El futuro no cabe en cuatro a?os
La incapacidad de los pol¨ªticos para pensar a m¨¢s de una legislatura vista es un riesgo mundial
Sup¨®n que eres un astrof¨ªsico genial, descubres que el mundo se acabar¨¢ dentro de cinco a?os y, como es tu obligaci¨®n c¨ªvica, avisas de ello a tu Gobierno. Mal. Debiste decirle que se acabar¨ªa en cuatro, porque eso es lo que dura una legislatura y lo dem¨¢s es futurismo de la bruja Lola para cualquier pol¨ªtico. En el Ala oeste de la Casa Blanca, el presidente Bartlet rega?a a su ayudante Charlie porque ahorra demasiado. ¡°?Pero no es lo que usted defiende que debemos hacer los ciudadanos?¡±, pregunta Charlie, y el presidente le responde: ¡°S¨ª, pero cuando gobierne otro¡±. Esta ineptitud fisiol¨®gica de los pol¨ªticos para atisbar el largo plazo es el obst¨¢culo central que impide que los pa¨ªses democr¨¢ticos ¨Cno hablemos ya de los dem¨¢s¡ªestemos preparados para una pandemia o cualquier otra cat¨¢strofe improbable pero devastadora. Hasta donde yo s¨¦, la teor¨ªa pol¨ªtica no ha resuelto este problema capital, m¨¢s all¨¢ de reclamar unos confusos pactos de Estado que nunca parecen llegar.
Hace m¨¢s de dos a?os que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) convoc¨® a los mejores expertos y les encarg¨® que identificaran los mayores riesgos para la salud p¨²blica a los que se enfrentaba el planeta. No se les escaparon el ¨¦bola, el SARS, el zika y la fiebre del Rift, pero su gran acierto fue seguramente predecir la ¡°enfermedad X¡±: un agente infeccioso desconocido que saltar¨ªa de los animales a las personas, causar¨ªa un s¨ªndrome m¨¢s letal que la gripe y se contagiar¨ªa con tanta o m¨¢s eficacia que ella, un virus que se extender¨ªa por el mundo aprovechando la hiperconexi¨®n comercial y tur¨ªstica entre sus grandes ciudades y causar¨ªa un caos sanitario y socioecon¨®mico. La enfermedad X. Hoy la llamamos covid-19.
Solemos decir que la pandemia era imprevisible, pero esto no es exacto. Es cierto que nadie sab¨ªa ni pod¨ªa saber d¨®nde surgir¨ªa, ni de qu¨¦ animal vendr¨ªa ni qu¨¦ virus la causar¨ªa, pero que acabar¨ªa llegando una pandemia tarde o temprano era casi un dogma entre los vir¨®logos. Y no desde hace dos a?os, como revela esa reuni¨®n de la OMS que he tomado de The Economist, sino desde mediados del siglo XX, por no decir desde la gripe espa?ola de 1918, que mat¨® al doble de gente que la Primera Guerra Mundial que acab¨® justo ese mismo a?o. Nunca he o¨ªdo a un cient¨ªfico dudar de la potencia devastadora de una pandemia que pille a la humanidad sin defensas. Son los Gobiernos quienes han persistido en ignorar esas evidencias con una tenacidad digna de mejor causa. En el siglo XX hubo tres grandes pandemias de gripe, lo que da una media de una pandemia cada 33 a?os. Eso son ocho legislaturas, que es lo que un pol¨ªtico entiende no ya por ciencia ficci¨®n, sino por literatura fant¨¢stica. Seguiremos sin estar preparados para la pr¨®xima pandemia.
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