Arrieta, conocido bajo el seud¨®nimo de Alone, quien fue amigo de la escritora, asom¨® en 1962 que ¡°Gabriela escrib¨ªa cartas, muchas cartas, demasiadas cartas. Si alguna vez se forma su epistolario, ocupar¨¢ una biblioteca¡±.
Estos escritos han sido esenciales para conocer sobre su vida y pensamiento. Horan recuerda que supo de la poeta por una amiga chilena, exiliada en California durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y qued¨® atrapada con el primer libro de Mistral que encontr¨® en una biblioteca, Lecturas para mujeres.
La estadounidense viaj¨® por primera vez a Chile en 1985, luego de ser becada para estudiar sobre la obra e historia de la autora de Tala, cuyo nombre real era Lucila Godoy Alcayala. Fue una d¨¦cada en la que todav¨ªa eran incipientes los datos sobre la escritora: ¡°Por muchos a?os Gabriela Mistral no fue le¨ªda¡±.
Su vida ¨ªntima gener¨® pol¨¦micas durante d¨¦cadas. Cuando la investigadora lleg¨® a Chile recuerda que algunas personas le preguntaban al saber que estudiar¨ªa su vida: ¡°Pero, ?usted sabe que ella [Mistral] era lesbiana?¡±. La acad¨¦mica refiere que la poeta no solo estaba en el armario de la sexualidad, sino que tambi¨¦n en el armario de lo racial por ser mestiza: ¡°Ambos son muy similares¡±.
Lo que Horan hab¨ªa detectado, pese a los obst¨¢culos que supuso para la poeta pertenecer a minor¨ªas, es que ¡°Mistral es una forma de conocer a la Am¨¦rica Latina. Se encuentra en el c¨ªrculo de los primeros pensadores de la regi¨®n de su ¨¦poca. Conoci¨® a muchas personas importantes. [Aunque no estuvo en una universidad], ella fue una autodidacta y su lenguaje muy rico¡±, explica.
Nacida en 1889 y criada en pobreza en el Valle de Elqui, en la regi¨®n norte?a de Coquimbo, Mistral alcanz¨® renombre internacional. Las correspondencias que intercambiaba con distintos intelectuales de su tiempo, entre ellos, Pablo Neruda ¡ª14 a?os menor que ella ¡ªy Alfonsina Storni, dejan entrever que se rode¨® de personas influyentes. ¡°Si ella solo se hubiera dedicado a enviar ¨²nicamente cartas, hubiese sido como una Emily Dickinson. Pero Mistral viaj¨®, se mudaba con frecuencia, y conoci¨® muchas personas relevantes. Ten¨ªa olfato para entender a las personas¡±.
Cuando lleg¨® a contar con renombre internacional no olvid¨® sus or¨ªgenes. ¡°Siempre estaba pensando c¨®mo ayudar a Valle de Elqui. Ten¨ªa sentido de conciencia, de d¨®nde ven¨ªa¡±, dice su bi¨®grafa.
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