?Administrar pobreza?
El Banco Central estima un crecimiento tendencial para Chile en el per¨ªodo 2025-2034 de 1,8%, situaci¨®n que de darse tendr¨ªa efectos nefastos en t¨¦rminos materiales y sociales
En el navegador Google, el primer resultado que arroja la b¨²squeda ¡°manejo de expectativas¡± corresponde a una visi¨®n general creada por IA que en sus primeras l¨ªneas se?ala: ¡°el manejo de expectativas es importante porque las expectativas pueden influir en nuestro comportamiento y llevarnos al ¨¦xito o a la frustraci¨®n¡±. La respuesta que da el browser es mucho m¨¢s completa, pero con este retazo basta para poner en perspectiva lo que a estas alturas se perfila como un generalizado ambiente de frustraci¨®n en materia econ¨®mica.
Ni las cifras o fotograf¨ªas de punta de cada mes ni la pel¨ªcula de los ¨²ltimos a?os han dado p¨¢bulo a un estado de ¨¢nimo distinto y, de hecho, en los ¨²ltimos sondeos a economistas que realiza el Banco Central ya empieza a percibirse un punto de inflexi¨®n hacia un entorno atmosf¨¦rico cargado de nubes grises. La verdad sea dicha, no es que esta depresi¨®n de ¨¢nimos sea una sorpresa o un cambio en 180? respecto de lo apreciado en meses previos, aunque s¨ª representa un deterioro tanto por la correcci¨®n a la baja de las estimaciones promedio, como por la aparici¨®n de escenarios m¨¢s negativos.
Un indicador mensual de actividad que marc¨® cero (0%) en el noveno mes de 2024 y una variaci¨®n de precios que para octubre arroj¨® un salto de 1% en el costo de la vida (alza que se sabe que en Chile es mayor para los grupos m¨¢s vulnerables y los adultos mayores) han terminado dando dolorosamente la raz¨®n a quienes hace unos d¨ªas eran tildados de agoreros, al conformar un cuadro que resulta mortalmente parecido al de estancamiento con inflaci¨®n.
Las consecuencias de este estado de cosas son inabarcables, aunque pocos rebatir¨¢n que la actual situaci¨®n sin duda se expresa en una calidad de vida deteriorada, mayor estr¨¦s y ansiedad de los grupos m¨¢s vulnerables, informalidad laboral, estrechez fiscal, incapacidad del sistema ya no de crear bienestar, sino que de reponer la natural depreciaci¨®n de los bienes p¨²blicos, y un largo etc¨¦tera. En pocas palabras, una situaci¨®n de frustraci¨®n y ca¨ªda de expectativas, con alcances muy dom¨¦sticos, como el de personas que se ven forzadas a salir del sistema escolar, personas que salen a buscar rentas en la econom¨ªa negra, j¨®venes que son absorbidos por las crecientes redes criminales y, a la luz del debate epistolar de los ¨²ltimos d¨ªas en El Mercurio, tambi¨¦n en una fuga de talentos al exterior.
La descomposici¨®n de los ¨¢nimos sociales puede ser resultado de una situaci¨®n de shock o producto de un desgaste o decadencia sostenida que, como una gota de agua que cae insistentemente en la frente y termina por desmoronar a las personas. En la historia reciente de Chile es posible identificar fen¨®menos de ambos tipos, pero el que ha sido m¨¢s persistente y t¨®xico es el segundo, y que se podr¨ªa decir est¨¢ en pleno desarrollo.
Comentando el cero crecimiento y el aumento de precios m¨¢s alto de los ¨²ltimos dos a?os que se registr¨® en octubre, el ministro de Econom¨ªa dijo estar convencido de que estos datos puntuales no amagar¨¢n lo que a su juicio ser¨¢ un cierre de per¨ªodo presidencial que entregar¨¢ a los chilenos un pa¨ªs en mejores condiciones que el recibido por las actuales autoridades.
Relativo, por decir lo menos, aunque no faltar¨¢ un cherry picking de cifras (la llamada falacia de la evidencia incompleta) que permita apa?ar esa afirmaci¨®n. Con todo, nuevamente el tema es otro. El tema es si realmente se est¨¢n produciendo cambios significativos y para mejor en las condiciones del pa¨ªs y, consecuentemente, en los ¨¢nimos de la ciudadan¨ªa. No se trata solo de lo que dicen las encuestas (donde ¨²ltimamente las perspectivas para Chile muestran que el ¡°empeorar¨¢n¡± vence al ¡°mejorar¨¢n¡± y donde adem¨¢s habr¨ªa que ver c¨®mo se pueda catalogar el ¡°se mantendr¨¢n¡±, dado el estado de cosas), sino que se trata de ver los datos objetivos en tantas dimensiones del pa¨ªs.
Hacia delante, y ¡®ceteris paribus¡¯, el crecimiento potencial no augura cambios significativos, lo que de por s¨ª ya no es una buena noticia (importante subrayar eso de ceteris paribus, para no entrar en el modo ¡®siempre puede ser peor¡¯). En efecto, el Banco Central estima un crecimiento tendencial para Chile en el per¨ªodo 2025-2034 de 1,8%, que de darse es de suyo negativo, por ser insuficiente para cubrir las necesidades crecientes del pa¨ªs. As¨ª, las preguntas del momento son si es posible cambiar esta fatalidad y c¨®mo podemos lograrlo. Las respuestas son harina de otro costal, aunque como m¨ªnimo s¨ª es posible echar mano a un poco de sabidur¨ªa popular y recordar a quienes tienen la capacidad de torcer este destino ese dicho que recomienda ¡®desea lo mejor, pero prep¨¢rate (y trabaja para enfrentar) lo peor¡¯.
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