Los mosquitos aumentan su resistencia a los insecticidas m¨¢s comunes
La aplicaci¨®n de componentes qu¨ªmicos como biocidas selecciona a los ejemplares m¨¢s capaces de sobrevivir a su exposici¨®n, que transmiten esta capacidad
La lucha contra los mosquitos y cualquier otro insecto tratado como plaga se complica. Varios estudios han detectado que estos animales han aumentado su resistencia a los insecticidas qu¨ªmicos habituales hasta extender la poblaci¨®n inmune a zonas completas, como refleja la ¨²ltima investigaci¨®n publicada en PLOS Biology, y que esta supervivencia se generaliza en muchas de las m¨¢s de 3.500 especies de mosquitos del mundo. En el com¨²n (Culex pipiens) se ha registrado resistencia a los cuatro tipos de insecticidas autorizados actualmente e incluso al DDT, prohibido en Espa?a y en un centenar de pa¨ªses por su toxicidad, pero que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) permite en caso de brotes epid¨¦micos.
Esta resistencia se desarrolla por el uso generalizado de compuestos qu¨ªmicos para combatir plagas de insectos, que son transmisores de pat¨®genos que causan enfermedades globales como zika, dengue (en 2018 se detectaron seis casos en Espa?a), chikungunya, fiebre del virus del Nilo occidental o la malaria. ¡°Es un mecanismo gen¨¦tico. Si se utiliza un biocida determinado, sobreviven los ejemplares m¨¢s resistentes, que son los que se reproducen y transfieren esa capacidad a las nuevas generaciones¡±, explica Santiago Ruiz, bi¨®logo responsable del Servicio de Control de Mosquitos de la Diputaci¨®n de Huelva y uno de los mayores expertos en esta materia en Espa?a.
Los insecticidas m¨¢s comunes son piretroides (permetrina, deltametrina y cihalotrina). Son mol¨¦culas sint¨¦ticas basadas en la piretrina, un compuesto natural que se modifica para inferirle caracter¨ªsticas particulares, como una mayor resistencia a la luz. Est¨¢ presente en la mayor¨ªa de insecticidas dom¨¦sticos e industriales para acabar con ejemplares adultos, y entre sus ventajas, seg¨²n destaca Ruiz, est¨¢ su seguridad cuando se utiliza en zonas con vertebrados. Pero tambi¨¦n se usan los carbamatos (bendiocarb y propoxur), los organofosfatos (pirimifos-metil) y los organoclorados (DDT).
La mayor¨ªa de insectos tratados como plagas desarrollan resistenciaSantiago Ruiz, bi¨®logo responsable del Servicio de Control de Mosquitos de la Diputaci¨®n de Huelva
¡°La mayor¨ªa de insectos tratados como plagas desarrollan resistencia¡±, confirma Ruiz. Una investigaci¨®n realizada durante cinco a?os en Espa?a y publicada en la revista PLOS ONE, demostr¨® que los piretroides, aunque son efectivos ante el mosquito tigre, no lo son ya ante el com¨²n (Culex pipiens), capaz de resistir a los insecticidas m¨¢s habituales e incluso al prohibido DDT.
La capacidad de los insectos, seg¨²n refleja el estudio de PLOS Biology, se produce por varias v¨ªas. Las mutaciones en las especies para sobrevivir a los compuestos incluyen desde el engrosamiento de la cut¨ªcula (la capa exterior del tejido org¨¢nico que cubre el cuerpo) para que no penetren los plaguicidas al aumento de la generaci¨®n de enzimas desintoxicantes que biodegradan los insecticidas.
En la actualidad se comercializan nuevas generaciones de piretroides que se combinan con reguladores del crecimiento de los insectos o inhibidores del metabolismo que hace resistente al mosquito. ¡°Pero el mecanismo de selecci¨®n que favorece a los resistentes sigue actuando, como pasa tambi¨¦n con los antibi¨®ticos¡±, advierte Jordi Figuerola, vicedirector de Investigaci¨®n en la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana y l¨ªder de un grupo CIBER (Consorcio de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red) de Epidemiolog¨ªa y Salud P¨²blica).
Las mutaciones para sobrevivir a los compuestos incluyen desde el engrosamiento de la cut¨ªcula al aumento de la generaci¨®n de enzimas desintoxicantes que biodegradan los insecticidas
¡°La cartera de productos se reduce y hay que desarrollar nuevos m¨¦todos eficaces o alargar la vida ¨²til de los existentes¡±, a?ade. En este sentido, Figuerola se?ala investigaciones que se encaminan a la esterilizaci¨®n de machos por radiaci¨®n o mediante la modificaci¨®n gen¨¦tica de los ejemplares para que la progenie no sea viable.
¡°Pero la estrategia ideal es reducir las zonas de cr¨ªa¡±, destaca el investigador tras advertir que ¡°los restos que quedan en un plato bajo una maceta tras regarla, una piscina abandonada o el cubo que recoge el l¨ªquido del aire acondicionado pueden ser criaderos de mosquitos¡±.
Martina Ferraguti, bi¨®loga formada en Roma que trabaja en la Universidad de Extremadura tras pasar con premios a sus investigaciones por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, aboga por entender c¨®mo influyen el ambiente y las actividades humanas en la distribuci¨®n y abundancia de los mosquitos para mitigar las enfermedades que provocan.
Es necesario conocer el entorno habitual de cada especie as¨ª como su comportamiento para afrontar las estrategias de controlMartina Ferraguti, bi¨®loga de la Universidad de Extremadura
Ferraguti, investigadora de c¨®mo el h¨¢bitat y la urbanizaci¨®n afectan de distinto modo a las especies de mosquitos, explica que es necesario conocer el entorno habitual de cada especie as¨ª como su comportamiento para afrontar las estrategias de control. ¡°No es lo mismo un mosquito de zonas urbanas que uno de zona despobladas. Igualmente hay que saber si una especie, aunque sea resistente, es competente para transmitir un determinado pat¨®geno. Y su alimentaci¨®n: los hay que se nutren de p¨¢jaros y otros de mam¨ªferos. El problema viene de los que son competentes y alternan las fuentes de alimentaci¨®n, como el vector de transmisi¨®n del virus del Nilo occidental¡±, explica.
La bi¨®loga se?ala que, ante la resistencia de los mosquitos a los insecticidas, se han desarrollado otras formas de control, como la Bacillus thuringiensis israelensis, una bacteria de origen natural conocida por las siglas BTI que se encuentra en los suelos y cuyas esporas producen toxinas que atacan a las larvas de mosquito, mosca negra y mosquito de los hongos.
Es el sistema que aplica el equipo de Ruiz en Huelva, pero con medidas preventivas para identificar si el mosquito desarrolla tambi¨¦n resistencia a esta bacteria. ¡°Cada a?o hacemos pruebas y a¨²n no la hemos detectado. No obstante, alternamos biocidas para que la presi¨®n sobre la plaga no se haga en una ¨²nica direcci¨®n¡±, advierte.
El m¨¦todo es eficaz, aunque no en el 100% de las ¨¢reas ni en toda la poblaci¨®n, por lo que el control de adultos se realiza con piretroides y el mecanismo de resistencia, complementado por su uso dom¨¦stico generalizado, sigue en marcha.
El mosquito es parte del sistema natural como fuente de alimento o parte del proceso de descomposici¨®n de materia org¨¢nicaJordi Figuerola, vicedirector de Investigaci¨®n en la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana
Ferraguti recuerda adem¨¢s el enorme impacto en el entorno de los productos qu¨ªmicos. En la mayor¨ªa de antimosquitos o insecticidas dom¨¦sticos se puede leer la siguiente advertencia: ¡°Muy t¨®xico para los organismos acu¨¢ticos, con efectos nocivos duraderos. Evitar su liberaci¨®n al medio ambiente¡±. ¡°Tambi¨¦n en los p¨¢jaros tienen graves efectos¡±, a?ade la bi¨®loga.
En su opini¨®n y en la de Figuerola, los mejores insecticidas son los naturales, como los murci¨¦lagos, las aves (como golondrinas y aviones) o las ara?as; los que utilizan la BTI, que son inocuos para las personas, y el comportamiento humano. ¡°Si no favorecemos su h¨¢bitat dejando restos de agua o revertimos el calentamiento global, por ejemplo, las poblaciones de estos insectos disminuir¨¢n¡±, concluye.
Adem¨¢s, seg¨²n recuerda el investigador de Do?ana, no hay que olvidar que el mosquito es parte del sistema natural como fuente de alimento o parte del proceso de descomposici¨®n de materia org¨¢nica a trav¨¦s de las larvas. Por lo tanto, la extinci¨®n no es una alternativa y hay que buscar un equilibrio.
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